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Letras

Jordan Peterson y los 12 mandamientos para vivir mejor

Las tesis de este nuevo libro del psicólogo seducen por su osadía y por ofrecer un mapa para caminar en la vida sin resentimiento

2 noviembre, 2021 08:04

Más allá del orden. 12 nuevas reglas para vivir
Jordan Peterson
Traducción de Judit Sirvent. Planeta. Barcelona, 2021. 480 páginas. 21,90 €. Ebook: 10,99 €

¿Son los libros de Jordan B. Peterson (Alberta, Canadá, 1962) algo más que “autoayuda” conservadora para varones desorientados? El libro que reseñamos es la secuela del famoso 12 reglas para vivir, millonario best seller del 2017 que lanzó a su autor a un torbellino de fama para la que al parecer no estaba preparado. Peterson vivía una existencia bastante discreta como profesor de la Universidad de Toronto. Combinaba esa actividad con su despacho de psicólogo clínico y sus colaboraciones con importantes universidades angloamericanas como McGill y Harvard. Su producción era importante pues en la época del primer libro ya había publicado más de cien artículos científicos sobre diferentes áreas relacionadas con la psicología que fueron abundantemente citados.

Pero con la gran difusión que alcanzó su libro, sus exitosas charlas, las redes sociales, sus podcast y sus vídeos de YouTube entró directamente en una batalla cultural cuya diana eran los conceptos favoritos de la corrección política y la denuncia de lo que él llama “la intimidación de la izquierda”. Irrumpió con fuerza en un mundo que se rige más por la pasión que por el pensamiento.

Arrasó. Pero pasar a ser un personaje público afectó a su vida de manera muy importante. No sólo estaba poniendo en cuestión a los movimientos de izquierda, sino que descubrió hasta qué punto ciertas filosofías impregnaban gran parte de las instituciones educativas y culturales penetrando incluso en sus normativas y legislaciones. A este tipo de disgustos se le unieron terribles desgracias familiares. A su mujer le diagnosticaron un tipo de cáncer que suele ser mortal y del que afortunadamente se recuperó, y a su hija, muy delicada habitualmente, la operaron por problemas en una pierna. Este estrés hizo que se volviera adicto a la benzodiacepina, un medicamento psicotrópico. A partir de aquí inició un periplo por diversos países donde se sometió a distintas curas de desintoxicación. Pasó por momentos de depresión y luchó contra “pensamientos abrumadores de autodestrucción”.

Y debido a esta travesía por el dolor este libro ve la luz. No hay grandes diferencias con el anterior. El primero estaba centrado según el autor “en las consecuencias del caos”, y este segundo quiere alertar sobre los peligros de un exceso de seguridad y de control. Ambos integran la psicología, la historia y la mitología para mostrar lo que pueden hacer las personas para vivir vidas que puedan considerar completas. Sobre todo, hombres que se ven, en una “cultura enferma de padres ausentes y masculinidades frágiles”, desdeñados y señalados en una sociedad donde la denuncia del “patriarcado” y la dialéctica de género está en todas partes.

Peterson sabe persuadir a sus lectores de que pueden dejar de ser Peter Panes y asumir sus responsabilidades

Las 12 reglas del primer libro no son “ciencia”. Tampoco lo son las de éste. No son conocimientos destilados en un laboratorio de psicología experimental, y por eso bordean los de la psicología “pop”. Pero merecen estante aparte. La mente humana y sus interacciones sociales son de tal complejidad que aprender a superar los obstáculos a través del mito y la historia ha sido una constante durante miles o quizá centenares de miles de años. Y Peterson sabe persuadir a sus lectores de que pueden elevarse por encima de los desafíos y promoverles de maduros Peter Panes a personas capaces de asumir una responsabilidad que él mismo define como “el propósito fundamental de la sociedad”.

Su filosofía es conservadora: el orden jerárquico, el amor por la disciplina, el trabajo duro, el respeto por el pasado o las diferencias en su motivación por el estatus de hombres y mujeres. Pero está mucho más en sintonía con lo que conocemos sobre la naturaleza humana que las que se ofrecen desde el lado de una izquierda woke a la que nunca se le exigen justificaciones.

Aunque podamos discutir su panoplia de metáforas (las jungianas ya eran difícilmente soportables en su primer libro, las de la saga de Harry Potter en éste pueden resultar simplemente desconcertantes) son los vehículos que utiliza un terapeuta con experiencia y compasión. Tan antiguo como la humanidad. Sus alegorías seducen por el mismo motivo que lo hacen las teorías culturales de la extrema izquierda: por su osadía y por ofrecer un mapa para caminar en la vida. En este caso, por suerte, sin resentimiento.

@gimenezbarbat