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Letras

Denise Riley, la memoria que vence a la muerte

En 'El tiempo vivido, sin su fluir', un emotivo y lírico ensayo sobre el duelo, la filósofa y poeta nos muestra que "el tiempo del muerto, lo mantienes con vida dentro del tuyo"

13 octubre, 2020 09:15

El tiempo vivido, sin su fluir

Denise Riley

Traducción de Núria Molines. Alpha Decay. Barcelona, 2020. 96 páginas. 15,90 €

"No voy a escribir sobre la muerte, sino sobre un estado alterado de la vida". Así comienza la filósofa y poeta británica Denise Riley (Carlisle, 1948) una de las más estremecedoras y profundas elegías sobre el duelo materno escrita en inglés en décadas. Un ensayo fruto de un dolor que la autora sublima en meditación lírica en su busca de lo que parece un imposible, el consuelo, y que tiene su reflejo en el poema “A part song”, traducido en esta edición, y núcleo de su poemario Say Something Back, que ganó los premios Forward y Griffin.

Sin embargo, como advierte, este viaje en pos del ser del duelo, no gira en torno a la muerte, sino al tiempo, ese tiempo atrapado que la autora define como "la punzante sensación que te arranca de cualquier tipo de flujo temporal tras la muerte súbita de tu hijo" y en el que ahonda con frases de pulsante belleza como la que apunta en su prólogo Max Porter: "me afano en enterrarme el corazón". El escritor británico, que también ha explorado la pérdida, afirma que "cuando lo terminé, me quedé sentado un buen rato con el librito entre las manos, fascinado de que tan pocas páginas pudieran causar tanto impacto y contener tantas cosas".

Es el lenguaje, una de las claves de un ensayo donde poesía y filosofía dialogan en una reflexión literaria sobre la pérdida que va más allá de remozar lo escrito sobre el duelo desde lo sentimentaloide o lo ortopédico. La exactitud y precisión de las palabras de Riley, bruñidas, líricas y evocadoras, arrojan una verdad despojada de artificio que llega al núcleo del dolor y lo hace transmisible al lector, fin último de toda literatura.

Como lo es, quizá, el de dar respuestas, algo que Riley, sabiamente no hace. Su texto simplemente plantea seguir adelante y crear, mediante la literatura, algo que no existe, un consuelo para el que se apoya en la poesía, el género más idóneo para enfrentarse a la vida y el más capaz de removernos emocionalmente. Así, la autora nos enseña que "el tiempo del muerto, lo mantienes con vida dentro del tuyo, pues el tiempo es la persona". Y mientras nuestro tiempo exista, toda la gente que se ha ido existirá dentro de nosotros.