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90 años del edificio Telefónica

Javier García Algarra conmemora en el libro 'Gran Vía 28, de 1929 a 2019' los 90 años del histórico edificio de empresa

11 diciembre, 2019 13:47

El 31 de julio de 1925 se firmó la escritura de compra del solar situado en el lugar más alto de la Gran Vía madrileña. Un año más tarde comenzaron las obras que se prolongarían hasta 1929. Han pasado 90 años y en la actualidad el edificio de Telefónica se ha convertido en la sede de la Fundación Telefónica. "Lo que muy pocos viandantes de 1929 y de 2019 podrían sospechar es que esa fachada de granito y caliza, con su espectacular portada barroca, encierra un edificio industrial. Se construyó, ante todo, para ser central telefónica, el contenedor que protege los equipos necesarios para que los clientes puedan comunicarse entre ellos". Así empieza Gran Vía 28, de 1929 a 2019, un libro en el que Javier García Algarra recoge todos estos años de innovación y tecnología y describe la transformación de la compañía.

El edificio, que se diseñó para desplegar las mejores infraestructuras de telecomunicaciones al servicio de los clientes de la compañía, se convirtió en el primer rascacielos de Europa y fue "una consecuencia del modelo telefónico de negocio norteamericano importado por ITT". El autor de este libro investiga la historia de la construcción del edificio y la evolución de la tecnología, pasando por los orígenes del proyecto y todo el trayecto vital de Gran Vía 28 como una de las grandes aventuras tecnológicas del último siglo en España: "La Telefónica no es solo un icono de la compañía, es también uno de los hitos urbanos de Madrid", afirma García Algarra. 

Alfonso: Trabajos de canalización en la plaza de la Cebada, Madrid, 1925

En el prólogo el presidente de la compañía tecnológica, José María Álvarez-Pallete, destaca "la inconfundible figura del edificio que sigue siendo el símbolo del espíritu de innovación y de transformación tecnológica que ha caracterizado a la empresa desde su fundación". En este sentido, continúa, Gran Vía 28 "ha sido testigo de esta profunda transformación tecnológica", además de primer rascacielos de Europa, con el que Telefónica se colocó a la vanguardia junto a la primera llamada trasatlántica, que se hizo precisamente desde este edificio.

Siguiendo el modelo americano establecido por la International Telephone and Telegraph (ITT), el edificio se construyó entre 1926 y finales de 1929 para ser central telefónica. Con sus casi noventa metros de altura se convirtió en el edificio más alto del continente y su fachada de granito y caliza y su espectacular portada barroca cambiaron el perfil urbano de Madrid. A través de los equipos más modernos de la época se pudieron establecer conversaciones que obraban una comunicación casi milagrosa entre dos puntos y se pudo contactar por primera vez en España con Santa Cruz de Tenerife, Nueva York o Buenos Aires.

Vista general de la estructura metálica del edificio de Gran Vía, desde la calle de Alcalá, Madrid, 1927

Gran Vía 28 es un edificio vivo que no ha dejado de serlo durante sus noventa años de existencia, ni siquiera en los peores momentos de la Guerra Civil. "Podría haber sido como una fábrica, con paredes ciegas y sin decoración, pero entonces no se habría ganado la admiración del público ni el pequeño lugar que merece en el corazón de la cultura popular española", arguye García Algarra. La antigua sede de Telefónica ha evolucionado hasta convertirse en lo que es en la actualidad: un centro abierto al público con una amplia variedad de actividades y exposiciones que atrae, año tras año, a un gran número de visitantes.