Image: Tras las huellas de Cioran

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Letras

Tras las huellas de Cioran

Siete autores menores de cuarenta años descubren su poética y retratan la joven literatura rumana

25 mayo, 2018 02:00

Elena Vladareanu

Elena Vladareanu

Medgidia, 1981. Poeta y dramaturga, se graduó de la Facultad de Letras de la Universidad de Bucarest y en la actualidad es periodista cultural. Autora de ocho poemarios, su último libro es Bani. Munca. Timp liber (2017).

Consciente de que hoy no existen límites entre los géneros literarios, sino vasos comunicantes, Vladareanu compone piezas para performances y poemas en los que, como indica a El Cultural, da voz a sus grandes preocupaciones, relacionadas "con la intimidad y la vida privada, la religión, el feminismo, el cuerpo de la mujer, la maternidad, la sexualidad y la obsesión por la privacidad y la seguridad". Al mismo tiempo, cuestiona los límites del arte y el uso de discursos públicos sin comillas. En su opinión, la literatura rumana está condicionada por la desastrosa situación económica de los autores, "y por las expectativas que vienen del extranjero y que siguen considerándonos como algo exótico". Preocupada por "la corrupción del país y por el resurgir del nacionalismo y de la extrema derecha en toda Europa, el peligro ya no está en un solo país", asegura que no se plantea abandonar Rumanía.

Lavinia Braniste

Lavinia Braniste

Braila, 1983. Poeta y narradora, sabe que en Rumanía resulta más fácil ganarse la vida como traductora que escribiendo, lo que en fondo también la enriquece como autora, pues es "una forma profunda de leer".

"Tengo 35 años y adoro contar historias, desarrollar tramas y personajes y elegir con mimo cada palabra". Así se define Lavinia Braniste, que publicó su primer libro de poemas en 2006 y que escribe sobre el trabajo, la emigración y las relaciones familiares. Braniste, que confiesa a nuestra revista que a un joven escritor rumano le resulta casi imposible imaginar cómo era vivir durante la era de Ceaucescu, nos asegura que ahora "somos tan libres como nuestra imaginación nos permita. Además, los editores rumanos se muestran generosos a la hora de aceptar nuestras historias. Lo peor es que tres cuartas partes de lo que se ofrece en las librerías son traducciones y pocos jóvenes pueden plantearse la escritura como actividad única". Con todo, no renuncia a vivir allí, porque "es mi hogar, mi cultura, mi lengua. Siento que pertenezco a Rumanía, y tampoco creo que emigrar sea sinónimo de éxito".

Marius Chivu

Marius Chivu

Horezu, 1978. Poeta, novelista, crítico literario y traductor, Marius Chivu debutó con un libro de poesía de éxito, premiado, traducido y reeditado, aunque como escritor prefiere la prosa. Es autor de un libro de cuentos.

El diagnóstico de Chivu es desolador: "En Rumanía la literatura ha perdido la importancia y el prestigio que tenía bajo el régimen comunista. Entonces la gente buscaba en los libros la verdad, buscaba esperanza y libertad; los lectores hacían cola para comprar los mejores, los más valientes, y los escritores y la literatura eran relevantes, de ahí la censura. En nuestros días, en cambio, la tirada de los libros es baja y los lectores han huido a las redes. El mercado editorial rumano es uno de los más pequeños de Europa. Lo malo es que los escritores no pueden ganarse la vida escribiendo; lo bueno es que no hay presión comercial por parte de los editores. La literatura es principalmente un asunto personal, sin ventas suficientes que justifiquen componendas".

Tatiana Tibuleac

Tatiana Tibuleac

Chisinau, Moldavia, 1979. Licenciada en periodismo, se hizo famosa como columnista y presentadora de televisión. Su novela El verano en el que mamá tenía los ojos verdes tuvo un éxito inmediato y se ha traducido al francés. Vive en París.

Tatiana Tibuleac se sabe una autora poco convencional: "Mis historias, de imágenes trepidantes -nos explica-, son siempre más veloces que yo. Tomo de la mano mis relatos, me siento con ellos, negociamos y nos hacemos amigos". Por lo que a la literatura rumana moderna se refiere, admite que "tiene voz, pero aún no es un camino. Hay poetas extraordinarios; los novelistas son más escasos, pero sólo porque los rumanos piensan que la prosa es menos importante que la poesía". En su opinión, "los mejores escritores de era Ceaucescu tenían más ambición que la generación más joven actual. Quizá se preocupaban menos del estilo, pero mostraban una visión más amplia". Nacida en Moldavia, ha renunciado a Rumania dos veces, "una, al elegir no vivir allí, y la segunda, al no querer regresar. Una vez que te exilias, ya eres una exiliada para siempre".

Ruxandra Novac

Ruxandra Novac

Fagaras, 1980. Poeta. Estudió Filología rumana y francesa en la Universidad de Bucarest. Comenzó a escribir con quince años, uniéndose al círculo poético de Andrei Bodiu, "aunque era la más pequeña y no solía intervenir".

Relacionada por la crítica con Lynch y la ciberpoesía, Novac es la más moderna y revolucionaria de las poetas rumanas actuales. Tras debutar con Ecograffiti. poeme pedagogice. steaguri pe turnuri (2003), ha publicado media docena de poemarios en los que las imágenes de los héroes nacionales sirven como contraste al desencanto de unos jóvenes marcados por las muchas rupturas que ha vivido el país. Le gusta jugar con "lo biografíco y la poesía metafísica", mientras retrata un mundo que se transforma sin cesar, con "poderosas imágenes cargadas de intención", dispuestas a "arder. No soy la única y si no estoy sola / todo está bien, solo me acerco al fuego".

Dan Sociu

Dan Sociu

Botosani, 1978. Considerado el poeta joven más destacado de Rumanía, es el mayor representante del "Miserabilismo". Su primer libro, borcane bine legate, bani pentru înca o saptamâna (2002), obtuvo el premio Mihai Eminescu.

Enemigo de las etiquetas con las que la crítica de su país intenta reducirle, reconoce que en los últimos cuatro años ha comenzado a escribir con más ritmo y musicalidad, así que recomienda desde estas páginas al lector español que "aprenda rumano para leerme". Para él, el texto es parte del espectáculo total que debe ser la personalidad del escritor, "por eso hay tan pocos libros realmente interesantes, porque pocos autores se entregan por entero y sin vergüenza. La mayoría hace literatura como si fuera un trabajo más; algunos pueden incluso escribir bien, pero siguen sin resultar interesantes. Yo, por mi parte, actúo por razones casi místicas, así que si algún día recibo el impulso para cambiar de rumbo, lo haré sin pensar".

Claudiu Komartin

Claudiu Komartin

Bucarest, 1983. Poeta, editor y traductor, Komartin abandonó sus estudios de Filología en la Universidad de Bucarest para dedicarse a la literatura. Autor de seis poemarios, en 2005 publicó el manifiesto Generación 2000.

El más internacional de los jóvenes poetas rumanos comenta a El Cultural que si algo caracteriza a su generación es que "el capitalismo ha transformado el sistema editorial radicalmente, de manera que tanto los libros como las revistas atraviesan un momento de declive. También la ética de los autores ha tenido que cambiar para responder a las transformaciones de la sociedad. La libertad parece haberse convertido en el peor de los enemigos del escritor, así que ahora debe reinventarse a sí mismo. Desgraciadamente esto ocurre en un país disfuncional, por lo que resulta aún más soprendente que contemos con tantos poetas y narradores con obras originales y poderosas".