Image: Antonio Ortuño, V Premio Ribera del Duero

Image: Antonio Ortuño, V Premio Ribera del Duero

Letras

Antonio Ortuño, V Premio Ribera del Duero

El escritor mexicano ha sido premiado por La vaga ambición. El jurado ha destacado "el dominio que presenta para desarrollar un tema común en todos los relatos"

4 abril, 2017 02:00

Antonio Ortuño. Foto: Daniel Mordzinski

El escritor Antonio Ortuño (Zapopan, Jalisco, México, 1976) ha sido galardonado con el V Premio Ribera del Duero por La vaga ambición. El jurado, presidido por Almudena Grandes, ha valorado "el gran dominio que presenta para desarrollar un tema común en todos los relatos, como es la naturaleza de la escritura". Destaca también la capacidad humorística, "que en el autor no va en detrimento de la emoción, logrando la hazaña de divertir y conmover al lector".

En el volumen, compuesto por seis cuentos, la importancia de la escritura está muy presente, aunque las historias no mantengan una unidad temática y pasen de las relaciones familiares a la crítica social. En todos ellos se respira la opción de la escritura como escapatoria y la motivación para contar historias, pero también el pasado como detonante de los hechos que contamos y la política como causa de muchos sucesos personales.

"Veo La vaga ambición como el resultado de un juego: armar una colección de relatos que pudiera ser leída como un conjunto, relatos dotados con una serie de lazos que enriquecen su lectura individual. Los motivos de los cuentos son, en buena medida, autobiográficos, pero con esos materiales se crea ficción", ha apuntado el autor sobre su obra.

Y continua: "El narrador de todos (incluido un cuento "Provocación repugnante", en que no aparece y que debe leerse, de hecho, como un texto suyo, relevante como parte de su trayectoria vital) es un escritor, Arturo Murray, casado, con hijas, un poco venido a más, medio conocido y que va llegando a los cuarenta. Revisa momentos de su pasado y presente desde una óptica un poco amarga y otro poco satírica y aborda la escritura desde una óptica descarnada: la de quien, para escribir, sobrevivió al naufragio personal, familiar y laboral, transitó por burlas, miserias, humillaciones y pequeños triunfos y se resignó a un mundo de talleres, entrevistas, contratos, relaciones públicas, envidias, rencores, presentaciones a medio llenar".

De los 845 manuscritos de 36 países presentados a la convocatoria los finalistas, junto a Ortuño han sido: Los terneros de Rodrigo Blanco Calderón, Las cien lunas de Babel de Jesús Ferrero, La isla de los conejos de Elvira Navarro y Lo que está y no se usa nos fulminará de Patricio Pron.

Ortuño, que ha publicado título como El buscador de cabezas, fue finalista del premio Herralde de novela en 2007 por Recursos humanos (2007). Más adelante publicó Ánima (2011), La fila india (2013), Blackboy (2014, con el seudónimo "A. del Val"), Méjico (2015) y El rastro (2016). También tres libros de relatos, El jardín japonés (2007), La Señora Rojo (2010) y la antología personal Agua corriente (2015). Además, fue ganador del Premio de la Fundación Cuatrogatos, de Miami, al mejor libro juvenil por El rastro (2017) y la revista británica Granta lo eligió como el único mexicano en su selección de mejores escritores jóvenes en 2010.

Juan Casamayor, editor de Páginas de Espuma, ha señalado que "el premio se ha consolidado, hasta convertirse en una referencia en la actual geografía literaria en español. Ha ganado visibilidad, prestigio, reconocimiento y presencia, lo que refleja su gran acogida, la alta participación". En este sentido, el Premio Ribera del Duero ha premiado a escritores que luego han tenido una trayectoria productiva. Es el caso de Javier Sáez de Ibarra, Marcos Giralt Torrente, que fue reconocido más tarde con el Nacional de Narrativa, las escritoras Gaudalupe Nettel y Samanta Schweblin, figuras imprescindibles del panorama literario internacional.