Sandro Veronesi (Florencia, 1959) es uno de los escritores italianos de hoy con más vigor narrativo. Sus novelas La fuerza del pasado (premios Viareggio, Repaci, Campiello) y Caos calmo (premio Strega y Premio Novela Europea Camino de Santiago) le dieron el reconocimiento internacional. Su último libro Profecía reúne tres relatos entorno a la trágica relación entre padres e hijos.

Un relato no es simplemente una historia bien escrita, interesante y original. Un buen relato literario debe desvelar, a través de esa historia, una verdad universal. Veronesi lo sabe porque los tres relatos que aparecen reunidos en Profecía son magistrales. El primer cuento que da título al volumen es el más extenso y el más importante. Alessandro Veronesi, personaje, vive la muerte de sus progenitores. Es un cuento que, a través de su discurso caótico, sin apenas puntos, en futuro y en segunda persona, sentimos como el personaje intenta recuperar en el tiempo, la esencia de sus padres. A través de sus agonías, el hijo revive momentos de su infancia, traumas con su hermano, causados por la educación de sus padres. La segunda historia, “Muerto por algo”, también se centra en ese tipo de relación familiar, pero aquí el lector asiste a la extraña madurez de un niño, Ropiten, que ha sido educado a semejanza de su padre. Cuando muere el padre se dice que “el doctor dijo entonces que era el destino y que contra el destino no se puede hacer nada” (pág 43). Para sobrevivir a ese destino, el chico utilizará la mentira. No solo conseguirá vengar la muerte del padre, sino modificar el curso de los hechos. La tercera historia “Lo que ha sido será”, intensa y magnífica como las anteriores, relata la vida de un niño que crece bajo el dominio de un padre que ejerce en su empresa de “verdugo”. Sumiso, callado, miedoso, solo dispondrá de los malos resultados escolares para liberarse del poder paterno.

Las tres narraciones breves, de una asombrosa simplicidad, muestran facetas terribles de una relación que, al leerla, no sabemos bien si lo que predomina es el amor o el deseo de aniquilarse el uno al otro. Son temas que no caducan y que, sin embargo, en los relatos de Veronesi adquieren una desconcertante actualidad. Veronesi va, con pocas palabras, a la esencia de las cosas, y consigue, en sus relatos, la perfección.