Albert-Camus

Albert-Camus

Letras

6 autores eligen su Camus

25 octubre, 2013 02:00

Antonio Soler

El extranjero. Leí por primera vez El Extranjero con dieciseis, quizá diecisiete años, y al contrario que otras obras que tienen la piel más desnuda y que al ser revisadas dejan ver sus fallos y descosidos, me sigue asombrando porque no deja de crecer: A lo largo de estos treinta y cinco años años de lecturas continuas, sigue deslumbrándome con hallazgos nuevos, porque Camus nos pone, sin piedad, ante el espejo de nuestras miserias. En El Extranjero siempre hay un punto de misterio insondable que se va revelando poco a poco, es como un diamante desolador y tristísimo sobre la condición humana que siempre ofrece inesperados brillos, matices de más profundidad de los que el adolescente que fui pudo llegar a intuir en la personalidad del protagonista, ese Meursault que, tras la muerte de su madre, se convierte en asesino casi a su pesar, y que no siente arrepentimiento ni dolor ante su proxima muerte, que es en realidad lo único que tiene, a falta de certezas o esperanzas. Es además un libro precursor porque anticipa esa última frontera de extrañeza sin fisuras que nos separa de los otros, y la dibuja de un modo magistral. Ojalá en mi obra hubiese algún destello de la genialidad de Camus.

José Antonio Marina

El primer hombre. Como muchos jóvenes de mi generación, conocí a Albert
Camus a través de la obra de Charles Moeller Literatura del siglo XX y Cristianismo, una obra en varios tomos, creo que cinco, editada por Gredos a la que deberíamos hacer un homenaje, porque dio a conocer en España lo más granado de la literatura de aquel momento. Fui un admirador fervoroso de Camus, cuando era un adolescente. Me fascinó Calígula, sobre todo en la interpretación de Gerard Phillipe. Incluso cuando fui director de los Teatros Universitarios (TEU) quise representarla, con lo que tuve divertidas aventuras con la censura. Me autorizaron a representarla 'sin exagerar'. Hace poco releí su obra. El teatro me pareció envejecido, La peste también. Y las obras filosóficas son muy débiles. Tenía razón Sartre. Camus no era un filósofo. Me quedo con Les Noces, con El primer hombre, y, sobre todo, con su figura, de resistente optimista contra toda esperanza. En este caso, como en muchos otros, el personaje es muy superior a su obra.

Fernando Savater

El mito de Sísifo. “Escribí hace tiempo que El hombre rebelde es quizás uno de los ensayos más perfectos y emblemáticos del siglo XX, pero en su origen esta una obra casi de juventud, El mito de Sísifo, escrita en 1942 y en la que Camus se abisma de manera definitiva, descarnada y abrumadora al problema del absurdo. Se trata quizá, de su obra mas filosófica, y marca de manera indeleble su trayectoria por la respuesta definitiva que da: ante el horror nihilista de existir sólo cabe la solidaridad, reiventar un nuevo humanismo, compartir esa abrumadora soledad común. Plantea sin cortapisas el esfuerzo de vivir, de encontrar en los demás en la libertad, ese sentido imposible. Quizá por eso, tambien dejó escrito a los jovenes que “no cediesen cuando les digan que la inteligencia está demás; cuando les quieran mostrar que para triunfar es mejor mentir y para salir adelante es mejor someterse”. Por eso también el médico de La peste permanece en la isla, por no abandonar a los demás. Y por eso, al recibir en 1957, el Nobel afirmó ‘‘El escritor es el enemigo de la mentira y de la servidumbre; allí donde reinan promueven la peor y más cruel de las soledades''. Contra esa soledad, contra ese infierno, se alza este libro.

Antonio Muñoz Molina

Los carnets. Son el testimonio íntimo y diario del trabajo del escritor, el cuaderno en el que se apunta rápidamente lo que ve uno o lo inquieta. A veces son relatos de viaje, a veces son aforismos, a veces son quejas íntimas sobre las circunstancias amargas que vivió Camus por culpa de la agresión política de los que ni toleraban su independencia personal ni la calidad y el éxito de su literatura. Tienen la libertad y la viveza del cuaderno de apuntes de un pintor. Yo guardo como un tesoro los tres tomos delgados de Gallimard y los estoy hojeando siempre, y siempre encuentro un tesoro. Me gustan sobre todo sus apuntes de viaje en el tercer tomo: su capacidad de resumir una impresión visual en una frase; y la felicidad a la que se abandona en cuanto se encuentra en el Mediterráneo, en Italia o en Grecia, que le hacen acordarse de la luz y los paisajes de Argel, que son los de su infancia. Y en medio de las observaciones sobre lugares o personas y las reflexiones sobre el oficio de escribir brotan las confesiones de una persona muy frágil que se sabe incomprendida y herida. En los Carnets se puede rastrear el borrador de un tratado sobre la entereza, la capacidad de aguante y la perserverancia que hacen falta para dedicarse a escribir.

Ignacio Echevarría

La caída. Alguna vez, puede que bromeando, Onetti contó que poco después
de que Camus visitara Buenos Aires, en 1949, le mandó una carta en la que le proponía, “audazmente pero con todo respeto”, que escribiera una versión “invertida” de El extranjero. Una novela en la que un personaje en posesión del éxito y del bienestar social terminara pese a ello sintiéndose un extraño respecto a los suyos. Años después, cuando se publicó La caída, en 1956, Onetti pensó -decía- que Camus, muy a su manera, había tomado nota de esa sugerencia. Lo cierto es que La caída admite ser leída como una reescritura de El Extranjero hecha desde la otra orilla. El monólogo que da cuerpo a esta novela, la más redonda de su autor, refleja la profunda crisis personal que marcó un punto de inflexión en la trayectoria de Camus, quien en adelante se empeñaría rectificar su personal tendencia hacia el moralismo abstracto, y pondría en entredicho, en lo privado como en lo público, casi todas las posiciones adquiridas.

Pablo d'Ors

El Hombre Rebelde. Camus es un grande. Tiene la osadía de plantear el dilema más radical -esperanza o suicidio- y de resumir su propuesta en una palabra, 'rebelión' o, lo que es lo mismo, confrontación del hombre con su propia oscuridad; tiene el coraje de interpretar lo que está pasando en su tiempo y de esbozar las vías de salida (su famosa ética de la acción); tiene la cortesía de mirar hacia atrás y de dialogar con Nietzsche, Hegel, Sade o Marx, de igual a igual. Le preocupa tanto el nihilismo como el anarquismo, el romanticismo como el surrealismo, la sociedad como el individuo. Sus planteamientos de la novela como la más elevada forma de rebeldía y del individualismo solidario contra la sociedad de masas son formas de combate para el despertar. Por si todo esto fuera poco, es un filósofo comprensible, no sólo para iniciados. Tiene la elegancia del estilo, que es lo mismo que personalidad, mirada propia y vigor de expresión. Por su “pensamiento del mediodía”, que es una moral con hondas raíces mediterráneas, y por su radical confianza en el ser humano -a pesar de su pesimismo-, L'homme révolté seguirá leyéndose dentro de un siglo. Camus: ese inolvidable rebelde con causa.

BIOGRAFÍA

1913 | Albert Camus nace el 7 de noviembre en una familia de colonos franceses o piedsnoir de Mondovi (hoy Drean, Argelia) que cultivaban el anacardo.

1914 | Su padre muere en la batalla del Marne, en la Primera Guerra Mundial, y la familia se muda a casa de la abuela materna en Argel.

1918 | En la escuela primaria recibe clases de Louis Germain, quien actuaría como un padre para él y al que citaría al aceptar el Nobel de Literatura.

1924 | Cursa Filosofía en la Universidad de Argel pero abandona al enfermar de tuberculosis.

1930 | Retoma sus estudios y se licencia en Letras con especialidad en Filosofía. Para pagarlos realiza diversos trabajos: profesor particular, vendedor de piezas de automóviles, oficinista...

1932 | Publica sus primeros trabajos periodísticos en Sud.

1934 | Se casa con Simone Hie. Este año se afilia también al Partido Comunista Francés que le encarga llevar la propaganda a los musulmanes.

1935 | Crea el grupo Teatro du Travail, en el que será actor, director y dramaturgo. Más adelante cambiará el nombre por el de Théâtre de l'Équipe

1937 | El matrimonio se rompe a causa de la adicción a las drogas de Simone. Es expulsado del PC por su oposición al pacto germano-soviético y su apoyo a la autonomía de los comunistas argelinos. Publica El revés y el derecho.

1938 | Entra a trabajar en el recién fundado diario Alger-Republicain, que dirige Pascal Pia. Allí publicará su investigación La miseria de la Kabylia que tendrá un poderoso impacto.

1939 | Bodas. Recopilación de artículos inspirados en lecturas y viajes recientes por Europa.

1940 | El Gobierno prohíbe Alger-Republicain y Camus encuentra un puesto de profesor en Orán. Se casa en segundas nupcias con Francine Fauré. En marzo se le aconseja dejar Argelia por ser una “amenaza a la seguridad nacional”. Se instala en París y encuentra trabajo en Paris Soir.

1942 | Publica la novela El extranjero y el ensayo El mito de Sísifo, dos de sus obras más conocidas. La invasión alemana del norte de África aisla a su mujer en Argelia y los separa hasta el final de la contienda en 1945.

1943 | En París se une a la Resistencia y dirige el diario Combat.

1944 | Liberado París, conoce a Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Arthur Koestler y María Casares, que también sería su amante. Publica dos piezas teatrales: El malentendido y Calígula.

1945 | Firma una petición en la que se solicita al general De Gaulle la gracia para el escritor colaboracionista Robert Brasillach.

1946 | Publica una polémica serie de artículos en prensa en contra del expansionismo soviético.

1947 | Aparece la novela La peste, premio de la Crítica al año siguiente. Participa en actividades de grupos anarquistas.

1948 | Publica Estado de sitio. Teatro.

1949| Sale Los justos. Teatro.

1951 | Publica El hombre rebelde. Ensayo.

1952 | Tiene lugar su famoso enfrentamiento con Jean Paul Sartre a propósito de la publicación en Les Temps Moderns de un artículo que le reprocha a Camus que su rebeldía era “deliberadamente estética”.

1954 | Sale El verano. Ensayos.

1956 | Publica la novela La caída. Lanza su Llamada a la tregua civil, pidiendo la protección de la población civil en la durísima guerra franco-argelina.

1957 | La Academia Sueca le concede el premio Nobel de Literatura. Aparece Reflexiones sobre la guillotina. Ensayo.

1960 | El 4 de octubre muere en un accidente de tráfico cerca de la localidad de Le etit-Villeblevin. Su ambicioso manuscrito inconcluso, El último hombre, se publicaría póstumamente al igual que sus Carnets (1962) y su extensísima correspondencia en ocho tomos (1971-2003).