Amin Maalouf leyendo su discurso en Oviedo

Amin Maalouf leyendo su discurso en Oviedo

Letras

El Príncipe de Asturias de las Letras reconoce al libanés Amin Maalouf

9 junio, 2010 02:00

El escritor libanés exiliado en Francia Amin Maalouf ha merecido este jueves el Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2010 imponiéndose finalmente a Ana María Matute por 15 votos a cinco, contando la escritora española con el apoyo de miembros del jurado como Sánchez Dragó, Rosa Navarro y Luis María Anson. El jurado ha destacado del autor su manera de "abordar con lucidez la complejidad de la condición humana desde la ficción histórica y la reflexión teórica". Asimismo, el acta reconoce el "lenguaje intenso y sugerente" de Maalouf, que "nos sitúa en el gran mosaico mediterráneo de lenguas, culturas y religiones para construir un espacio simbólico de encuentro y entendimiento". Por último, el jurado ha añadido que "frente a la desesperanza, la resignación o el victimismo, su obra traza una línea propia hacia la tolerancia y la reconciliación, un puente que ahonda en las raíces comunes de los pueblos y las culturas."

Maalouf nació en 1949 en Líbano, en el seno de una familia greco-católica, en tiempos en que en el país convivían pacíficamente más de una quincena de comunidades culturales. Estudió Economía Política y Sociología en la Universidad Francesa de Beirut y ejerció el periodismo en el diario An-Nahar. Más tarde llegó la guerra civil, que llevaría a Maalouf a vivir en el exilio francés. Su obra literaria gira en torno a la historia y los conflictos religiosos en el Mediterráneo. Su mayor éxito lo consiguió con la novela histórica León el africano. Otros títulos suyos son Amor de lejos, Samarcanda, El primer siglo después de Béatrice, Las Cruzadas vistas por los árabes, Los jardines de luz y El viaje de Baldassare. Como complemento a su obra narrativa publicó el ensayo Identidades asesinas, en el que expone la defensa a ultranza de las culturas minoritarias y la integración religiosa y cultural con el mar Mediterráneo como elemento integrador. En 1993 recibió el premio Goncourt por La roca de Tanios.

A menudo se le pregunta a Maalouf por su país de origen. Y la respuesta no suele variar mucho: “Es verdad que tengo mucha nostalgia del Líbano de antes, de antes de la guerra que ensangrentó el país, y de alguna manera, yo he transportado la nostalgia de los años de mi infancia a una época más lejana, el siglo XIX, del que mi familia ha conservado el recuerdo. Es exacto, y toda persona que ha conocido el Líbano de hace tiempo, la calidad de vida que había entonces, sólo puede tener nostalgia de lo que se ha perdido”. Quizá por eso, en Orígenes, su última novela (Alianza, 2004), escribe: “Pertenezco a una tribu que, desde siempre, vive como nómada en un desierto del tamaño del mundo. Nuestros países son oasis de los que nos vamos cuando se seca el manantial; nuestras casas son tiendas vestidas de piedra; nuestras nacionalidades dependen de fechas y de barcos. Lo único que nos vincula, por encima de las generaciones, por encima de los mares, por encima de la Babel de las lenguas, es el murmullo de un apellido.”

En este sentido, y en una entrevista reciente con elcultural.com, es escritor afirmó: "El mundo musulmán vive una crisis histórica gravísima. Hay mucha gente desesperada, que siente que no tiene ningún futuro y que no tiene nada que perder. Además, perciben el mundo como un espacio hostil que les margina y les humilla. Eso les lleva a cometer actos tan desesperados como los atentados suicidas. Hay que intentar devolverles la esperanza, y eso se consigue sacando a los sociedades en que viven de la crisis total en que están inmersas".

Maalouf está comprometido con las actividades de El legado andalusí, un proyecto que hace suyas las palabras del preceptor del califa Al-Hakam, Al-Zubaidi: “Todas las tierras son una, y los hombres todos son vecinos” y que es uno de los candidatos al Príncipe de Asturias de la Concordia. Además, ha escrito el libreto de la ópera L'amour de loin, de la compositora finlandesa Kaija Saariaho, estrenada en el Festival de Salzburgo del año 2000. También para Saariaho ha escrito Adriana Mater.

El galardón de las Letras está dotado con 50.000 euros y una estatuilla diseñada para los Premios por el artista Joan Miró. En la edición del año pasado, el premio recayó en el escritor albanés Ismail Kadaré. El jurado del premio Príncipe de Asturias de las Letras está presidido por Víctor García de la Concha y del mismo forman parte Andrés Amorós, Luis María Anson, Armas Marcelo, Blanca Berasátegui, Carmen Caffarel, Pedro Casals, Antonio Colinas, Milagros del Corral, Jacobo Fitz-James, José Luis García Martín, Pilar García Mouton, Olvido García Valdés, Manuel Llorente, Rosa Navarro Durán, Berta Piñán, Fernando Rodríguez Lafuente, Sánchez Dragó, Diana Sorensen y Román Suárez Blanco.