Image: Javier Tomeo

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Letras

Javier Tomeo: "Se vende mucho, casi siempre, por razones extraliterarias"

3 abril, 2002 02:00

Javier Tomeo, por Gusi Bejer

Pregunta: ¿Tiene tanto cuento como dicen? Respuesta: Tal vez, pero soy un cuentista que procura no mentir. P: ¿Y es perverso? R: No, soy demasiado ingenuo para ser perverso. Puede que no sea lo suficientemente inteligente. P: ¿Cuál es su mayor perversión literaria? R: Corregir, corregir y corregir. Escribir es un proceso alquímico que se afana por conseguir la piedra filosofal de una perfección inalcanzable. P: ¿Alguna vez ha deseado actuar como el protagonista de El hotel de los pasos perdidos, y disfrazarse para buscarse a sí mismo? R: Ya lo hice. Sucedió en Madrid, en un hotel gigantesco, con 1000 habitaciones, etc, etc. Llegó un sábado y el hotel se quedó vacío. Los hombres de negocios se marcharon y fueron sustituidos por algunos ancianos abandonados durante el fin de semana por sus hijos. Entonces se me ocurrió dar vida a un personaje que tratase de desconcertar al personal de servicio... P: ¿De qué se disfrazaría? R: De Drácula, el más aristócrata de los monstruos. P: ¿Y si en lugar de un hotel fuese a una editorial? R: De editor con muchas posibilidades financieras, es decir, que pudiese edi-tar libros sin preocuparse por sus posibilidades comerciales. Durante estos últimos años el mundo literario se está transformando en una especie de circo. Algunas editoriales, pese al talento y a la sensibilidad que demuestran algunos de sus empleados, se han convertido en poco más que grandes fábricas de papel impreso. P: ¿Hay géneros menores o autores menores? R: En todo caso, hay autores menores. P: ¿Es un autor mayor de un género menor o un autor menor de uno mayor? R: Que lo digan mis lectores. Lo cierto es que me siento muy a gusto escribiendo cuentos y novelas de 125 ó 150 folios. Podría añadir que no soy yo quien decide la extensión de mis novelas. Son los personajes. P: Hablando de distancias cortas, ¿y la crítica? ¿Hay críticos menores también? R: Como en todas las profesiones, hay críticos buenos, críticos malos y críticos con menos sensibilidad que un adoquín. Algunos son incluso dolorosamente malos, porque se prestan al juego que conviene a los grandes intereses mercantiles de ciertas editoriales. P: ¿Y los monstruos? R: Están ahí, rodeándonos, configurando la gran metáfora de nuestras frustraciones. Monstruos que exigen nuestra comprensión y todo nuestro amor. P: ¿Qué es el fracaso? R: No llegar adonde queremos. Quedarse a mitad de camino. Los hombres demasiado exigentes con su propia obra se sienten siempre fracasados. P: ¿Qué le hace sentirse triunfador? R: Algunas veces, sentirme envidiado por los demás. P: Su cuento “Los leñadores” recuerda “La oveja negra” de Monterroso. R: Todo el mundo habla del cuento de Monterroso a propósito de un dinosaurio. Es el único que conozco, de oídas. P: ¿Y a quién ha leído, si no? R: He leído hasta la extenuación a Poe. Me fascina su fantasía, pero también la precisión de sus adjetivos. Cada palabra de Poe está iluminada por una sombría luz interior. En mi opinión, es así como los narradores deberían iluminar las palabras que utilizan, no desde fuera hacia dentro. P: ¿Qué tiene en común su escritura con la de Kafka? R: Me gustaría que tuviese muchas cosas, porque es uno de mis escritores preferidos. En mis personajes se manifiesta ese “ello” antisocial, atávico, en oposición a todos los convencionalismos al uso. En cierto modo, se sienten “cuca- rachas” y lo manifiestan. P: ¿Con Goya? R: Su talento para soñar monstruos. P: ¿Buñuel? R: Me gustaría ser tan valiente para reflejar lo que se esconde por detrás de lo políticamente correcto. P: El Ayuntamiento y la Universidad de Zaragoza le han propuesto para el Nobel... R: Eso significa que no puedo decir que no sea profeta en mi tierra. Pero estamos llevando eso del Nobel a terrenos excesivamente politizados, incluso a afirmaciones autonómicas que poco tienen que ver con lo literario. No pienso en la posibilidad de recibirlo, pero eso no significa que me considere con menos merecimientos que algunos candidatos propuestos por otras autonomías. P: Le han traducido a 14 lenguas, entre ellas al sueco... R: ...y también al hebreo y al chino, así que quienes no me entiendan en castellano, me entenderán aún menos en chino... P: ... y sin embargo, aún no es un autor superventas: ¿qué le falta? R: Se vende mucho, casi siempre, por razones extraliterarias. Es una especie de contagio mágico que se produce entre lectores cuando concurren determinadas circunstancias, no siempre lógicas. No me quejo, pero tal vez vendería más si los críticos de este país apostasen más fuerte por la renovación de la narrativa de este país. P: ¿Qué hará mientras? R: Trabajar y trabajar, con la esperanza de que mi próxima novela sea mejor.