Image: El Frinje resiste en vanguardia

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Teatro

El Frinje resiste en vanguardia

1 julio, 2016 02:00

Un momento de BBBB, de Agrupación Sr. Serrano. Foto: Alfred Mauve

El festival arranca este viernes en Matadero. En su quinta edición reduce el número de obras en cartel pero amplía el apoyo económico a las compañías, que abordan conflictos como la burbuja inmobiliaria, el auge del fascismo... Mark Ravenhill, Falk Richter, Mapa Teatro, Club Caníbal y Agrupación Sr. Serrano son algunos de sus reclamos.

Un escaparate de la vanguardia escénica. Esa fue la pretensión con la que nació el Frinje en 2012. Y la edición que arranca este viernes la mantiene intacta pero más ‘afinada'. En los carteles primerizos se agolpaban decenas de propuestas. Era una oferta abigarrada y dispar. Podría decirse que de aluvión. Esa tendencia se ha ido racionalizando. "Seguimos apostando por ser un termómetro de las inquietudes artísticas del país. Esa vocación sigue presente pero ahora intentamos potenciarla. Presentar menos montajes nos permite darles un apoyo mayor", explica a El Cultural José Manuel Mora, responsable artístico del festival madrileño junto a Marion Betriu.

"Ese respaldo mejorado se concreta en ayudas económicas más altas para las compañías", apunta esta última. El mínimo garantizado para cada uno de los participantes es de 3.000 euros (el año pasado era sólo 1.200). La organización, que cuenta con un presupuesto de 250.000 euros (40.000 más que en 2014), asegura el pago de esa cuantía aunque la recaudación se quede por debajo. Además, se fortalece la apuesta por la creación a través de siete ayudas de entre 2.000 y 3.000 euros a proyectos inéditos que se exhibirán en Matadero los próximas semanas. De ese modo intentan acallar ciertas insinuaciones de que el Frinje, hasta ahora, era una extensión del contexto precario en el que se desenvuelven los grupos independientes.

El Frinje alienta el espíritu crítico, desacelera la máquina de producción cotidiana y cuestiona la tiranía del ‘me gusta' de Facebook" J.M Mora"

El festival se sustenta en un ideal que toman prestado de Walter Benjamin. Decía el pensador alemán que "en tiempos donde no podemos ser completa e ingenuamente optimistas, sí podemos, al menos, organizar el pesimismo y abrir espacios de resistencia". Para Mora, el Frinje debe ser un lugar que "aliente el espíritu crítico, que desacelere la máquina de producción del día a día y cuestione un presente determinado por la tiranía de los ‘me gustas' de Facebook, la neurosis del selfie y la incertidumbre política".

En consecuencia, están abiertos a las propuestas más experimentales, embriones de nuevos lenguajes. Su gran orgullo es que proyectos y nombres escasamente conocidos desborden, tras su paso veraniego por Matadero, el nicho alternativo y entren en circulación en el circuito comercial e institucional. Algo que ha sucedido con Los nadadores nocturnos (Mora-Ferrer), Danzad malditos (Alberto Velasco), Dios K (Antonio Rojano), Nosotros no nos mataremos con pistolas (Víctor Sánchez), Cosas que no se olvidan fácilmente (Xavier Bobés)... Y, por la misma razón, el comité artístico, en el que aparte de Betriu y Mora están el director portugués Thiago Rodrigues, la programadora brasileña Marcia Dias y el catedrático José Antonio Sánchez, ha apostado por piezas (23 en total) que interpelan realidades candentes: el auge del radicalismo ideológico, el perfil de la identida europea, la burbuja inmobiliaria…

Una imagen de Homo Ridens de Teatro Sotterraneo. Foto: Sara Bugoloni

En esta última llaga pone el dedo la Agrupación Sr. Serrano, compañía catalana galardonada con el León de Plata en Venecia y artífice de uno de los discursos más originales de nuestra escena: mezclan la interpretación actoral y la performance con técnicas audiovisuales como el mapping… A pesar de su proyección internacional, que incluye el hito de estrenar en Teherán dos de sus espectáculos, en España todavía no tienen mucho predicamento. A Madrid no venían desde 2007. En su retorno estarán con BBBB (15 de julio), un doble biopic que engarza dos vidas. La de Sir John Brickman, el mayor constructor de Inglaterra del siglo XIX e ideólogo del primer sistema hipotecario de la historia. Y la de Marlon Brando, actor al que huelga presentar.

Se preguntarán cuál es la conexión entre ambos. Àlex Serrano la revela a El Cultural: "Los dos fueron multimillonarios riquísimos que tuvieron muchas casas, mansiones incluso, pero jamás disfrutaron de un hogar. En BBBB reflexionamos sobre la diferencia entre casa y hogar y sobre el gran engaño de las hipotecas, un concepto a través del cual el mercado ha convertido un derecho irrenunciable en una trampa. No queremos dar discursos demagógicos, con verdades cerradas, sólo elevar cuestiones sobre fenómenos sociales políticos que nos preocupan y nos afectan".

En la misma línea temática se inscriben otros dos de los montajes más atractivos de este Frinje. Testigo de las ruinas (8 y 9 de julio), del grupo colombiano Mapa Teatro, repara en la gentrificación impuesta en algunos de los barrios más populares de Bogotá. La escena aquí es literalmente un refugio para formas de vida arrolladas por la modernidad: como la de Juana Ramírez, la última habitante de El Cartucho, que continúa haciendo sobre las tablas lo que hizo siempre: arepas y chocolate. Y Formas de olvidar (6, 7 y 8), de Atlas, que pone el foco crítico en otro lavado de cara urbanístico: el de La Latina madrileña. Más obras en clave ‘incisiva' son Homo Ridens (9 y 10 julio), donde los italianos de Teatro Sotterraneo se preguntan por los límites del humor; Herederos del ocaso (1 y 2 de julio), del Club Caníbal, que disecciona con bisturí azconiano la propensión hispánica a la picaresca…

Más allá de la exhibición pura, la otra pata sobre la que se sustenta el Frinje es la de los laboratorios. Este verano destaca la visita del dramaturgo británico Mark Ravenhill, que ha bautizado su taller Fascist Inside. A partir de la novela El azul del cielo, de Georges Bataille, alerta del nuevo auge de la ultraderecha más violenta, circunstancia de la que hemos tenido pruebas concluyentes en la Eurocopa. Otra figura de renombre es el autor y director alemán Falk Richter, que llega dispuesto a agitar el concepto de identidad europea. Avisa de entrada a los que hayan pensado apuntarse: estará dirigido a personas que no se sientan identificados con la etiqueta: ‘100% blanco-heterosexual-hombre-de descendencia europea'.

El Frinje sostiene así el pulso escénico de la capital en unas fechas en que la cartelera se presta a ‘las rebajas estivales'. Aunque la destitución de Juan Carlos Pérez de la Fuente, que respaldó decididamente la iniciativa de Natalio Grueso, lo pone en una situación incierta de cara al año próximo. Veremos qué pasa. En tal coyuntura, Betriu y Mora apelan al concepto de resilencia: "El Frinje es un organismo resiliente que a lo largo de cinco ediciones ha sobrevivido, se ha visto enriquecido del diálogo con el Teatro Español y Madrid Destino y, a través de la interacción con sus participantes, ha mantenido su carácter público, asumido riesgos artísticos, ampliado su mirada e indagado en lo desconocido".

@albertoojeda77