Image: Carles Alfaro: Lo lúdico no está reñido con lo lúcido

Image: Carles Alfaro: "Lo lúdico no está reñido con lo lúcido"

Teatro

Carles Alfaro: "Lo lúdico no está reñido con lo lúcido"

27 agosto, 2015 02:00

Carles Alfaro. Foto: Archivo

Carles Alfaro recibe el Premio Ceres a la Mejor Dirección de Escena por su obra Atchúusss!!!, protagonizada por Adriana Ozores, Malena y Ernesto Alterio, Fernando Tejero y Enric Benavent. Sobre su galardón, su personal concepción del teatro, sobre la actualidad del sector y especialmente sobre Chejov, charla con El Cultural. Y también sobre su próxima obra que se estrenará en febrero en Valencia y llegará a los Teatros del Canal a mediados de marzo.

El director Carles Alfaro, (Valencia, 1960) es el flamante ganador del Premio Ceres a la Mejor Dirección de Escena por su obra Atchúusss!!!, una adaptación de varios textos humorísticos escritos por Antón Chéjov (con el pseudónimo Antosha Chejonte que usó durante su juventud) en los cuales vierte su análisis a la vez despiadado y piadoso del ser humano. Un nuevo reconocimiento que sumar al palmarés de este brillante director que desde hace años defiende un teatro con gran sentido de taller y alejado de intereses puramente mercantilistas. Sobre su galardón, su personal concepción del teatro, sobre la actualidad del sector y especialmente sobre Chejov, charla con El Cultural. Y también sobre su próxima obra que se estrenará en febrero en Valencia y llegará a los Teatros del Canal a mediados de marzo.

- ¿Qué supone para usted ganar este Premio Ceres a la Mejor Dirección de Escena?
- Normalmente me producen cierto pudor los premios, sobre todo porque cuando se dice el mejor director, el mejor… no estoy totalmente de acuerdo. Creo que nos dedicamos a un oficio cuya naturaleza es la diferencia, ser distinto, y las comparaciones me parecen, como dice el tópico, bastante odiosas. Aunque al mismo tiempo también reconozco que cuando uno siente que es un reconocimiento a algo que has hecho, siempre te produce una sensación de compañía, ya que, en definitiva, tu intención no es otra que compartir y expresarte.

- ¿Qué el galardón lo otorgue un festival con tanto prestigio y tradición como el de Mérida lo hace especial?
- Sí, porque el festival ha facilitado la aparición de estos premios que ganan entidad por el hecho de premiar lo visto durante toda la temporada, no sólo en el festival. Por otro lado, el hecho de que el jurado esté compuesto por representantes de los medios de comunicación o de la crítica, que no dejan de ser profesionales del ramo, siempre te da cierta sensación de que ha habido un rigor y una valoración, siempre subjetiva, pero que refleja que a esas personas sí que les ha llegado tu trabajo.

- Dos integrantes de la obra El Cerco de Numancia han renunciado a su premio aduciendo que la gala de entrega tiene más presupuesto anual que el conjunto del teatro extremeño, ¿qué opinión le merece el tema?
- Pues no tenía ni idea. Aunque puedo imaginármelo perfectamente, tal es la pobreza cultural de este país y de los que tienen la responsabilidad de fomentar la educación y la cultura. El mundo del teatro parece que siempre estamos en el capítulo de gastos en vez de en el de inversiones. En ese sentido no me deja perplejo ni me extraña. Yo vengo de un pequeño país como es Valencia, donde hemos padecido esto durante muchos, muchos, muchos años…

- Ciertamente parece una constante del teatro gastar en lugar de invertir, ¿qué hay de cierto?
- Está todo muy mal explicado y hay mucha contaminación. No se explica qué porcentaje del PIB produce realmente la cultura en este país, que es mucho más porcentaje que el que recibe, y eso nadie lo dice. No estamos hablando ya de cuestiones de ética, sino que hablamos puramente en términos económicos. Me parece realmente torpe y totalmente hipócrita el hecho de que el mundo de la cultura no reciba, como mínimo, la cantidad que produce y que proporciona a la sociedad a nivel económico.

- ¿Y cuáles son las claves para mejorar el sector teatral?
- El sector del teatro tiene que mejorarse por sí mismo, no es cuestión de que necesitemos paternalismos, lo que no necesitamos son dificultades ni trampas, como lo del IVA, que es inadmisible. Que una revista pornográfica tenga un impuesto del 4% y que el teatro tenga el 21% me parece un contrasentido absurdo. Se trata de apelar a la inteligencia de las personas que nos gobiernan, no a la buena voluntad, simplemente a la inteligencia. Quiero también aclarar que me parece un error darle el énfasis, algo que muchas veces hacemos los mismos que nos dedicamos a este oficio, al aspecto económico cuando en realidad de lo que yo me quejaría es claramente de la falta de proyecto cultural, de proyecto que tenga cuerpo, un mínimo de personalidad. Eso es lo que yo más echo de menos, que no haya debate sobre una política cultural realmente importante y sin complejos. Por supuesto que a partir de ahí son necesarios unos presupuestos y unas ayudas, pero se debe partir de ese proyecto, y es de lo que menos se habla porque claro, a la derecha sobre todo no le conviene hablar de lo que son las ideas.

- Ante esa falta de proyectos, ¿cuál es el papel del sector público?
- Existe un repertorio en el que el mercado nunca va a tener interés y que por tanto la administración pública o el Estado debe ofrecernos. Ceo que tiene que haber unas herramientas que le ofrezcan al sector no un dirigismo cultural, sino unas herramientas para que pueda ejercer con dignidad su trabajo, exigiendo a cambio calidad, que es lo que debe pretender el Estado, que suba el nivel de exigencia de los espectadores, no simplemente entretenerlos, porque lo lúdico no está reñido con lo lúcido. Y eso es lo realmente difícil y requiere una cierta personalidad. Lo lúdico por lo lúdico es tan efímero o más como el propio teatro.

- ¿Y piensa usted que el público demanda realmente ese tipo de teatro al que se refiere?
- Totalmente. La cultura proporciona autonomía y un criterio propio, lo que va creando una sociedad más plural y rica, y sobre todo mucho más eficaz ante las injusticias y las amenazas que se encontrará. Por lo tanto eso, al igual que la educación no es optativa sino obligatoria, la cultura debe estar, no dirigida, pero si ampliamente ofrecida, cosa que en otro países, especialmente europeos, está más que resuelto y asumido, pero que en este país aún tiene que calar.

Un momento de la representación de Atchúusss!!!, con Adriana Ozores y Ernesto Alterio

- Hablemos ahora de Atchúusss!!!, que le ha valido el premio. Está basada en varios textos cortos de Antón Chéjov, pero ¿qué Chéjov nos podemos encontrar?
- De hecho encontramos a Chejonte, no a Chéjov. Ése es el pseudónimo de un Chéjov muy joven pero ya con muchas responsabilidades familiares. Él se dedicó a la medicina, que era su enorme amor, aunque siempre decía que la literatura era su amante. Chéjov empezó a escribir de una manera casi casuística, pequeños relatos y columnas en los diarios, para tener ingresos extra mientras seguía trabajando. Yo no tengo dudas de que muchos de estos cuentos surgieron de anécdotas de su trabajo. Chejonte, me ha enseñado enormemente a tener esa mirada implacable y a la vez indulgente de lo que es la condición humana. Me ha hecho reafirmarme en mi idea de la concepción del teatro, porque lo que a él le interesaba, ese entender al hombre, llegar a comprender, a mí me fascina también. Ya en esa época, los personajes son absolutamente anónimos e insignificantes. De lo cotidiano crea lo insólito.

- La representación en forma de sketches independientes aporta dinamismo a la obra, pero ¿por qué el personaje de Dimitri actúa como hilo conductor?
- Claro, hay que mantener, primero la naturaleza del sketch, porque la naturaleza de la condensación en Chejov me parece maravillosa, ¿cómo se puede hacer con menos más? La idea era mantener una cierta sensación presente en los relatos, y al mismo tiempo, si era posible, no estrictamente por crear un hilo conductor, sino porque me parecía muy característico de Chejov, personificar de alguna manera en un ser un viaje en el cual los relatos fueran parte de su propia vida. Dimitri es esa personificación.

- Uno de los puntos fuertes de la obra es la calidad del reparto…
- La presencia de todos los actores se produjo por una concatenación de adhesiones. Es un reparto al que yo no daba crédito, porque viendo los nombre dices, ¡caramba! Que los cinco sean seres con tanta magia me hizo sentirme abrumado por la responsabilidad, porque dije: "si esto sale mal significa que la he cagado mucho". Ellos fueron suficientemente generosos y humildes como para entender que este era un trabajo en el cual no cabía ningún tipo de protagonismo y que había que entrar en la humildad y la generosidad que tiene este autor. Dentro de estos parámetros entendieron que había un work in progress, un punto de aprehender y personalizar estos personajes, que es como a mí me gusta trabajar para ser luego insustituibles, así nadie podría hacer ya ese personaje igual. Para sorprender a la gente hay que sorprenderse a sí mismo y eso pasa por todos, incluido yo mismo.

-Y tras este éxito, ¿qué nuevos proyectos piensa acometer próximamente?
- Hemos reflotado la compañía Moma Teatre, y tenemos una coproducción con Teatros del Canal basada en el Tío Vania, porque quiero cerrar un poco el ciclo de Chéjov. La situación de Valencia y de sus actores me pareció que tenía mucho que ver con esta obra. Las condiciones que han tenido que atravesar en este desierto de más de veinte años en los cuales han sido ninguneados… Quería que tuvieran ellos la posibilidad de expresar la sensación de mirar atrás y ver que la vida no te ha correspondido como esperabas, y el paso del tiempo implacable te obliga o a reinventarte o a estar en una huida eterna que no te lleva a ningún lado. Es una representación patéticamente actual, basada en Tío Vania, pero llevado desde una cocina muy íntima de la situación que hemos vivido en Valencia.

Los Premios Ceres

En total son catorce premios cuyos ganadores se seleccionan de entre todas las producciones escénicas españolas que se han estrenado entre el 21 de julio de 2014 hasta el 19 de junio del 2015. El palmarés de esta cuarta edición de los Premios Ceres lo compone, al Mejor Espectáculo: Rei Lear; al Mejor Director: Carles Alfaro por Atchúusss!!!; a la Mejor Actriz: Aitana Sánchez-Gijón por Medea; al Mejor Actor: Pedro Casablanc por Hacia la alegría y Los cuentos de la peste; y al Mejor escenógrafo: Juan Sanz y Miguel Ángel Coso por Enrique VIII y la cisma de Inglaterra. A su vez, el galardón al Mejor Vestuario será para Pedro Moreno por Enrique VIII y la cisma de Inglaterra y Medea; a la Mejor Caracterización, para La compañía Morboria por El burgués gentilhombre; al Mejor Autor para Alberto Conejero por La piedra oscura; a la Mejor Composición Musical para Mariano Marín por Atchúusss!!!; a la Mejor Trayectoria Empresarial para Kamikaze Producciones; y a la Mejor Iluminación para Pedro Yagüe por Don Juan Tenorio, Edipo rey y La pechuga de la sardina.

De igual modo, el Premio de la Juventud recaerá en el actor José Francisco Ramos por El cerco de Numancia; el Premio del Público, en El cerco de Numancia; y el Premio Emérita Augusta, que reconoce toda una tryectoria, en José Sacristán. Todos ellos recibirán una estatuilla que fue creada por el escultor extremeño Jesús Díaz Moreno Machaco. La pieza, de hierro forjado, está inspirada en la diosa Ceres, la diosa griega de la tierra, la agricultura y la fecundidad.

La gala de entrega, que se celebrará el próximo jueves, día 27, contará con las actuaciones de Luz Casal y José Mercé, que amenizarán una ceremonia presentada un año más por Carlos Sobera. Los 14 premios serán entregados por grandes actores como Tina Sainz, Ana Fernández, María Esteve, Tristán Ulloa, María Pujalte, Nancho Novo, Álex García, Laura Pamplona, Natalia Millán, Concha Velasco, Fran Perea, y los extremeños Elías González y Ana García.

Todos los premiados, menos los tres últimos, son elegidos por un jurado especializado compuesto por nueve periodistas culturales de los principales medios de comunicación españoles y un presidente, honor que corresponderá este año al actor Antonio Resines. El resto del jurado lo componen Justo Barranco de La Vanguardia, Miguel Ayanz de La Razón, Daniel Galindo de RNE,Juan Ignacio García Garzón de ABC, César López de El Periódico de Cataluña, Raúl Losánez de La Gaceta y Radio Intereconomía, Marcos Ordóñez de El País, Machús Osinaga de TVE y Liz Perales de El Cultural de El Mundo.

El premio Emérita Augusta a toda una vida es decidido por la dirección del Festival de Mérida, mientras que la elección del Premio del Público y de la Juventud corresponde a un jurado extremeño compuesto por periodistas y profesionales de los principales medios de comunicación locales y regionales que han participado en la cobertura informativa del festival.