Image: Les Luthiers

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Teatro

Les Luthiers

“Nuestros espectáculos serán eternos el día que reluzcan nuestros cráneos”

30 octubre, 2003 01:00

Les Luthiers, por Gusi Bejer

Dos años han tardado estos virtuosos músicos y humoristas en volver a Madrid, donde cuentan con un ejército de aficionados que ha agotado hace meses las entradas. Actúan a partir del 4 de noviembre en el Palacio de Congresos con su espectáculo Todo por que rías, y sirva de consuelo a los que se quedan sin verlo que volverán del 6 de enero al 1 de febrero. Jorge Maronna y Daniel Rabinovich, dos de los cinco luthiers, hablan de su éxito con El Cultural.

-En el último espectáculo que presentaron en Madrid, Bromuro de Armonio, la novedad era el humor político. ¿Qué hay de nuevo en Todo por que rías?
-Daniel Rabinovich: Bromato de Armonio... Pues bien, es todo nuevo. Todas las canciones y los números son nuevos. El espectáculo transcurre con dos columnas vertebrales, que son Radio Tertulia y las tres serenatas. Ambos se dan en tres veces, a lo largo del programa.
-Jorge Maronna: A pesar de que en una de sus obras, Loas al Cuarto de Baño, aparecen instrumentos fabricados con artefactos sanitarios, no crea usted que nuestra novedad es ahora el humor escatológico.

-El espectáculo se estrenó en Buenos Aires en 1999, cuando todavía la crisis no había estallado.
-D.R: Disculpe, Señora periodista... en Argentina la crisis no tiene comienzo y mucho menos fin.

-Saben que a partir de la crisis nunca hubo tantos artistas argentinos en Madrid. ¿Creen que la estrechez aviva el ingenio?
-D. R: No, no lo creo. En las épocas más difíciles a veces se hace necesario buscar comida más que ideas. No hay nada mejor que la paz y la prosperidad para que una sociedad sea creativa. Nos alegramos mucho de poder trabajar en España y que muchos buenos colegas lo hagan. Estamos agradecidos.

-En 30 años de convivencia de Les Luthiers no se conoce ni una desavenencia ni una separación, ¿Cuál es la clave?
-D R:La buena voluntad, la tolerancia, la amistad sobre todas las cosas. Y que nadie diga lo contrario porque lo peleo.
-J. M: Es simple: entre nosotros, ni un Si ni un Do. Y la clave es la de Sol.

-¿Qué es lo que peor soportan de sus colegas que por fin se atreven a desvelar?
-D. R: Jamás lo diría en público. Disfruto de ellos. Ellos sí que me tienen que soportar a mí. Y no es fácil, soy terrible.
-J. M: Que sean cuatro señores mayores, en lugar de unas preciosas modelos internacionales.

-¿Por qué en Les Luthiers no hay director?
-D. R: Somos un grupo de autogestión... (hermosa palabra que no sé lo que quiere decir. Somos cinco directores.
-J. M: Los hay, y en cantidad: somos cinco directores. A veces estamos en ese rol los cinco simultáneamente, y en otros momentos toma las riendas alguno de los cinco.

-De los más de 500 personajes que han inventado, el más famoso es Mastropiero. ¿Cómo entraron en contacto con él?
-D. R: Me lo presentó una ex-amante de él, que se transformó con el tiempo en ex-amante mía y de alguno de mis compañeros, creo que de cuatro de ellos.
-J. M: Hicimos un casting de músicos inescrupulosos. Mastropiero se presentó y salió primero. Bueno, en realidad nos ofreció dinero para que lo eligiéramos.

-¿Han tenido alguna noticia suya?
-D. R: Es muy parco... (otra hermosa palabra que...).
-J. M: Suponemos que anda por el mundo haciendo de las suyas, o más probablemente tratando de hacer suyas las ajenas.

-¿Cómo es el proceso de creación que sigue el grupo: se encierran juntos, cada uno trabaja por su cuenta, se reúnen disciplinadamente...?
-D. R: Sí.

-Cuando lucían melenas, sus espectáculos duraban un año, luego los giraban dos. Más tarde, con el cabello cano o recortado, tres años y ahora cuatro. ¿Qué relación hay entre la duración de sus espectáculos y el decrecimiento de sus cabellos?
-D. R: Sansón y Dalila, ¿la conoce?
-J. M: Nuestros espectáculos durarán eternamente el día en que reluzcan nuestros cráneos.

-Muchos de los luthiers han seguido estudios técnicos (Arquitectura, Ingeniería, Química...) ¿Han consegudo descubier la ecuación que despeje la gran incógnita del Humor?
-D. R: Mis compañeros sí lo han hecho. Yo soy egresado (liceciado) de la Facultad de Derecho, de manera que de ciencias, poco.
-J. M: Al menos para nosotros, el humor es siempre una incógnita. Si no, no haríamos tantas versiones de cada pieza antes de estrenar nuestros espectáculos.

-Se dice que no les gusta salir en televisión. ¿Por qué?
-D.R: Nos gusta entrar solamente. Y salir con chicas.
-J.M: Se dicen tantas cosas...

-¿Otras contraindicaciones o alergias?
-D.R: De todo tipo, por supuesto. Pero no las ejercemos entre nosotros.

-Si en España hay más Marías y Garcías que en ningún otro sitio, ¿por qué esa insistencia con Noruega?
-D.R:¿Ha revisado la señora periodista el directorio telefónico de Noruega? Algunos García hay, créame.

-¿Como andan de vanidad con el éxito que tienen?
-D. R: Felices. Es uno de los secretos de nuestra buena convivencia. No podríamos defraudar a tanta gente. No sería justo.
-J. M: Nos enorgullece que Les Luthiers tenga un éxito tan grande. Pero no olvidamos cuando, a la puerta del café-concert donde actuábamos en nuestros comienzos, rogábamos que algún transeúnte entrara a vernos. O cuando, en las primeras funciones en Madrid y Barcelona, éramos felices si venían a vernos cincuenta personas. Sic transit gloria mundi ("El tránsito, en el mundo, es una gloria").

-¿Cuál es la canción de la que más contentos se sienten?
-D.R: Imagine, de John Lennon.

- ¿Y el instrumento?
-D. R: El bass-pipe a vara.
-J. M: La Ferrocalíope, esa espectacular mezcla de órgano con locomotora a vapor.

-Cuando actúan tienen un termómetro que mida las risas del público y les indique cómo seguir.
-D. R: Sí, pero no se lo cuente usted a nadie, por favor.
-J. M: Cuando estrenamos cada pieza la grabamos para tener una idea precisa de dónde y cuánto se ríe el público. Eso, en el caso de que se ría, lo que algunas veces no ocurre. Y, durante las representaciones, uno está permanentemente atento a las reacciones de los espectadores. En especial si arrojan objetos al escenario.

-¿Les ha ocurrido alguna vez que el público no haya reído sus gracias?
-D. R: Sí, claro, algunas veces. Por suerte muy pocas.
-J. M: En algunos estrenos comprobamos con desazón que con el humor nunca se sabe: siempre hay un gran margen de error.

-¿Piensan en jubilarse?
-D. R: Sí, dentro de cuarenta y cinco años. Ya va a ser tiempo.
-J. M: Sí, cuando cumplamos la edad correspondiente. ¿Cuál es la edad de jubilación de un músico-humorista en España?