Escena clave de la obra. Foto: Javier del Real

Escena clave de la obra. Foto: Javier del Real

Ópera

El Teatro Real reimagina 'El cuento del zar Saltán' con una poderosa historia de amor materno y fantasía

La ópera de Rimski-Kórsakov, dirigida por Dmitri Tcherniakov, llega por primera vez al coliseo madrileño en una puesta en escena que reinterpreta el cuento clásico de Pushkin.

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Entre el 30 de abril y el 11 de mayo, el Teatro Real presentará una nueva producción de El cuento del zar Saltán, de Nikolái Rimski-Kórsakov, en una coproducción junto al Théâtre Royal de La Monnaie de Bruselas, donde la obra se estrenó en 2019 recibiendo el premio Opera Award a la Mejor Nueva Producción.

Esta ópera, basada en un poema narrativo de Aleksandr Pushkin, desembarca por primera vez en el coliseo madrileño con una visión renovada y emotiva firmada por Dmitri Tcherniakov, quien regresa al Real tras más de doce años.

La historia clásica gira en torno al zar Saltán, la zarina Militrisa y su hijo Guidón, protagonistas de un relato de traiciones, milagros y reencuentros en un mundo de fantasía eslava.

Sin embargo, en esta nueva puesta en escena, Tcherniakov introduce una segunda capa dramática: una madre que cría sola a su hijo autista interpreta junto a él la historia del zar Saltán, buscando, a través de la ficción, una forma de comunicación y entendimiento que la realidad les niega.

"La verdadera historia es la relación entre la madre y el hijo", explica el director en la rueda de prensa. "El cuento de hadas es el medio, no el fin". Con funciones previstas los días 30 de abril, 2, 4, 6, 8, 10 y 11 de mayo, El cuento del zar Saltán promete ser uno de los grandes acontecimientos de la temporada. Una celebración de la fantasía, la música y la profunda humanidad que se esconde en los cuentos de hadas.

La obra difumina magistralmente la barrera entre la realidad y el sueño. Foto: Javier del Real

La obra difumina magistralmente la barrera entre la realidad y el sueño. Foto: Javier del Real

Esta ópera, como destacó Tcherniakov, no será una simple representación infantil. La riqueza emocional de la música de Rimski-Kórsakov, con su orquestación pictórica y evocadora, encontrará reflejo en una escenografía que se sumerge en el universo interior del niño.

"Queremos mostrar muchas capas de la historia", comenta el director , "no solo la superficie colorida, sino también la tristeza, la melancolía, la fragilidad".

En el escenario, el joven Príncipe Guidón, interpretado por Bogdan Volkov, no será un héroe convencional: será un niño autista, sensible y cerrado al mundo, cuya madre, encarnada por Svetlana Aksenova como la zarina Militrisa, lucha por encontrar un puente hacia su interior a través de los cuentos.

Volkov se ha preparado rigurosamente para este papel tan icónico: “Vi muchos documentales y películas sobre niños autistas. Me conmovió especialmente uno, Life Animated, sobre un niño que solo lograba comunicarse con sus padres a través de los personajes de Disney. En nuestra historia pasa algo similar: el niño entiende el mundo solo a través de los cuentos. Es muy bello y muy frágil.”

Escena de la ópera presentada en el Teatro Real. Foto: Javier del Real

Escena de la ópera presentada en el Teatro Real. Foto: Javier del Real

La Princesa Cisne, rol de Nina Minasyan, y el zar Saltán, interpretado por Ante Jerkunica, completarán un reparto de primer nivel, acompañado por el Coro y la Orquesta Titulares del Teatro Real bajo la batuta de Ouri Bronchti, quien debuta en Madrid.

Puesta en escena

La importancia del mar, otro de los grandes temas de la partitura de Rimski-Kórsakov —él mismo marino en su juventud—, tiene un protagonismo especial en la ópera.

"El mar no es solo un escenario, es la vía hacia el descubrimiento, la apertura al mundo", explica Ouri Bronchti, el director musical, "La isla mítica de Buyán, donde Guidón y su madre encuentran refugio, simboliza un espacio de milagros y posibilidades infinitas".

La puesta en escena jugará con dibujos infantiles proyectados, acuarelas mutantes y trajes extravagantes que parecen salidos directamente del imaginario del niño protagonista, acentuando la atmósfera onírica y la tensión entre el mundo real y el mundo soñado. "Queremos que el público sienta la poesía, pero también la fragilidad de este universo", explica Tcherniakov.

Paralelamente, el Teatro Real ha organizado Un cuento de hadas: El zar Saltán en el Real Teatro de Retiro, una adaptación familiar del mismo cuento de Pushkin, con proyecciones, música en directo y una narrativa adaptada para niños a partir de ocho años.

Esta versión busca acercar el universo de Rimski-Kórsakov y Pushkin a los más pequeños, continuando así la apuesta del Real por tender puentes entre generaciones.

El estreno de El cuento del zar Saltán en el Teatro Real, 125 años después de su presentación en Moscú, marca también un paso más en el rescate del repertorio eslavo en España, tradicionalmente escaso en los escenarios nacionales. "Quizá esta producción abra una nueva etapa para redescubrir a un compositor como Rimski-Kórsakov, que sigue siendo injustamente poco conocido aquí", comentó Tcherniakov.