Antonio Arias, cantante, bajista y compositor principal de Lagartija Nick. Foto: Javier Linares

Antonio Arias, cantante, bajista y compositor principal de Lagartija Nick. Foto: Javier Linares

Música

Antonio Arias: "Qué pena no poder estar ahora con Joe Strummer y con Morente para tocar y reír con ellos"

El líder de Lagartija Nick echa la vista atrás para repasar los 35 años de historia de la banda con una gira y un disco en directo, 'Eternamente en vivo'.

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Antonio Arias (Granada, 1965) aún se emociona al recordar a Joe Strummer y a Enrique Morente, dos de sus grandes pilares en la música y en la vida, que son lo mismo.

El líder de The Clash se refugió en Granada en los 80 huyendo de sus problemas y se paseaba por los bares con su cresta amarilla, causando “un impacto tremendo” e inspirando a la escena punk local, en la que militaba la banda del propio Arias, 091.

Obsesionado con Federico García Lorca, “Strummer se fue a buscar sus restos al barranco de Víznar” con Jesús, el hermano mayor de Antonio y líder del grupo TNT.

Lorca es el pegamento que une todas las piezas de este puzle. Ninguna garganta ha insuflado tanta emoción a los versos de Poeta en Nueva York como la de Morente, el genio del Albaicín con el que Antonio Arias y su siguiente banda, Lagartija Nick, alumbraron en 1996 aquel hito mayúsculo de la música de este país llamado Omega, que fundió el flamenco con el rock.

Hoy todo el mundo venera aquel álbum, pero al principio “fue despreciado”, recuerda Arias. Era pura vanguardia. “No pasa nada, hacemos discos para dentro de diez años”, le dijo entonces Morente.

Qué pena no poder estar ahora con ellos, tocar, reírnos, recordar todo lo que vivimos juntos y darles las gracias. Todavía rompo a llorar…”, avisa el músico, pero no lo hace y de su boca siguen brotando a borbotones los recuerdos.

Es, sin duda, momento de echar la vista atrás, y Lagartija Nick —donde también militan Eric Jiménez (batería y miembro además de Los Planetas), Juan Codorníu (guitarra) y JJ Machuca (teclados)— lo ha hecho con una gira y un disco grabado en directo, Eternamente en vivo, con motivo de sus 35 años de trayectoria.

Pregunta. ¿Qué sensaciones tuvo al hacer ese repaso a todo el repertorio de Lagartija Nick?

Respuesta. Lo primero, perdonarnos la vida. Uno siempre mira con demasiada severidad los trabajos anteriores, pero hemos revisado muchos vídeos de la primera época de la banda y nos hemos reconocido en aquella fuerza y aquella valentía que teníamos, a pesar de los errores. Por eso este nuevo directo suena con tanta convicción.

Antonio Arias.

Antonio Arias.

La IA, arma de doble filo

P. La discográfica dice que este disco no tiene “los trucos de laboratorio con los que tradicionalmente se han maquillado los discos en directo en el rock español”.

R. No hemos regrabado nada porque somos muy perros y nos da pereza entrar al estudio para retocar cosas, pero tampoco es un desprestigio hacerlo. Antes el problema habitual de los discos en directo era que en las pistas de voz se colaba mucho ruido, pero ahora la inteligencia artificial es capaz de eliminarlo. Paradójicamente, la IA ha ayudado en este caso a que el resultado sea lo más natural posible.

P. Entonces, ¿la IA es una enemiga o una aliada?

R. Ahora los músicos están obsesionados con programas como Suno. Le das un prompt y te hace la letra y la música, pero el resultado no es tuyo aunque lo tengas en ese momento en tus manos.

»Lo que sería absolutamente alucinante sería tener una IA que en vez de trabajar con todo el mundo trabajase solo contigo. Que pudieras educarla haciéndole escuchar solo lo que tú quisieras, porque las bases musicales que hace la IA suenan horteras y caducas.

»En cuanto a las letras, reconozco que el otro día me enseñaron una que le habían pedido de broma a la IA “en el estilo de Antonio Arias” y se parecía tanto a las mías que era como para firmarla. El asunto de la IA no es tan distópico como parece, lo distópico es creerte lo que te diga.

"Podríamos habernos pasado 40 años haciendo lo mismo, pero dejarse llevar por el sistema es un error"

P. Dos claves de Lagartija Nick son la experimentación y la evolución constante. ¿Por qué jugársela siempre en vez de aferrarse a un único estilo?

R. Nunca hemos querido que nuestra carrera estuviera dirigida por lo que nos había funcionado anteriormente. Quizá por eso está más presente en este disco la época de Su (1995). Estábamos en una multinacional y podríamos habernos pasado 40 años haciendo lo mismo, porque después de Inercia (1992) la cosa iba bastante bien. Pero dejarse llevar por el sistema es un error.

»Quisimos oscurecer el sonido, meternos en la poesía de manera más profunda y reivindicar una iconografía propia. Todo eso nos alejaba cada vez más de nuestro momento, pero nos acercaba a este futuro en el que vivimos, en el que tenemos una historia mágica que contar.

P. ¿Cómo han convivido en su universo creativo las influencias anglo (Bauhaus, The Stooges, Sonic Youth, Nirvana, Nine Inch Nails…) con todo ese mundo cultural autóctono de Lorca, Val del Omar, Morente y compañía?

R. La motivación para hacer un grupo y cantar era mimetizarte con lo que veías. En nuestro caso era el punk, ya que teníamos grupos buenísimos muy cercanos. Eso sigue dentro de nosotros, pero al mismo tiempo tienes que sacudirte esas pulgas si quieres ser infectado por otros parásitos.

»Yo tenía el gen dormido del flamenco, porque en mi casa, en la que teníamos una barbería, sonaban Juanito Valderrama, La Niña de la Puebla y Angelillo en vena. Era algo de lo que huía y la música anglosajona te modernizaba, pero lo otro ya lo tenía dentro. Hacer que tus mundos interiores convivan con los exteriores es una labor interesante y divertida. En mi caso supuso dejar que Morente me transformara y me enseñara otras cosas, otras músicas en las que concentrarme. Fue una parte muy importante del camino.

"Por supuesto que hay que posicionarse. Nosotros aprovechamos los conciertos para cagarnos en Netanyahu"

P. Ha experimentado con el post-punk, el grunge, el metal, el rock industrial... ¿No le tientan géneros actuales como el trap o la música urbana?

R. No, pero los valoro muchísimo. En nuestra música siempre hemos dado mucha importancia a los textos y eso lo veo reflejado en el trap. De su música me distancio más porque las bases son lo menos trabajado, pero las letras y la personalidad de los cantantes son lo que marcan la diferencia. Me gusta cómo escriben Yung Beef o Carmen Xía. También me gustan algunas letras de Bad Bunny, son como jeroglíficos.

P. ¿Cómo ha evolucionado la industria musical en España en estos 35 años?

R. Ha habido una profesionalización tremenda de los estudios y de las puestas en escena; la democratización de las herramientas de producción ha hecho que puedas montártelo por tu cuenta en tu casa; y ahora no solo las grandes estrellas internacionales pueden llenar cinco veces seguidas un estadio, los artistas nacionales también son capaces de lograrlo.

P. ¿Cree que los músicos, por su influencia en la sociedad, deben posicionarse ante el genocidio de Gaza?

R. Por supuesto que hay que posicionarse. Nosotros, como hicimos Los cielos cabizbajos [un disco antibélico sobre las ciudades bombardeadas del siglo XX, basado en un proyecto inacabado de Jesús Arias], aprovechamos cuando tocamos alguna de esas canciones en los conciertos para cagarnos en Netanyahu.