Benson Boone durante su actuación en Coachella, en la que le acompañó Brian May.  EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN

Benson Boone durante su actuación en Coachella, en la que le acompañó Brian May. EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN

Música

La orquesta de Dudamel, el renacer de Lady Gaga y la aparición de Brian May: lo mejor del Coachella 2025

También destacaron los conciertos de Charli XCX, Green Day y la española Judeline en el primer fin de semana del mediático festival estadounidense.

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María Cantó
Agencias
Publicada
Actualizada

El desierto de Indio de California volvió a convertirse en el epicentro mundial de la música con una edición del Coachella, el festival más grande y mediático de Estados Unidos, más atrevida y distinta a la de años anteriores.

Uno de los momentos más impactantes lo protagonizó el director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, quien debutó en el festival junto a la Filarmónica de Los Ángeles (L.A. Phil).

Su aparición fue una auténtica revolución para el Coachella: por primera vez, una orquesta sinfónica ocupó uno de los escenarios principales. Dudamel abrió con una poderosa versión de The Ride of The Valkyries, de Wagner.

Con invitados como Laufey, Maren Morris, Becky G, y los argentinos Ca7riel & Paco Amoroso, la orquesta transitó desde el pop y la música electrónica hasta el reguetón y el rap, culminando con una vibrante colaboración con LL Cool J que fusionó clásicos del hip hop con arreglos sinfónicos.

Judeline, la joven promesa española, también brilló en su primera participación en Coachella. En el escenario, tejió un universo llamado Bodhiria, donde la música tradicional española se entrelazó con trap, pop y afrobeats.

Tocando guitarra y castañuelas, versionó The Climb de Miley Cyrus y presentó piezas propias como bodhitale, angelA, Brujería, INRI y JOROPO. Judeline cerró con 2+1, un tema que habla del poliamor con ritmo urbano, ganándose la ovación del público.

Otra actuación estelar fue la de Charli XCX, que convirtió el escenario principal en el epicentro del fenómeno brat. La artista británica, una de las grandes protagonistas musicales de 2024, compartió tablas con Billie Eilish, Lorde y Troye Sivan, en una muestra de sororidad y celebración de la cultura pop.

Becky G durante su actuación en el Coachella. Foto: EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN.

Becky G durante su actuación en el Coachella. Foto: EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN.

Momentos como el dueto con la neozelandesa Lorde en Girl, So Confusing, o la aparición sorpresa de Eilish para interpretar Guess, encendieron a un público entregado que, al final del show, fue desafiado con una pregunta proyectada en pantalla: "¿Ha terminado finalmente el verano brat?".

El encargado en cerrar el sábado fue el rapero Travis Scott, quien mezcló éxitos como MODERN JAM con nuevos lanzamientos, mientras el punk-rock regresaba con fuerza gracias a Green Day.

La banda californiana recuperó su espíritu más contestatario con himnos como Boulevard of Broken Dreams, 21 Guns y American Idiot. Con una seguidora invitada a cantar sobre el escenario y un mensaje claro contra la agenda MAGA, el grupo ofreció un espectáculo cargado de energía y nostalgia.

Pero si hubo una actuación que encapsuló la teatralidad, el simbolismo y la transformación, fue la de Lady Gaga. La estrella estadounidense encabezó la jornada del viernes con una obra dividida en seis actos, en la que representó su renacimiento artístico.

Desde el inicio con Bloody Mary, pasando por el duelo entre su yo actual y el icónico alter ego de Bad Romance, hasta su “resurrección” con Perfect Celebrity, Gaga construyó un relato visual y musical lleno de fuerza. Tocó la batería, la guitarra, el piano y bailó sus coreografías más memorables, cerrando con Bad Romance y una declaración rotunda: "Los monstruos nunca mueren", dedicándosela a sus Little Monsters.

La jornada del viernes también estuvo marcada por dos sorpresas memorables. El músico y compositor británico Brian May, de la legendaria banda de rock Queen, apareció por sorpresa casi al final del concierto del cantautor estadounidense Bason Boone para interpretar Bohemian Rhapsody, considerada por muchos como una de las mejores piezas musicales de la historia.

Al principio, las cámaras mostraban únicamente los dedos rasgueando una guitarra sin revelar el rostro del músico. No fue hasta el clímax de la canción que se descubrió que se trataba de May, lo que desató la ovación de una multitud atónita, que aplaudía y grababa con sus teléfonos uno de los momentos más icónicos del festival.

Un poco antes, durante el show de la surafricana Tyla, Becky G subió al escenario como invitada para interpretar juntas el tema On My Body, en una colaboración que fusionó sensualidad, empoderamiento femenino y ritmos globales.

En el terreno latinoamericano, Rawayana, la banda venezolana, debutó con un espectáculo que buscó “llevar una playa venezolana a California”. Acompañados por Danny Ocean, ofrecieron un repertorio que homenajeó a su país natal y a sus seguidores que aún no han podido verlos en directo. "Este es un concierto que puede ver la gente por YouTube, y lo dedicamos a quienes no nos pudieron ver en Venezuela", declaró Alberto Montenegro, su vocalista.

Los Mirlos, desde Perú, hicieron historia como la primera banda de cumbia amazónica en Coachella. Banderas peruanas en alto y sonidos del Amazonas conquistaron a un público curioso y abierto a nuevas experiencias, demostrando que la cumbia tiene lugar en cualquier parte del mundo.

La diversidad también estuvo representada por artistas como El Malilla, Iván Cornejo, y la estrella surcoreana LISA, que actuó como solista con temas como Kiss Me. Missy Elliott, Glorilla y Lola Young completaron una jornada inaugural con múltiples estilos y reivindicaciones, siendo esta última ovacionada tras interpretar Messy, una canción que celebra la aceptación personal.

El encargado de clausurar este primer fin de semana del festival fue Post Malone, en el que volvieron a retumbar los corridos tumbados en los escenarios de la desértica ciudad de Indio al son de Junior H y su invitados estrellas, los mexicanos Peso Pluma y Tito Double T. El rapero desgranó un repertorio basado en el género country que tanto le caracteriza y mezclando otros temas más roqueros y populares como Rockstar o Better Now.

Post Malone durante su actuación en Coachella. Foto: EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN.

Post Malone durante su actuación en Coachella. Foto: EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN.

Al festival, que continuará este fin de semana, no le faltó mensaje político. El senador Bernie Sanders apareció de sorpresa para presentar la actuación de la cantante estadounidense Clairo, y aprovechó para lanzar un encendido discurso contra las políticas medioambientales del expresidente Donald Trump.

Abucheado por algunos y aplaudido por otros, Sanders habló de justicia climática, derechos sociales y la necesidad de una juventud comprometida. "Este país enfrenta desafíos muy difíciles. El futuro de EE.UU. depende de su generación", afirmó.