Pablo González. Foto: May Zircus

Pablo González. Foto: May Zircus

Música

Pablo González se transfigura con Strauss al frente de la Filarmónica de Dresde

El director, en plena madurez, ofrecerá dos conciertos en el Auditorio Nacional con Strauss de protagonista: 'Muerte y transfiguración' y 'Una vida de héroe'.

25 enero, 2024 01:17

Dos sustanciosas sesiones sinfónicas anuncia Ibermúsica para los días 24 y 25 con el protagonismo de la histórica Orquesta Filarmónica de Dresde (Dresdner Philharmonie), fundada en 1870, y del director español Pablo González, que de esta manera se sitúa en un podio que ya ocupara en su día, de 2004 a 2011, otro maestro español, Rafael Frühbeck de Burgos, uno de nuestros músicos más internacionales. Otras batutas insignes ocuparon también esa titularidad: Paul van Kempen, Kurt Masur, Günther Herbig (que, a sus más 90 años, sigue, parece ser, en activo), Michel Plasson, Marek Janowski… Actualmente está al frente de la agrupación el también chelista Michael Sanderling, hijo del histórico Kurt Sanderling.

El ovetense González (1975) es un músico probado, eficiente, trabajador, culto y hábil, un poco todoterreno. Su progresión ha sido magnífica pese a unos años en el dique seco por enfermedad. Hoy, ya muy asentado en su edad madura, está siguiendo una carrera, internacional de altos vuelos, acrecentada después de su fructífera y no muy larga etapa al frente de la Orquesta de la RTVE.

Posee una batuta nerviosa pero clara, que se mueve ágilmente en todos los planos siguiendo muy lógicos impulsos en la traducción de muy sólidos criterios musicales. Ha aprendido a respirar con tranquilidad y a asentar por lo común unos tempi muy juiciosamente trabajados.

[Pablo González, un capitán Ahab a la busca del Réquiem de Mozart]

Sus propuestas al frente de la orquesta germana descansan en el repertorio tradicional a lo largo de dos conciertos poblados de obras maestras y bien construidos. Como compañero de viaje, figura un pianista brillante y original, el suizo Francesco Piemontesi (1983), no especialmente conocido por estos andurriales, pero famoso en otros muchos países y acaparador de premios. Tiene un estilo elegante, fluido, de ataque preciso y al tiempo muelle. Frasea con gran ductilidad y se muestra habitualmente fantasioso y creativo.

El día 24 abordará el Concierto nº 25 K 503 de Mozart, una de las grandes obras maestras de la colección, con un finale que para algunos como Messiaen alberga tal grado de emoción “que no se pueden retener las lágrimas”. En la sesión del día 25 la obra a interpretar será el Concierto nº 3 de Beethoven, en el que se dan cita una combinación de melodismo de altos vuelos, de signo todavía clásico, con un espíritu y un fervor propios de un premonitorio romanticismo.

El remate de cada reunión estará a cargo de un poema distinto de Richard Strauss: en el primer caso Muerte y transfiguración, sutil evocación de una vida y de su proyección hacia el más allá. Maravillosa narración, que alberga en su parte final uno de los crescendi más espectaculares y al tiempo delicados del compositor bávaro.

En el segundo la torrencial Una vida de héroe, en la que se suceden los episodios de la vida de un artista y se describen sus amores, aventuras y las luchas contra los enemigos. Imponentes edificios sinfónicos que necesitan de una batuta tan clarificadora como impulsiva. Tras Muerte y trasfiguración se interpretará también el día 24 el premonitorio y rompedor Adagio de la incompleta Sinfonía nº 10 de Mahler.