Image: David del Puerto estrena Boreas, su primer asalto sinfónico

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Música

David del Puerto estrena Boreas, su primer asalto sinfónico

El Festival de Canarias acoge el estreno mundial del joven compositor

20 enero, 2005 01:00

David del Puerto. Foto: Mercedes Rodríguez

El Festival de Canarias acoge el 26 de enero el estreno mundial de la Sinfonía nº 1, Boreas, de David del Puerto (Madrid, 1964), que correrá a cargo de la Orquesta de la Radio de Helsinki y de su titular Sakari Oramo. El Cultural analiza esta obra en la que el joven compositor ha aplicado los esquemas establecidos por Mozart y Haydn.

En la muy loable política de encargos del Festival de Canarias, ha entrado este año -tal y como comentábamos en estas páginas la pasada semana-, el compositor madrileño David del Puerto (1964), uno de nuestros máximos y exportables valores. En su día supo aprender, digerir y reelaborar las enseñanzas recibidas, allá a principios de los ochenta, de Francisco Guerrero y de Luis de Pablo. Muy pronto Del Puerto empezó a organizar su propio lenguaje, a plantearse un trabajo de incesante búsqueda, a hurgar en las técnicas postseriales, a acercarse al modalismo, a tantear distintos procedimientos armónicos, a jugar con la variación continua, a encontrar caminos directos hacia una definida expresión.

El camino que desde 1985, en el que nació su sorprendente Veladura, que, curiosamente, daba la espalda al lenguaje masivo de Guerrero, ha recorrido el autor revela cómo son de cambiantes las cosas en el arte y cómo los creadores están muchas veces despiertos, atentos a todo lo que se mueva, cómo pueden ser de porosos y cómo van eliminando gangas, depurando sus formas de expresión en una continua búsqueda de autenticidad. ésa es una palabra que cuadra muy bien al proceder de Del Puerto, que ha logrado ya muchas veces traducir a sonidos lo que quería decir.

Control de medios
A día de hoy el músico mesetario ha conseguido un dominio de la materia, un control de sus medios y una claridad de discurso raros. Sólo de esta manera es posible plantear una partitura como la que va a estrenarse el próximo miércoles en Las Palmas por la excelente Orquesta de la Radio Finesa dirigida por su titular, el ascendente Sakari Oramo. Después de múltiples y afortunadas aventuras sonoras en los últimos 20 años, Del Puerto ha organizado milimétricamente una sinfonía, bautizada con el nombre de Boreas, la nº 1 de su catálogo, rico por otra parte en composiciones orquestales, que se acoge en principio a un esquema hasta cierto punto tradicional. Y seguimos aquí conceptos vertidos por el propio autor. La pieza se divide en los clásicos cuatro movimientos, los mismos que eran habituales en las sinfonías de Mozart o Haydn, a cuyas premisas se acoge la nueva partitura. A lo largo de unos 24 ó 25 minutos se sucede una copiosa serie de acontecimientos sonoros que, dada la muy didáctica y clara forma de hacer música de nuestro artista, no hay duda de que podrán ser captados por el auditor; algo que le preocupa especialmente.

Hay una idea básica: los cuatro tiempos adoptan un esquema ternario, constan de tres secciones, ABA, desarrolladas, naturalmente, de forma muy variada y en las que se resumen y se decantan algunos de los procedimientos y técnicas que han ido conformando a lo largo de los años el estilo de Del Puerto. Se abre la sinfonía con Nocturno y tema de fantasía. El Nocturno propiamente dicho, que inicia y cierra el movimiento, es lento y emplea como elemento característico una figura del vibráfono sobre pizzicati de chelos y crescendi de los violines que ha de actuar a modo de estribillo. El tema de fantasía es más movido y juega con timbres y texturas (en cuyo manejo el compositor es todo un maestro).

Sucesión modal
En segundo lugar encontramos un Scherzo que da pie para desarrollar otro de sus procedimientos favoritos, una sucesión modal de notas, en este caso cuatro, que se escuchan en las oscuras voces de las cuerdas graves y los fagotes. La sección central es una ampliación enriquecida del tema de fantasía del movimiento previo.

El tercer movimiento, titulado Intermezzo, es breve pero muy importante, ya que retoma el tema del nocturno inicial y luego esboza un anticipo del último movimiento. éste propone a continuación una passacaglia o pasacalle, forma de variación continua realizada sobre un bajo ostinato, muy del gusto del autor y, como sección central, un elemento de especial relieve: una canzona basada en un motivo ascendente-descendente de tres notas inventado por Leo, hijo del compositor, durante sus correteos sobre las teclas del piano. Una idea que alimenta y perfuma toda esta franja de la sinfonía, que va a concluir con una nueva exposición de la passacaglia, cuya última variación se combina con el motivo de la canzona; una coda, en la que se escucha fugazmente el nocturno del comienzo y un postrer recuerdo de la passacaglia.

El título de la Sinfonía, Boreas (el viento del norte) alude al viaje norte-sur: una orquesta septentrional, la de la Radio Finesa, toca en un festival meridional. La verdad es que la cosa promete.