Una escena de We-Men

La danza se apodera de Madrid durante septiembre y octubre con dos citas imprescindibles. De un lado, Abierto en Canal continúa su ciclo, a partir de este sábado, 30, con Sintempo, un espectáculo de la bailarina Sara Cano marcado por los ecos flamencos pero también por la fusión con la danza contemporánea. "Busco -señala la también coreógrafa- ese caldo de cultivo musical y dancístico que fue el preflamenco. Rescato imágenes y momentos que me inspiran para traerlos al presente y encontrar una forma de danza híbrida, más allá de las etiquetas. Intento investigar en mis propios límites corporales para hablar del paso del tiempo".

Dentro del mismo ciclo podrá verse también Piano&Dancer, de Instituto Stocos, un diálogo entre las formas expresivas de una bailarina, Muriel Romero, y los movimientos mágicos de un piano. A partir del 4 de octubre, podrá verse este montaje en el que la música nace ligada al movimiento corporal gracias a una tecnología diseñada específicamente para su puesta en escena. De esta forma, explica el músico Pablo Palacio, la bailarina recibe un feedback sonoro que le permite amplificar la consciencia corporal de su propio movimiento: "El público puede escuchar así aspectos íntimos de la coreografía que habitualmente están ocultos".

La otra cita con la danza en los próximos días será en la sala Tribueñe gracias a su primera edición del Festival Internacional de Teatro y Danza, que arranca este fin de semana. La danza aparece representada con We-Men, de la compañía italiana Indaco, una pieza que quiere mostrar la diversidad del ser humano a través de una narrativa escénica capaz de rescatar lo esencial de las situaciones cotidianas y profundizar en ellas. We-Men es un proyecto de danza contemporánea donde los coreógrafos y los productores son los bailarines, una inicitativa donde la labor de equipo sustituye al director artístico. El resultado quiere ser una amalgama de música, color y movimiento.

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