La actriz francesa Marion Cotillard protagonizó en el Teatro Real la ópera de Arthur Honegger 'Juana de Arco en la hoguera', en versión de Àlex Ollé. Foto: Javier del Real

La actriz francesa Marion Cotillard protagonizó en el Teatro Real la ópera de Arthur Honegger 'Juana de Arco en la hoguera', en versión de Àlex Ollé. Foto: Javier del Real

Escenarios

De reinas, trípticos y resurrecciones en los acontecimientos musicales del año

21 diciembre, 2022 02:27

Son incontables las ofertas, las propuestas y las novedades que se nos han brindado. Destacaríamos el rico muestrario ofrecido por el cada vez más cuajado Festival de Granada, en el que reencontramos a la inefable pianista Martha Argerich, que nos regaló una sublime recreación del Concierto en Sol de Ravel. Habita un plano superior donde únicamente se sitúan otros grandes pianistas como Maria Joao Pires, protagonista de un recital madrileño para la Fundación Scherzo y La Filarmónica. O el cada vez más considerado y original Igor Levit.

En el campo lírico hay mucho donde elegir. En la parcela de estrenos cabe hablar de La mujer tigre de Manuel Busto, una nueva visión de lo jondo presentada en el Lope de Vega de Sevilla; Juan Sebastián Elcano de Gabriel Loidi, paisajística descripción de una epopeya (Auditorio Nacional); Orgullo de quererte de Javier Carmena, una moderna y soleada zarzuela en torno a un tema muy actual (Teatros del Canal) y El abrecartas, última creación operística del desaparecido Luis de Pablo (Teatro Real).

Claro que también hemos de consignar el estreno mundial de una ópera añeja: La Celestina de Felipe Pedrell, escrita en 1902 y hasta ahora no presentada en sociedad. Y en el mismo teatro se ha dado luz verde por fin a Policías y ladrones de Tomás Marco.

En este territorio operístico cabe hablar de El ángel de fuego de Prokófiev, que sirvió además para presentar al que va a ser nuevo titular musical del Teatro Real, Gustavo Gimeno. En la misma temporada del coliseo se pudieron ver asimismo Juana de Arco en la hoguera de Honegger, en una potente producción de Àlex Ollé, y Extinción (en este caso en el Teatro de la Abadía), un espectáculo muy original. Y se exhumó el verismo a ultranza de Siberia de Giordano. El Palau de les Arts y el Liceu resucitaron por su parte esa obra maestra que es el Wozzeck de Alban Berg, en sendas y demoledoras producciones de Andreas Kriegenburg y William Kentridge.

Y puestos a hablar de resurrecciones tenemos dos de las Reinas de Donizetti en Bilbao y Sevilla; y dos magníficos Pelléas et Mélisande de Debussy en el Liceu y el Maestranza. En el teatro barcelonés hay que destacar también dos trípticos famosos: el de Mozart sobre libretos de Da Ponte (Bodas, Don Giovanni, Così) y el de Puccini (Il tabarro, Suor Angelica, Gianni Schicchi). Y hablemos igualmente del descubrimiento en la siempre activa Fundación March de El caballero avaro de Rajmáninov; y de la recuperación en el Auditorio Nacional de La Nitteti, una hermosa ópera de Nicolo Conforto.

Se nos fueron algunos ilustres cantantes: el barítono Antonio Blancas, la mezzo Teresa Berganza y la soprano Ana María Sánchez

Cómo no citar la nueva aventura straussiana de David Afkham en el Auditorio Nacional con Salomé y la programación en el mismo centro de La peste de Gerhard en una nueva edición del ilustrativo Festival Focus. En el curso de la programación de este organismo mencionemos los estrenos de Nuria Núñez Hierro (ganadora con otra obra del Premio Ferrer Salat), de Mario Carro y de María Eugenia Luc.

Un buen recuerdo para la presencia del director alemán Cornelius Meister, que ofreció el poco frecuentado poema sinfónico La sirenita de Zemlinsky. Por su parte, la RTVE da la despedida a su titular de los últimos años Pablo González, que entre otras cosas dirigió una estupenda Consagración de la primavera de Stravinski.

Se nos fueron algunos ilustres cantantes: el barítono Antonio Blancas, la mezzo Teresa Berganza y la soprano Ana María Sánchez. En el campo editorial hemos de destacar la publicación del libro sobre los contratenores de Miguel Ángel Aguilar Rancel, todo un tratado sobre la cuestión (Akal), y la novela Bajo la piel del gecko de Raquel Lojendio, una mirada panorámica y certera sobre los entresijos del mundo de la ópera y que de vez en cuando, desde originales presupuestos, se airean en esa curiosa aventura que se llama Garaje Lola.