Image: Los otros Gondra, entre el silencio, el olvido y el perdón

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Escenarios

Los otros Gondra, entre el silencio, el olvido y el perdón

4 enero, 2019 01:00

Sonsoles Benedicto (con paraguas) junto al elenco de Los otros Gondra. Foto: Sergio Parra

Borja Ortiz de Gondra vuelve a subirse a un escenario de la mano de Josep Maria Mestres para encontrar respuestas a las preguntas planteadas en Los Gondra (una historia vasca). En el Español a partir del 10 de enero.

“¿Podremos olvidar ahora?” La pregunta de la actriz Pepa Pedroche que ponía fin en 2017 a Los Gondra (una historia vasca) obsesionaba a quien entonces, como ahora, ejercía de dramaturgo y actor. El personaje de su prima Ainhoa debía tener respuesta. Y de ahí fue surgiendo, macerando en el obsesivo espíritu teatral del autor, Los otros Gondra (relato vasco), la nueva obra que Borja Ortiz de Gondra presenta en el Teatro Español el 10 de enero que llega avalada por el Premio Lope de Vega. “Estos dos personajes perdidos en un frontón, incapaces de encontrar las palabras que necesitarían para cerrar la herida, incendiaban mi imaginación y no tuve más remedio que dedicarme a darles voz -explica Gondra a El Cultural-. “Debía, por tanto, hacer una obra que respondiese a esa cuestión”.

Cicatrizar heridas

Si en la primera entrega conocíamos cien años de historia de una familia vasca que había estado marcada por el dolor, la violencia y los silencios, ahora veremos a algunos de sus miembros intentando cicatrizar esas mismas heridas en Los otros Gondra. “He dado un paso más en el camino de la autoficción -explica el también autor de Duda razonable-. Si en la anterior, ante la prohibición familiar de escribir la saga de los Gondra, terminaba por contar la historia de una familia paralela, los Arsuaga, en esta no existe ese juego: lo que vemos son siempre miembros de los Gondra”. A pesar de todo, asistimos al intento del escritor por ficcionalizar experiencias y recuerdos. El espectador debe indagar sobre si lo que está viendo es lo que ocurrió, lo que el autor imagina que pudo ocurrir, lo que cada personaje recuerda que ocurrió o lo que nos hubiera gustado que ocurriera y no fue. Este sugestivo juego de planos escénicos no hubiera sido posible, según Gondra, sin la dirección de Josep Maria Mestres, que firmaba también Los Gondra: “Sólo con él soy capaz de subirme a un escenario. Está siendo fascinante encontrar de su mano cómo debo interpretarme a mí mismo en escena. No debo actuar, puesto que no soy actor, pero tampoco basta con que me limite a ser yo. Hemos de encontrar una verdad escénica a la que él me va conduciendo”. Además de Mestres repiten en escena el propio Ortiz de Gondra, Sonsoles Benedicto y Cecilia Solaguren y se incorporan Jesús Noguero, Lander Otaola y Fenda Drame. “Sobre las tablas, mi personaje (¿o soy yo mismo?) cree que convertir hechos reales en literatura ayuda a calmar el dolor que nos produjeron, pero debe enfrentarse a quienes piensan que no tiene derecho a apropiarse de historias ajenas y a quienes están convencidos de que el silencio es la única respuesta ante el dolor del mundo”. Entre los dos títulos hay dos conceptos fundamentales, historia y relato, que han marcado el desarrollo y el estilo de ambas obras: “En la primera quise contar que era una de las muchas historias vascas, todas ellas contradictorias y todas ellas igual de válidas, que habían conformado el caleidoscopio de la historia vasca con mayúsculas, frente a la visión monolítica de determinada historiografía. Y ahora estamos inmersos en la batalla del relato para ver cómo vamos a contarnos los vascos los últimos 60 años de violencia. Los otros Gondra quiere ser uno más de esos posibles relatos, no excluyentes, que nos ayuden a comprender cómo vivimos entonces para poder asumir hoy ese pasado que arrastramos y, tal vez, mirar el futuro con esperanza”. A Ortiz de Gondra la falta de memoria en apenas una generación le parecer terrible: “Comprendí también que los jóvenes necesitan una parte de olvido para poder construir algo nuevo. Y en eso estamos en el País Vasco. Tratando de dilucidar cuándo se podrá pasar página, y no se debe pasar mientras no se lea completa. Cuando se haya leído, entonces podremos hacerlo. Ahora estamos en la encrucijada entre el silencio, el olvido y el perdón, y tenemos que elegir para edificar un futuro que nos incluya a todos”. Aún es pronto para confirmarlo pero hay “pálpitos” por parte del autor en torno a una tercera entrega, un cierre de trilogía que le llevaría más lejos en la autoficción. @ecolote