Image: Quirófano o la realidad invisible
Silvia Casanova en Quirófano. Foto: Mario Zamora
El CDN sube al escenario del María Guerrero un texto nacido del ciclo Escritos en la escena. Quirófano, de Almudena Ramírez-Pantanella, muestra las sutilezas del lenguaje a través de un trágico suceso y de una trama de extorsión.
El racismo y sus prejuicios forman el eje sobre el que gira Quirófano, la obra que a partir de este viernes, 14, podrá verse en el Teatro María Guerrero de la mano de la directora Almudena Ramírez-Pantanella (Madrid, 1988). Esta comedia dramática, integrada en el ciclo Escritos en la escena, es un producto del Laboratorio Rivas Cherif del CDN y recoge la experiencia personal de su directora partiendo de la situación de la comunidad suramericana en nuestro país. “También es un homanaje a mi familia. Muchos de los personajes están inspirados en ella”, explica a El Cultural Pantanella, que dio los primeros pasos en la construcción de este Quirófano gracias a una residencia de Acción Cultural Española en el centro nacional francés La Chartreuse de Villeneuve Lez Avignon, dedicado en exclusiva a la escritura teatral. “Es muy emocionante y enriquecedor escribir a medida que pones el material en escena en complicidad con los actores”.Protagonizada por Mireya Arauzo, Silvia Casanova, Rodrigo Mendiola, Pilar Matas, Manuel Millán y Marisol Ronaldi, entre otros, la puesta en escena viene determinada por los objetos y por el trabajo de los actores, que interpretan varios personajes. “Tiene ecos del Edipo de Alfredo Sanzol, que me encantó en su momento”, explica la directora. Casi la totalidad de la pieza gira en torno a una mesa de comedor que podría ser también una camilla de operaciones. La puesta en escena, como la escritura que le da vida, está marcada por la repetición, la sucesión y la acumulación de situaciones. Una octogenaria española encuentra el cuerpo muerto de Bibiana, la mujer latinoamericana que trabajaba en su casa como interna. A partir de ese suceso, una serie de comidas diseccionan a la familia, que además se ve envuelta en una trama de extorsión... “La obra nos habla del lenguaje que nos condena. Como decía Susan Sontag, ‘mi problema es idéntico a mi lenguaje'. En el montaje, las ironías, los dobles sentidos y la frivolidad son un material muy sensible”.