Escenarios

12 finalistas para el XII Premio Valle-Inclán

Otorgado por El Cultural y patrocinado por la Fundación Divinas Palabras, es el galardón más prestigioso de las tablas españolas

30 enero, 2018 00:00

Con doce años de historia a sus espaldas, el Valle-Inclán es el galardón más prestigioso de la escena española. Dotado con 50.000 euros, el premio de teatro que otorga la revista El Cultural comienza una nueva etapa al contar por primera vez con el patrocinio de los Amigos del Premio Valle-Inclán reunidos en la Fundación Divinas Palabras, una institución presidida por el empresario teatral Enrique Cornejo y creada con el fin de reconocer cada año lo mejor de nuestra tablas, que toma así el relevo de la Fundación Coca-Cola que ha respaldado el premio durante los últimos siete años.

El nombre del ganador de la XII edición se dará a conocer, como ya es tradición, al final de una emocionante cena, que se celebrará el próximo 7 de mayo en el Teatro Real de Madrid, durante la cual, y mediante el sistema Goncourt, se van eliminando, entre plato y plato, a los 11 finalistas. El premiado de este año se unirá a una lista que ya integran Juan Echanove, Angélica Lidell, Juan Mayorga, Nuria Espert, Francisco Nieva, Carmen Machi, Miguel del Arco, Carlos Hipólito, Concha Velasco, Aitana Sánchez-Gijón y Ernesto Caballero, los ganadores en las ediciones anteriores.

Presidido por el jurista y dramaturgo Antonio Garrigues Walker, el jurado de esta edición del Premio Valle-Inclán ha estado formado por el académico de la RAE y presidente de El Cultural, Luis María Anson; el redactor jefe de Cultura de El Mundo, Manuel Llorente; el subdirector de programación cultural de la Comunidad de Madrid, Ruperto Merino; el abogado y periodista José María García-Luján; la periodista de RNE, Paloma Zuriaga; los productores de teatro Mariano Torralba y Robert Muro; la periodista colaboradora de El Cultural y editora, Liz Perales; el crítico y poeta Jaime Siles y el profesor Eduardo Pérez Rasilla y el crítico Javier Villán.

Y estos son los 12 autores, actores y directores que compiten este año por el Premio Valle-Inclán: Luis Bermejo, Denise Despeyroux, Israel Elejalde, Irene Escolar, José Luis Gómez, María Hervás, Andrés Lima, Luis Luque, Pablo Messiez, Natalia Millán, Àlex Rigola, Alfredo Sanzol.

Luis Bermejo, por Heartbreak Hotel Vania

En una caja de madera en la que cabían cuatro actores y sesenta espectadores desplegó Luis Bermejo las dotes interpretativas que lo hacen candidato, por primera vez al Premio Valle-Inclán. La obra era la libre versión del clásico de Chéjov Tío Vania realizada por Álex Rigola, titulada Heartbreak Hotel Vania y presentada en los Teatros del Canal. En él, Bermejo interpreta a un tío Vania que es un hombre común, tierno, con pinceladas de clown, al que la vida se le ha escapado. En su gran escena con Ariadna, cuando conoce la propuesta del profesor de vender la propiedad, “su ira y enfado le dan su exacta dimensión trágica”, señala Liz Perales...

Denise Despeyroux, por Un tercer lugar

Debutante también en las nominaciones, la directora uruguaya Denise Despeyroux va asentándose en los grandes teatros. El germen de Un tercer lugar, que cobró vida en el Teatro Español a finales de 2017 y fue destacada por los críticos de El Cultural entre los hitos escénicos del año, surgió en 2009 durante un taller con Alfredo Sanzol. En esta obra, Despeyroux presenta a seis personajes, que se relacionan entre sí por parejas y que tratan de relacionarse lo mejor que pueden y también de amarse lo mejor que saben. El título de la obra, inspirado por el Ensayo sobre el cansancio, de Peter Handke, alude a un sitio extraño y ajeno donde se produce el encuentro entre dos amantes que, por unos instantes, parecen conformar una pareja perfecta.

Israel Elejalde, por Ensayo

El universo de las relaciones humanas es también el tema principal de Ensayo, obra de Pascal Rambert que Israel Elejalde -que ya hizo tándem con el dramaturgo y director francés en La clausura del amor- protagonizó en el Pavón Kamikaze junto a Fernanda Orazi, María Morales y Jesús Noguero. La obra, que plantea un conflicto entre los cuatro componentes de un grupo de teatro que ensayan una nueva obra, es una reflexión sobre la escritura, el desencanto y la creación. Como reconoce Elejalde, la obra habla del fracaso de un sueño y de “la frustración de constatar que querías cambiar el mundo y que al final el que has cambiado has sido tú”. Tercera nominación consecutiva para Elejalde, la primera con la citada obra de Rambert y el pasado año con el Hamlet de Miguel del Arco.

Irene Escolar, por Heartbreak Hotel Vania

Ganadora del Goya a mejor actriz revelación en 2016 y nominada a los Premios Max y Valle-Inclán de Teatro por El público de Federico García Lorca, Irene Escolar (Madrid, 1988), podría haber sido nominada por su celebrada participación en Blackbird, de Carlota Ferrer. No obstante, su segunda candidatura a este premio llega de la mano de otra de las favoritas de 2017 para los críticos de El Cultural, Heartbreak Hotel Vania, de Álex Rigola. De ella se dijo que "servida en una caja para 60 espectadores en Temporada Alta y el Canal, cupieron todos los matices del subtexto chejoviano". Con la vida como tema central, la actriz de Leyendo Lorca y De ratones y hombres, que comparte escenario junto a Ariadna Gil, Luis Bermejo y Gonzalo Cunill, interpreta a la sobrina del protagonista.

José Luis Gómez, por La Celestina

Fuera de las quinielas desde hace unos años, el director y académico José Luis Gómez disfruta de su tercera nominación al Valle-Inclán gracias a la alcahueta más famosa de la literatura universal. En 2011 había sido nominado por la obra de Beckett Fin de partida, y en 2013 fue su papel en el montaje de El principito de Saint-Exupéry el que le valió entrar en la lista. Gómez encarnó a La Celestina en un montaje que trasciende la comedia de costumbres y de enredo amoroso, que son los códigos en los que la obra de Fernando de Rojas fue encorsetada. Gómez firmó un espectáculo que muestra las tensiones sociales de la época -el odio antisemita, la voracidad monetaria, la rebeldía de las clases populares, la brujería- a través de un personaje entre poético y mitológico. “No se entiende el texto de Rojas si no se toma muy en serio la brujería. En su época era una ciencia, no se dudaba del poder de estas mujeres. Solo así se explica el enamoramiento de Celestina por el ángel caído”, explicó el actor y director con motivo de su estreno en el Teatro de la Comedia en abril de 2016. La obra, que solo estuvo cuatro semanas y media en cartel, agotó rápidamente las entradas, y se repuso en enero de 2017 en el Teatro de la Abadía.

María Hervás, por Iphigenia en Vallecas

Nominada ya en dos ocasiones al Premio Valle-Inclán, en 2014 por Confesiones a Alá y en 2016 por Amnesia, María Hervás (Madrid, 1986), de quien Luis María Ansón ha dicho que es “el alma del teatro sobre la escena madrileña”, repite nominación como productora, adaptadora y actriz de Iphigenia en Vallecas. Una historia que parte de lo anecdótico a lo universal para plantear qué pasaría cuando los sacrificados ya no soporten más. Estrenada en los teatros Kamikaze, protagonizada por una antiheroína joven, maleducada y ordinaria, Hervás ha versionado esta obra de Gary Owen trasladando los barrios de Cardif a la Vallecas madrileña. Puede ser una de las sorpresas.

Andrés Lima, por Las brujas de Salem

Hay que remontarse a la lejana edición de 2008 para hallar entre los finalistas del premio a Andrés Lima (Madrid, 1961), nominado por su versión del Marat-Sade de Peter Weiss. Conocido por su versión de ¡Ay, Carmela!, de Sanchis Sinisterra, uno de los grandes hitos del teatro español llevado a los cines por Carlos Saura, un versátil Lima opta a este premio por su arriesgada adaptación de Las brujas de Salem, del escritor Arthur Miller. Con Lluís Homar al frente del reparto protagonizando al juez Thomas Danforth, este espectáculo lleno de tensión, al estilo del mejor suspense judicial, destaca por la capacidad de actualidad reivindicativa y la calidad de esta historia con contexto religioso y conflicto político del que Lima ha dicho que le resulta “demasiado actual para pasarlo por alto (...). Por cierto, la palabra ‘corupción' es la última que se pronuncia antes de cantar el Padre Nuestro. No sé si es un aviso”.

Luis Luque, por La cantante calva

Otro de los debutantes en nominaciones, Luis Luque (Madrid, 1973), lleva a los escenarios la adaptación de una de las obras más representativas del llamado teatro del absurdo. Titulada originalmente como El inglés sin esfuerzo, y rebautizada como La cantante calva, la obra fue escrita en 1974 por Eugène Ionesco después de que este sobreviviera a la guerra, con la intención de mostrar el horror de descubrir que el lenguaje no garantiza ninguna comunicación. En esta nueva versión que llega a los escenarios de la mano del dramaturgo madrileño, Adriana Ozores y Fernando Tejero, entre otros, protagonizan esta historia cuyos sinsentidos buscan retratar fielmente a las sociedades modernas.

Pablo Messiez, por He nacido para verte sonreír

Después del éxito de La piedra oscura, que le valió una nominación a Alberto Conejero y logró varios de los premios Max, y de su montaje, Todo el tiempo del mundo, donde mezclaba biografía y ficción, Pablo Messiez (Buenos Aires, 1974) dirige en He nacido para verte sonreír, del dramaturgo argentino Santiago Loza, esta historia sobre un muchacho sumido en un mutismo absoluto. Coprotagonizada por Isabel Ordaz y Nacho Sánchez, con quien ya había coincidido el director anteriormente, la obra, en palabras de Loza, tiene una "carga de melancolía grande, el humor está pero es más subterráneo". Desde luego, una buena razón para entrar en esta lista por primera vez.

Natalia Millán, por Billy Elliot

Natalia Millán (Madrid, 1969) es la encargada de poner la nota musical a esta lista, en la que también debuta, por su interpretación en el aclamado espectáculo de Billy Elliot, cuya versión cinematográfica fue protagonizada por Jamie Bell. Sobre el escenario del Teatro de artes escénicas, la versátil y televisiva actriz de La viuda alegre y Cinco horas con Mario, interpreta, en su versión escénica, a la señorita Wikinson, profesora de Billy Elliot, junto a un reparto encabezado por Pablo Bravo, Carlos Hipólito y Adrián Lastra. Se trata este de un gran proyecto con música de Elton John, libreto de Lee Hall y dirección de Stephen Daldry.

Àlex Rigola, por Heartbreak Hotel Vania

Viejo conocido del Valle-Inclán, al que optó en 2009, por 2666, adaptación de la novela póstuma de Bolaño y en 2016 por su versión de El público de Lorca, Álex Rigola (Barcelona, 1969) presentó en noviembre en los Teatros del Canal de Madrid una versión muy libre de Tío Vania, de Antón Chéjov. Con el título Heartbreak Hotel Vania, se trata de una obra completamente nueva a partir del texto de Chéjov, contemporánea en su lenguaje y en su forma, aunque fiel al espíritu del original y a la intimidad que transmite, al retrato de los personajes y a su dolorosa existencia. “Un montaje muy, muy singular, intimísimo, directo al corazón, de una pavorosa humanidad”, como lo definió la crítica Liz Perales. “El director también ha respetado algo esencial en Chéjov: el cariño, la dulzura y el amor con el que el autor trata a sus personajes, la misericordia con la que los protege de su amarga existencia”.

Alfredo Sanzol, por La ternura

“Una sociedad sin ternura es una sociedad en guerra”, dice Alfredo Sanzol. Ganador del Premio Nacional de Literatura Dramática en 2017 por La respiración, el dramaturgo presentó también el año pasado La ternura, un texto inspirado en las comedias de Shakespeare con gags, cambios de identidad, entradas, salidas, carreras... Sanzol planteó el montaje, que pudo verse en el Teatro de la Abadía, como un juego en el que los personajes se mueven por su necesidad de ese afecto que da título a la obra. La trama presenta a una reina y dos princesas, mujeres que han tenido que sufrir el dominio de los hombres y ya no pueden más, por lo que deciden refugiarse en una isla aparentemente desierta que, en realidad, está habitada por un leñador y sus dos hijos varones, que llevan veinte años viviendo sin mujeres. Sólida candidatura la de un Sanzol que ya es la quinta ocasión que compite por el Valle-Inclán. Lo hizo en 2012 por En la luna, y en las tres últimas ediciones, en 2015 por La calma mágica, en 2016 por Edipo Rey, y el año pasado por la citada La respiración.