Escena de El matrimonio de Eva Braun, de Ostermeier, que veremos en el Canal. Foto: Arno Declair

Tiempos de cambio en la escena madrileña, más volcada en estéticas y lenguajes de vanguardia o radicalmente contemporáneos. El Matadero de Feijóo abandera este golpe de timón. También el tándem Rigola/Simó en los Teatros del Canal, donde la temporada que viene apenas quedará rastro del legado de Boadella, más allá de la presencia en su programación de la ópera dedicada por el fundador de Joglars a Picasso, que veremos entre el 8 y 11 de febrero.

Algunos de los gurús de la escena europea se dejarán caer por el Canal. Como Jan Fabre, que traerá su megalómano Monte Olimpo. En el Central de Sevilla todavía se recuerda la catarsis desencadenada a lo largo de sus 24 horas de 'metraje'. O Thomas Ostermeier, con El matrimonio de Maria Braun, basada en la película de Fassbinder, que recorre la historia de Alemania entre dos hitos concretos del siglo XX: la derrota en la II Guerra Mundial y la victoria en el Mundial de fútbol. Rigola ofrecerá asimismo una revisión de El tío Vania de Chéjov, con su musa actual: Irene Escolar.

Rigola y Simó también han querido reivindicar creadores españoles que tienen mayor predicamento fuera de nuestro país. La Agrupación Señor Serrano presentará Birdie, su reflexión caleidoscópica sobre la tragedia de los refugiados. También han convencido a Angélica Liddell para que regrese a Madrid. Lo hará por partida triple con Trilogía del infinito: Esta breve tragedia de la carne, inspirada en Emily Dickinson; ¿Qué haré yo con esta espada?, donde entrecruza el crimen caníbal cometido por el escritor Issei Sagawa y la masacre de Bataclan; y Génesis 6, 6-7, donde la combinación abarca el Antiguo Testamento y Medea. El Conde de Torrefiel, a su vez, estrenará La posibilidad que desaparece frente al paisaje.

Otra viga maestra de su programación será la danza o, más ampliamente, las artes del movimiento. Alain Plattel homenajeará a Pina Bausch en Out of Context/For Pina. Jan Lauwers nos contará en The Blind Poet la historia de Europa a través de las raíces y experiencias personales de sus bailarines, cada uno de una nacionalidad diferente. Será una inmersión en el multiétnico árbol genealógico del continente. Y Peeping Tom recalará con Moeder. Representantes españoles en este apartado serán, entre otros, la Compañía Nacional de Danza (The Show Must Go On, de Jerôme Brel) y La Veronal, con Marcos Morau al frente, que exhibirá Pasionaria, una coreografía con ecos de Bach. Y no faltarán figuras flamencas que están desbordando el purismo de su tradición: Galván, Pericet, Molina, Pagés...

El Teatro Español, también con nuevo directora al frente, Carmen Portaceli, opta por una línea más social o de compromiso. Con la paridad entre sexos y la aceptación del 'otro' como ideas rectoras. Destaca la versión de El ángel exterminador de Buñuel que firmará Blanca Portillo en su faceta de regista. Portaceli se ha propuesto impulsar la dramaturgia española contemporánea con el proyecto 3D. Tres autores verán sus textos cristalizados sobres las tablas del coliseo de la plaza de Santa Ana: Denise Despeyroux (Un tercer lugar), Sanchis Sinisterra (El lugar donde rezan las putas que lo dicho sea) y Josep María Miró (Olvidémonos de ser turistas).

La vertiente social de la propuesta de Portaceli también se refleja en títulos como Juguetes rotos, de Carolina Román, que muestra el drama de Mario, un niño que se siente niña en la España de los años 60 y que, ya en la adolescencia, después de dar el salto a la ciudad, puede liberar su verdadera identidad sexual. O Ahora todo es noche, donde La Zaranda, la emblemática compañía gaditana que acaba de celebrar su 40 cumpleaños, arremete en clave poética contra un mundo materialista y vendido al mejor postor. Este último trabajo suyo tiene también el interés de que puede interpretarse como una alegoría autobiográfica de su trayectoria. Llama la atención asimismo la presencia de una actriz en plenitud, Carmen Machi, que protagoniza Cronología de las bestias, de Lauro Perotti. Será, curiosamente, su primer trabajo en el Español.

Carmen Machi en La autora de Las meninas

También la veremos en el Teatro Valle-Inclán, al frente del elenco de La autora de Las Meninas, de Ernesto Caballero, que ha incluido esta obra suya en la nueva programación del Centro Dramático Nacional. Encarnará a una monja que ha recibido un peliagudo encargo: hacer una réplica exacta de Las meninas, que el Estado español, en bancarrota, se ha visto obligado a vender. El delirante capítulo del ecce homo de Borja sobrevuela sobre esta parábola.

Sobresale en la propuesta de Caballero para el próximo curso la decisión de saldar la deuda contraída con Buero, al que no pudo incluir en su centenario al no entenderse con sus herederos. Mario Gas levantará una nueva adaptación de El concierto de San Ovidio, donde el dramaturgo 'posibilista' se atrevió a abordar de manera explícita la lucha de clases.

Abrirán la temporada del CDN el binomio Paco Bezerra/Luis Luque (El señor Ye ama los dragones, El pequeño poni) con Dentro de la tierra, que le valió al primero el Premio Nacional de Literatura Dramática en 2009. Por su parte, un Pablo Messiez en racha mostrará su visión de un texto capital de nuestra dramaturgia en el siglo XX: Bodas de sangre. Suscita interés su regreso a Lorca, figura que abordó, por mediación de Conejero, en La piedra oscura. Otros platos fuertes son Voltaire y Rousseau, de Jean-François Prévand, que dirige Jose María Flotats; el retorno de Declan Donnellan con su Pericles shakesperiano; y El tío Vania con sello Veronese.

La osada aventura del Teatro Kamikaze continúa, cada vez con más impulso, para disfrute de todos los amantes del teatro de la ciudad. Especial énfasis seguirán poniendo en una de sus vetas de trabajo preferenciales: el apoyo y promoción de jóvenes autores locales. Estos días puede verse allí Iberian Gangsters de Julio Salvatierra y Las crónicas de Peter Sanchidrián de José Padilla.

La sala comandada por Elejalde y Del Arco recupera también la Antígona dirigida por el primero dentro del proyecto Teatro de la Ciudad que acogió La Abadía (Carmen Machi y Manuela Paso en el elenco). E Iphigenia en Vallecas, con María Hervás, que tanto eco tuvo tras su estreno. Y traerá Ensayo, de Pascal Rambert, al que conocimos aquí gracias a la impactante La clausura del amor. Elejalde y Lennie se tiraban los trastos a la cabeza durante la batalla conyugal escrita por el autor francés. Ahora nos presenta otra disputa, otra disolución, artística esta vez: la de las actrices María y Fernanda, Israel (director encarnado por Elejalde) y Jesús (escritor). Para final de la temporada anuncian, sin dar más detalles, las nuevas producciones de Sanzol y Del Arco. Dos reclamos potentes para rematar.

La Abadía también ha desvelado sus cartas para los meses siguientes. Cervantes prevalece en estos primeros compases de la temporada. Eduardo Vasco pondrá en escena La ruta de Don Quijote, donde recoge parte de la crónicas que Azorín escribió sobre su periplo manchego realizado por encargo del diario El Imparcial. Ernesto Arias le toma el relevo al propio José Luis Gómez y montará Dos nuevos entremeses, nunca antes representados. Son, en concreto, La guarda cuidadosa y El rufián viudo llamado Trampagos. Otra curiosidad es la escenificación de la novela 24 horas en la vida de una mujer, de Stefan Zweig, una producción en la que Ignacio García tendrá a sus órdenes a Silvia Marsó. Y, con buen criterio, repone tres montajes memorables: Reina Juana, Incendios y Yo Feuerbach.

@albertoojeda77