Javier Limón: "Los estilos musicales son una cosa del siglo XX y van a desaparecer"

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Javier Limón: "Los estilos musicales son una cosa del siglo XX y van a desaparecer"

En su estudio del barrio madrileño de Batán, el músico y productor nos habla de su proyecto Refugio del sonido, creado con músicos del Mediterráneo y del prestigioso Berklee College of Music de Boston

7 octubre, 2016 02:00

El ser humano se acostumbra a todo. A lo bueno y a lo malo, a las tragedias propias y, con mucha más facilidad, a las ajenas. Millones de refugiados, especialmente desde que empezó la guerra de Siria, sufren este olvido día a día a las puertas de Europa. La lucha contra la indiferencia es un combate incruento pero muy difícil, y el músico y productor Javier Limón le ha puesto banda sonora. Se llama Refugio del sonido y es un proyecto creado con músicos de todos los rincones del Mediterráneo y de la prestigiosa universidad musical Berklee, de Boston (Massachusetts). Allí ejerce Limón como profesor y como director artístico de su Mediterranean Music Institue, con sede en el campus de Valencia. Él define Refugio del sonido como "una plataforma estable en movimiento" que toma diferentes formas, ya sean discos, vídeos o conciertos, como el del próximo sábado, 8 de octubre, en el Auditorio Nacional de Madrid, dentro del ciclo Fronteras del Centro Nacional de Difusión Musical.

En el escenario estará Javier Limón a la guitarra y la dirección, acompañado de otros miembros del instituto como las voces de la estudiante Tonina Saputo, la cantante y profesora libanesa Christiane Karam, el pianista Matthew Nicholl, la flautista Israelí Tali Rubinstein y el violinista jordano-iraquí Layth Sidiq (Al-Rubaye). Los integrantes de Berklee compartirán escenario con la cantante iraní Tara Tiba, la cantaora Genara Cortés y el percusionista flamenco Israel Suárez "Piraña".

La consigna del proyecto es la misma que lleva años predicando Limón en sus discos y en sus clases: hay que derribar las fronteras. Y la música es un buen lugar por donde empezar a picar el muro, además de la más clara muestra de que la riqueza está en el mestizaje. Limón pone de ejemplo a Tonina Saputo, hija de ugandés y siciliana y nacida en San Luis (Misuri, EE.UU.).

Aprovechando la inminencia del concierto, El Cultural ha visitado a Limón en su estudio del barrio madrileño de Batán, donde durante muchos años el músico fue "un gordito feliz". "Pasé 10 o 15 años de mi vida entre estas cuatro paredes grabando discos y discos y discos y discos, hasta que un día decidí dos cosas: dejar de ser gordito y empezar a montar proyectos fuera, pero este siempre ha sido el centro al que volver, mi lugar de referencia y el lugar donde puedo escuchar la música realmente con la credibilidad que la música necesita". Su carrera se disparó gracias a que produjo cuatro discos emblemáticos: Cositas buenas, de Paco de Lucía; El pequeño reloj, de Enrique Morente; Lágrimas negras, de Bebo Valdés y el Cigala; y El cantante, de Andrés Calamaro. Pero diez grammys y muchos otros premios después, reconoce que lo que más disfruta sigue siendo coger la guitarra y ponerse a escribir canciones.

Dice el compositor y productor que, cuando se dice que ahora el negocio y el futuro de la música está en los conciertos, advierte que "la música es mucho más que discos y conciertos". Señala, por ejemplo, el gran desarrollo, en cuanto a calidad musical y a número de compositores dedicados a ella, de la música para videojuegos.

En consonancia con su promoción de la fusión entre géneros, Limón cree que "los estilos desaparecerán. Son una cosa del siglo XX y quedarán en el siglo XX". Además, "nadie sabe cómo escucharemos la música dentro de diez años, pero una cosa es segura: independientemente del envoltorio que tenga, la buena música siempre tendrá un espacio".

@FDQuijano