Image: El verano más ardiente de Salzburgo

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Escenarios

El verano más ardiente de Salzburgo

19 julio, 2013 02:00

La mezzo Cecilia Bartoli, en la nueva producción de Norma. Foto: Hans Jörg Michel.

La 93ª edición del festival austriaco, que arranca hoy, no ha escatimado en directores, como Antonio Pappano, Zubin Mehta, Daniele Gatti y Riccardo Muti, para conmemorar a Verdi y Wagner. Además del reestreno de Gawain, de Harrison Birtwistle, la nueva Norma de Cecilia Bartoli y la integral de las Sinfonías de Mahler por las mejores orquestas, habrá un ciclo dedicado a los músicos de El Sistema.

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  • En esta época de penurias aún quedan festivales que mantienen altas sus miras y que, continuando una tradición secular, tratan de seguir avanzando cada año disimulando carencias. Es el caso del de Salzburgo, sin duda uno de los más acrisolados, que no baja la guardia. Gracias a ello y a que los poderes públicos no han cerrado por completo el grifo, puede ofrecer a día de hoy una programación de lo más atractiva y poblada de citas muy sustanciosas, de esas que un buen aficionado no se debe perder. Como es costumbre, la muestra (que arranca esta tarde y se desarrollará hasta el 1 de septiembre) echa el resto en las producciones operísticas, con especial atención a Verdi y Wagner en este año conmemorativo.

    Dos grandes nuevos montajes se preparan. El primero es el del Don Carlo verdiano. La dirección de escena ha sido encomendada a Peter Stein y la musical a un conocedor como Antonio Pappano, que recordemos grabó hace años la obra en su versión original francesa. Aquí se va a ofrecer la italiana en cinco actos e incluso se pretende recuperar algunos de los pentagramas desechados por Verdi en su día. El reparto es estelar, con cuatro grandes cantantes a la cabeza: Matti Salminen (Filippo II), Jonas Kaufmann (Don Carlo), Anja Harteros (Elisabetta) y Thomas Hampson (Posa). Veremos cómo se desenvuelve el tenor en una parte, que ya ha interpretado, pero que no entra del todo en sus maneras, su color vocal y su técnica de emisión. Máximo crédito para la soprano.

    La segunda producción es la de Die Meistersinger von Nürnberg de Wagner, que dirige musicalmente Daniele Gatti, un maestro ya muy asentado en la música del teutón desde que dirigiera en Bayreuth Parsifal, en donde ilustró la compleja, barroca y celebrada puesta en escena del noruego Stefan Herheim, que es justamente quien lleva en este caso la batuta teatral. Sin duda hay en la obra multitud de sugerencias para que su discutido talento se ponga en ebullición. Participan cantantes muy sólidos. Lo son Michael Volle, un bajo-barítono de flexible instrumento, Anna Gabler (que ya triunfó como Eva hace poco en Glyndebourne), Roberto Saccà y Georg Zeppenfeld.

    Libertadora Netrebko

    La huella imborrable de los dos colosos, el italiano y el alemán, la hallamos asimismo en otras propuestas en versión de concierto. Se anuncian, del segundo, Rienzi, dirigida por Philippe Jordan, y, del primero, Nabucco, gobernada por Riccardo Muti, y Giovanna d'Arco, con Paolo Carignani y Anna Netrebko.

    Hay que atender a las interesantísimas representaciones que se van a desarrollar en el pequeño reducto de la Casa de Mozart: Falstaff de Verdi, en un original montaje de Damiano Michieletto y la estimulante dirección musical de Zubin Mehta; dos obras de Mozart, Lucio Silla, con Marc Minkowski en el foso y Marshall Pynkoski en la escena, y Così fan tutte, con Franz Welser-Möst a la batuta y Sven-Eric Bechtolf en la escena. Hay que añadir Norma de Bellini, con Giovanni Antonini y la pareja Moshe Leiser/Patrice Caurier. Un título que aborda Cecilia Bartoli en una nueva edición crítica de acuerdo con los manuscritos. Interesante y curioso.

    En el terreno de la ópera contemporánea se apuntan dos relevantes producciones: Jeanne d'Arc de Walter Braunfels (en una versión de concierto dirigida por Manfred Honeck) y Gawain de Harrison Birtwistle.

    A destacar también muchas propuestas sinfónicas. La más singular es la integral de las Sinfonías de Mahler, que acometen directores como Zubin Mehta, Mariss Jansons, Simon Rattle, el muy veterano Michael Gielen, Riccardo Chailly y el brillante Gustavo Dudamel. Otras ilustres batutas, así Daniel Barenboim, el citado Pappano, Christian Thielemann o Lorin Maazel, están presentes con orquestas de talla: Filarmónicas de Berlín y Viena, Gewandhaus y Radio Bávara, entre otras.

    Curiosa resulta la serie titulada Obertura Espiritual, que reúne conocidas obras sacras occidentales y cantos budistas, gregoriano y obras japonesas de varios siglos. Se podrán escuchar, por ejemplo, La Creación de Haydn, el Réquiem de Mozart, Marienleben de Hindemith y el famoso Jedermann de Hofmannsthal, un año más en la plaza de la Catedral. En lo religioso también debemos mencionar, en serie paralela, los otros dos oratorios de Haydn, Las estaciones y El retorno de Tobia. Especialmente interesante resulta el proyecto que acoge, dentro de un ciclo dedicado a El Sistema, actuaciones de distintos grupos venezolanos, que explicarán las bondades de ese ambicioso proyecto puesto en marcha hace ya años por José Antonio Abreu.

    Más lider, menos lieder

    Once sesiones se dedican a la música contemporánea, dentro del título Salzburg Contemporary, un planteamiento trufado, según los programas, de composiciones de otras épocas. Actúan grupos tan valiosos como Ensemble Yüsei, Klangforum Wien, Ensemble WienBerlin, Scharoun Ensemble, Minguett Quartett, la Orquesta Sinfónica de la Radio o la NHK de Tokio. Con algunos directores muy conocidos, como Charles Dutoit o el ya familiar en el Teatro Real Sylvain Cambreling.

    Las veladas liederísticas han bajado algo de nivel, y de frecuencia. Tenemos a Juliane Banse, la ya muy cascada Edita Gruberova, Erwin Schrott, Christian Gerhaher, Michael Schade y Juan Diego Flórez. También hay menos oferta de recitales pianísticos, bien que los anunciados son de alta calidad: Rudolf Buchbinder, Yevgeny Kissin, Maurizio Pollini y Grigory Sokolov. Resaltemos por último un ciclo Beethoven por el Cuarteto Hagen y, por supuesto, las tradicionales Serenades y Matinées.

    No hay duda de que Salzburgo sigue en lo más alto; como a su manera lo está el Bayreuth de las biznietísimas, que este año presenta nueva Tetralogía.