Image: Antígona, a la ciudad y al mundo

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Escenarios

Antígona, a la ciudad y al mundo

1 febrero, 2013 01:00

Rubén Ochandiano y Najwa Nimri protagonizan Antígona. Foto: Sergio Parra.

Tras la película 'Cuento de verano', el tándem formado por Rubén Ochandiano y Carlos Dorrego se atreve con la Antígona de Jean Anouilh. Desde el miércoles, las Naves del Español mostrarán el mito con su fuerza y actualidad.

"Antígona no es un texto cualquiera. Es uno de los hechos perdurables y canónicos en la historia de nuestra conciencia filosófica, literaria y política". George Steiner se pregunta en su libro Antígonas por qué "un puñado de antiguos mitos griegos continúa dominando y dando forma vital a nuestro sentido del yo y del mundo" y por qué "las Antígonas son verdaderamente éternelles y están tan inmediatamente en nuestro presente". El ensayo de Steiner pasa también por las aproximaciones que hicieron a la obra de Sófocles pensadores, poetas y dramaturgos como Hegel, Goethe, Kierkegaard, Hölderling, Brecht y Anouilh, entre otros. Falta la de María Zambrano con La tumba de Antígona, donde la filósofa malagueña añade el conflicto del exilio a la complejidad del mito.

La obra que nos traen Rubén Ochandiano y Carlos Dorrego a las Naves del Español a partir del 6 de febrero es la que Jean Anouilh estrenó en 1944, un título donde el dramaturgo francés introduce una fuerte carga política y social que trenza sutilmente con buenas dosis de emocionalidad y poesía. "Es una obra que se agarra al corazón -señala Ochandiano a El Cultural-. Es un grito de libertad universal. Sus imágenes son evocadoras y poéticas. Hemos optado por situarla en una especie de circo, un carromato de ‘freaks' que se exhibe de lugar en lugar y que, como toda estructura social, es jerárquica, tiene sus líderes, sus normas y sus insurgentes".

Pétain y la resistencia

Anouilh escribe su Antígona en 1942 durante la ocupación alemana de Francia, por lo que nos encontramos ante un texto desgarrador que representa la lucha de la justicia ante leyes opresivas y que establece inevitables comparaciones entre Creón y Pétain y entre Antígona y la Resistencia.

La escena española recuerda también este texto en manos de Ana Zamora, producida en 2000 por la RESAD. El Festival de Mérida la llevó a su Teatro Romano tres años después bajo la dirección de Eusebio Lázaro y protagonizada por María Fernanda d'Ocon y José Sancho. Ahora, Rubén Ochandiano, que interpreta también al tirano, reconoce haberse enfrentado al texto de Anouilh con cierta libertad para que el montaje pueda tocar al público de nuestros días: "En esta versión el personaje de Creón está muy definido, es un orador muy brillante. Tiene muchos matices. Que la obra tenga conexiones con las noticias de nuestros días es pura casualidad. Es verdad que la política tan convulsa que nos rodea ha influido en el desarrollo del montaje. Replanteamos el texto una y otra vez. Nos interesaba mucho que no fuera panfletaria y para ello potenciamos su fábula. El contenido tenía que estar lleno de arte".

Quizá por todo eso tanto Ochandiano como Dorrego tuvieron muy claro que esta Antígona tenía que estar encarnada por la fuerte personalidad de la actriz Najwa Nimri que, aunque todo el mundo la conoce por sus incursiones en el cine y en la música, pocos la han visto en su faceta teatral, en la que prácticamente debuta con este papel: "Fue una auténtica travesía, un milagro, porque ella es Antígona. No existe en el mundo otra mejor". Otro de los aspectos que distinguen la Antígona de Ochandiano y Dorrego de otros montajes es el espacio y la escenografía. Será única debido a que se han exprimido al máximo las posibilidades de la Sala 1 del Matadero: "Decidimos que lo importante era el texto -precisa Ochandiano-, por lo que la puesta en escena es bastante sencilla".