Image: Declan Donnellan

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Escenarios

Declan Donnellan

"Tenemos un nuevo catálogo de perversiones pero estamos igual de reprimidos que antes"

11 abril, 2012 02:00

El director de teatro británico Declan Donnellan. Foto: Julián Jaén


El director de la prestigiosa Cheeck by Jowl estrena en Las Naves del Español 'Tis Pity she's a whore (Lástima que sea una puta), la obra más polémica de Ford, en torno a una relación incestuosa que, asegura, tiene mucha conexión con el presente: "Como los protagonistas, hoy nos negamos a abandonar lo que tenemos en casa".


El problema que tenían los pobres Romeo y Julieta era que procedían de distintas familias y que lo suyo no podía ser. Anabella y Giovanni, los protagonistas de 'Tis Pity she's a whore, una de las tragedias más polémicas de la dramaturgia británica, lo tenían todavía más complicado: eran hermanos. En pleno siglo XVII. Esa oscuridad incestuosa, la negrura que encierra "toda creación artística que es buena", es la que ha llamado la atención del Declan Donnellan, director de la prestigiosa y extremadamente viajada compañía inglesa Cheek by Jowl que, agotado el repertorio shakesperiano, regresa ahora a España con una de las obras más importantes de John Ford.

Lo hace en las Naves del Español, donde este miércoles deambulaban y tomaban el sol algunos de sus siempre excelentes actores, muy jóvenes en esta ocasión, y donde él mismo se paseaba mientras Nick Ormerod, su compañero y el responsable de la escenografía, daba apuntes sobre un escenario presidido por una cama rodeada de imaginería adolescente (póster de True Blood incluido). En un lucernario de la planta superior del espacio pide el director un poco de agua antes de ponerse "interesante", bromea, para hablar de su montaje. ¿Y por qué John Ford, tan fuera del mapa en España? ¿Y por qué esta pieza?
- "Esta obra se hace cada diez años en Inglaterra. Nosotros mismos la hicimos cuando éramos muy jóvenes. Es una pieza maravillosa, muy influenciada por Shakespeare y escrita con mucha nostalgia. Es como si hiciéramos ahora una película de cine negro en Hollywood. Tiene una referencia al pasado muy clara y que a mí me interesa mucho".

El elemento nostálgico no es el único que ha motivado al director a la hora de recuperarla para su repertorio. A su juicio, el texto está hecho del material que puebla las pesadillas y tiene esa virtud de ayudarnos a mirar dentro de ellas, algo que Donnellan justifica como una práctica saludable, porque la salud mental es un elemento presente en todo su discurso, aunque nunca alude al aburrido cliché de la terapia teatral. Y dice él: "Mirarnos a nosotros mismos es lo que nos mantiene cuerdos". De modo que no le importa si es "interesante", lo único que le ha llevado a representarla es que es una obra que está viva y con la que el público puede tener "una experiencia de vida". Una experiencia, prosigue, que se da en comunión con la obra en sí, con lo que traen los actores y con lo que aportan los propios espectadores.

La pregunta ahora es cómo se sabe que un texto ha envejecido adecuadamente, cuándo sigue vivo, porque es cierto que hay clásicos que hoy no interesan nada a la audiencia. Él niega la mayor, si es bueno, respira y viceversa:
- "Lo único que quiere decir la palabra clásico es que está vivo. Sólo son buenas porque hablan de la vida, no sobre gente muerta, sino de cosas que cosas que están vivas. Y es muy difícil explicar lo que es la vida, de hecho nadie puede hacerlo. Un médico puede decirte por qué ha muerto un paciente, pero nunca por qué está vivo, porque la vida es un misterio, como también lo es el buen teatro".



Pero, además de estar viva, como él promete, la obra tiene un argumento completamente descabellado para la época en la que se escribió. Hay, como en Romeo y Julieta, un ama y un fraile, hay pasión, hay amor, odio y lujuria, pero, sobre todo, hay un joven que intelectualiza el incesto y que quiere convertir el amor por su hermana en un acto revolucionario. Donnellan quiere llamar la atención sobre este punto: ojo con ser condescendientes con el pasado y pensar que una pieza es demasiado atrevida, como si el incesto y otras perversiones fueran cosa de la era Twitter:

- "No creo que ellos estuvieran más reprimidos que ahora, simplemente tenemos represiones distintas. Y me molesta mucho esa idea de que hoy podemos hacer cualquier cosa. Recientemente leí una noticia en un periódico que me sorprendió y me asqueó. La publicación, muy popular, de derechas, había hecho una encuesta entre sus lectores sobre el sexo en la televisión. Mucha gente admitió que estaba de acuerdo en que se emitiera sexo antes de las nueve de la noche mientras que los participantes en el acto fueran guapísimos y no tuvieran pelo. Encuentro algo muy desagradable en todo esto. ¿Y esto es el progreso? Lo que sucede es que ahora tenemos un catálogo nuevas perversiones pero estamos igual de reprimidos ¡Y gracias a Dios que lo estamos! Es una mala idea tener sexo con tu hermana o tu hermano y sólo porque no sepamos explicar por qué no significa que sea bueno. No se puede decir que la lógica lo sea todo, hay misterios en la vida y cosas que conocemos que nos hacen sentir incómodos y no hay ninguna razón aparente que te haga decir por qué. A veces es importante no hacer cosas sólo porque te hacen sentir incómodo".

Algo así sucede al comienzo de 'Tis Pity she's a whore, cuando el héroe trata de venderse como un ser de inteligencia superior al desear una relación incestuosa, en esa manida pretensión nietzscheana, recuerda el director, de que la inteligencia te convierte en un aristócrata. En realidad, apunta y con ello trae enseguida la obra al presente, lo que sucede es justamente lo contrario:
- "Giovanni se miente a sí mismo y a nosotros porque el incesto que comete no es un acto revolucionario, sino reaccionario. Se nos ha dado el sexo para sacarnos de la familia y creo que es muy saludable que la gente joven quiera tener sexo fuera de casa, es mucho más sano que los chicos salgan a hacer el amor a los parques que quedarse en la habitación esperando que tus padres te traigan el desayuno a la cama cada día. Me incomoda mucho este asunto, creo que la sensación de salir fuera del hogar es fundamental para nosotros ¡Incluso Cristo lo decía!

Esa obsesión por lo que conocemos y tenemos con seguridad es quizá el mayor punto de conexión de la pieza. Es el hecho mismo de no querer desprendernos de lo que poseemos desde siempre. Resumiendo, a los protagonistas se les ha dado el sexo para que vuelen del nido y sienten nostalgia de tenerlo allí mismo. Recuerda mucho a esos reportajes de treintañeros que se niegan a hacer la maleta y decir adiós a mamá, hoy con la gran excusa de la crisis de por medio:
- "Tengo muchos amigos con hijos y veo que el problema es que hoy están demasiado conectados con sus padres, y esto tiene que ver con el hecho de que los padres no quieren ser padres. Me horroriza cuando me dicen que su madre es su mejor amiga. Ser padre es un acto muy generoso pero querer ser el confesor de tu hijo es muy egoísta. La generosidad reside en dejarte ser mayor, en dejarte morir, en saber decir adiós. La obra está influenciada por estos pensamientos".

No es el único elemento que le recuerda a la actualidad. Si en aquel primer montaje que hicieron en los ochenta se basaban en la represión de la mujer, en el de ahora, cuando las mujeres "no son sólo víctimas y toman decisiones", han puesto el acento en aspectos como el amor adolescente, porque este es un texto sin adultos, o con adultos que no quieren serlo: "La imagen de que te arranquen el corazón como el mayor sacrificio que un hombre puede hacerle a una mujer se puede asociar hoy a una fantasía adolescente, algo así como 'me suicidaré y entonces verás cuánto te quería'. Son esos arrebatos religiosos que tienen los púberes, así es como ha evolucionado la obra. Aunque, insisto, lo único que importa es que esté viva, que sea de proporciones humanas".

Mientras dice estas palabras en Madrid, donde 'Tis Pity she's a whore se representará hasta el día 21 de abril, la sección rusa de la compañía gira por China con La tempestad y, recién rodada una película, planea ya Donnellan un Ubú Rey, otra obra oscurita, por las que él tiene predilección. Así que se despide abundando en la importancia de las sombras en el arte. Vuelta a la idea de que cuanto más nos miremos hacia adentro, menos enajenados viviremos:
- "Si actúas como si el lado oscuro no existiera, te vuelves loco. A mí me encanta vivir en la civilización, claro, pero tiene un precio terrible, una represión inmensa de nuestros instintos. Esos son los grandes tabúes de hoy, y de ellos el peor es la envidia, un enorme poder negro que, sin embargo, elegimos no ver. ¡Pero estaría tan bien que lo hiciéramos! Seríamos mucho menos peligrosos. No es malo tener cosas oscuras ni reconocer los propios sentimientos. Si quieres matar a tus hijos es mejor ver Medea que ponerles veneno en los cornflakes. Estamos llenos de sentimientos oscuros y es bueno verlos y reírnos de ellos. Me encanta cuando la gente dice. 'por favor, qué obra tan cruel, qué dura, ¡de gente que mata a su madre!'. ¡Pero si todos hemos querido hacerlo alguna vez! Está bien verlo para ver si tenemos esos sentimientos, y probablemente los tengamos, sí".