Lola Dueñas y Ana Torrent, en 'Sobre todo de noche', duelo de altura interpretativo que no ha sido nominado

Lola Dueñas y Ana Torrent, en 'Sobre todo de noche', duelo de altura interpretativo que no ha sido nominado

Cine Premios Goya

Las ausencias de los Goya: la Concha, la Espiga, los noveles, el cine de género, los taquillazos...

Ni el cine de festivales ni los grandes taquillazos han convencido a los académicos.

8 febrero, 2024 02:31

Es inevitable. En cada edición de los Premios Goya se produce una cierta controversia motivada por lo que podríamos definir como 'el gusto general de los académicos', que suele contrastar con las cábalas que cada espectador realiza acerca de las películas, actores, creadores y técnicos que deberían levantar un cabezón. Nunca llueve a gusto de todos, y por el camino siempre se queda algún trabajo que bien podría haber recibido más cariño.

Este año, parece que los Goya no han prestado demasiada atención ni al cine de festivales ni a los grandes éxitos de taquilla. Es cierto que 20.000 especies de abejas (Estibaliz Urresola), que acumula el máximo número de nominaciones con 15, arrancó su trayectoría en la Berlinale, donde logró el Oso de Plata a la mejor interpretación para la pequeña Sofía Otero, y también se impuso en Málaga, pero no ha ocurrido lo mismo con otros dos grandes triunfos de nuestro cine en importantes certámenes: La imatge permanent y O corno.

La imatge permanent, el debut en la dirección de Laura Ferrés, se hizo con la Espiga de Oro en la Seminci, y en estos Goya tan solo ha logrado la nominación a la mejor canción por ‘La gallinita’, de Fernando Moresi Haberman y Sergio Bertran. Los académicos no han visto motivos para premiar más a uno de los filmes más audaces y singulares del año, un drama formalista con toques de humor absurdo sobre dos mujeres solitarias.

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Por su parte, O corno, de Jaione Camborda, conquistó la Concha de Oro del Festival de San Sebastián y solo opta a los Goya a la mejor actriz revelación para Janet Novás, protagonista del filme. Parece poco para esta celebración sombría de la lucha por la emancipación y por la vida de una mujer condenada a la clandestinidad en la Galicia profunda de 1971, que remite al cine de Claire Denis o Kelly Reichardt.

Otros filmes muy celebrados por la crítica y realizados en los márgenes de la industria no han recibido ninguna nominación. Es el caso de las óperas primas La quietud en la tormenta (Alberto Gastesi), un filme que mira a Rohmer y Hong Sang-soo para narrar el reencuentro de dos antiguos amantes en San Sebastián; Secaderos (Rocío Mesa), un coming of age rural y fantástico ambientado en el granadino pueblo de La Vega; y Sobre todo de noche (Víctor Iriarte), que plantéa un duelo actoral entre las fantásticas Ana Torrent y Lola Dueñas para reflexionar sobre los niños robados en España.

Un veterano de sólida carrera como Manuel Martín Cuenca se ha tenido que conformar con la nominación a mejor canción para su emotiva El amor de Andrea, el itinerario de búsqueda, reencuentro, decepción, desgarro y aceptación de una adolescente en Cádiz. La película abre la filmografía del director a nuevos territorios, pero los académicos no han querido recorrerlos. Para Els encantats, de Elena Trapé, quizá ha ido en su contra que juegue la misma carta del realismo de corte sensible con toques costumbristas que 20.000 especies de abejas, y que su protagonista Laia Costa esté también en Un amor, pero no son pocas sus virtudes.

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La espera (F. Javier Gutiérrez), Hermana muerte (Paco Plaza), El fantástico caso del Golem (Burnin’ Percebes) e Irati (Paul Urkijo), lo más destacado del cine de género, tampoco ha conquistado a los votantes y todas se han ido de vacío. Lo mismo le ha ocurrido a Samsara (Lois Patiño), un inmersivo y sensorial filme sobre la reencarnación (que plantea al espectador el reto de percibir un fragmento de la película con los ojos cerrados), que bien podría haber entrado entre los cinco nominados a mejor documental.

Ni rastro de taquillazos

Por otro lado, las películas que se sitúan en la cumbre de la taquilla española de 2023 tampoco estarán en Valladolid este sábado, con alguna excepción. Si con Campeones (2018) Javier Fesser logró el Goya a la mejor película, el director se ha tenido que conformar con las nominaciones a mejor actor revelación para Brianeitor y a mejor sonido con la segunda parte, Campeonex, que ha sido el filme que más ha recaudado el pasado años (casi 12 millones de euros).

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Del top ten, más allá de Campeonex, tan solo la película de animación Momias (Juan Jesús García Galocha) ha logrado rascar otra nominación. Sin embargo, Ocho apellidos marroquís (Álvaro Fernández Armero), Vacaciones de verano (Santiago Segura), Vaya vacaciones (Víctor García León), Mari(dos) (Lucía Alemany), La Navidad en sus manos (Joaquín Mazón), El hotel de los líos. García y García 2 (Ana Murugarren) y Como Dios manda (Paz Jiménez), todas ellas comedias más o menos alocadas, no han conseguido ninguna mención en los premios más importantes del cine español.

'Ocho apellidos marroquís'

'Ocho apellidos marroquís'

En las categorías interpretativas, quizá se puede echar en falta a la veterana Kiti Mánver, pletórica en Mamacruz, donde interpreta a una abuela sevillana que experimenta un inesperado despertar sexual. Y también se podría abrir el debate de si los intérpretes infantiles deberían poder aspirar al Goya, después de que Sofía Otero recibiera el Oso de Plata en Berlín a los 9 años, aunque hay motivos para situarse en contra (la protección) y a favor (el reconocimiento del trabajo realizado). Y, quizá, se podría haber premiado a la industria de la animación española, que no para de mostrar talento, con una nominación a la mejor película a Robot Dreams (Pablo Berger).