¿Qué he hecho yo para merecer esto! (Pedro Almodóvar, 1984)

La primera colaboración de Verónica Forqué con Pedro Almodóvar. La película aborda el calvario de Gloria (Carmen Maura), un ama de casa adicta a las anfetaminas que vive en un barrio humilde con su marido taxista, sus hijos y su suegra. Su única amiga es la vecina de la puerta de al lado, Cristal, a la que da vida Forqué, una prostituta que sueña con marcharse a Las Vegas y a la que conocemos cuando viene a pedirle prestado un látigo a Gloria para entretener a un cliente. La actriz demostraba en cada una de sus hilarantes intervenciones que la comedía era su patio de recreo.

Sé infiel y no mires con quién (Fernando Trueba, 1985)

La tercera película de Fernando Trueba, su entrada real en la industria del cine, es una comedia de enredos sobre los dueños de una editorial al borde de la bancarrota, interpretados por Antonio Resines y Santiago Ramos, que pretenden conseguir un contrato con la escritora española del momento, Adela Mora. Verónica Forqué interpreta a Silvia, la secretaría que intentará recuperar el amor de su amante Paco, el personaje interpretado por Santiago Ramos. 

El año de las luces (Fernando Trueba, 1986)

El primer Goya de Verónica Forqué. La actriz interpreta a Irene, la directora de un preventorio rural de Sierra de Gata perteneciente a la Sección Femenina de Falange Española durante los años de la posguerra al que va a parar con síntomas de tuberculosis el adolescente Manolo (Jorge Sanz). Irene es un personaje complejo, en el que Verónica Forque brilla a la hora de mostrar cómo se van despertando en ella sentimientos hacia Manolo en un clima de absoluta represión sexual. Se nota la mano de Azcona en el guion.

La vida alegre (Fernando Colomo, 1987)

Divertidísima y alocada comedia de Fernando Colomo por la que Forqué ganó el Goya a la mejor actriz. La historia gira en torno a Ana, que empieza a trabajar como médico en un centro de enfermedades de transmisión sexual a pesar de la oposición de su marido Antonio, también médico y asesor del ministro de Sanidad. En el centro, Ana entra en contacto con una serie de personajes marginales que acuden a su consulta. Forqué está pletórica y muy bien secundada por Antonio Resines, Massiel, Miguel Rellán, Guillermo Montesinos...

Moros y cristianos (Luis García Berlanga, 1987)

Tercer Goya para Forqué, en este caso como actriz de reparto, haciendo doblete en la gala de 1988. Moros y cristianos quizá no sea el mejor trabajo de Berlanga y Azcona, ya que en conjunto es un filme algo deslavazado, pero sigue teniendo grandes momentos y la gran mayoría de ellos están protagonizados por Forqué, que interpreta a una peculiar secretaria argentina.  

Bajarse al moro (Fernando Colomo, 1988)

Cuarta nominación al Goya para Verónica Forqué y la primera vez que no lo conquista -se lo arrebató la inmensa Rafaela Aparicio de El tiempo y el mar (Fernán Gómez) en una edición en la que también estaban nominadas Victoria Abril, Ana Belén y Ángela Molina… Casi nada-. Basada en una obra de teatro de José Luis Alonso de los Santos, adaptada al cine por Joaquín Oristrell y dirigida por Colomo, Bajarse al moro aborda el tema de los jóvenes que iban a Marruecos para traer hachís a España como excusa para montar una divertida comedia romántica. El reparto es de campanillas: Antonio Banderas, Aitana Sánchez Gijón, Juan Echanove, Chus Lampreave... 

Salsa rosa (Manuel Gómez Pereira, 1991)

El debut en la dirección de Manuel Gómez Pereira es otra comedia de enredos, género predilecto de Verónica Forqué, en el que dos vecinas se conocen por azar y se apuestan cuál de las dos consigue seducir antes al marido de la otra, dinamitando por el camino sus plácidas vidas. Maribel Verdú, Juanjo Puigcorbé y José Coronado completan el reparto.

Kika (Pedro Almodóvar, 1992)

Cuarto y último Goya para Forqué en su tercera colaboración con Almodóvar tras ¿Qué he hecho yo para merecer esto! y Matador. Interpreta al personaje que da título a la película, una maquilladora optimista y vital que vive con Ramón (Àlex Casanovas), un fotógrafo obsesionado con la muerte de su madre. Kika tiene una amiga con muy pocos prejuicios, Amparo (Anabél Alonso); una acérrima enemiga, Andrea "caracortada" (Victoria Abril), directora y presentadora de un "reality show"; un amante americano que es padrastro de Ramón (Peter Coyote); y por último una criada bigotuda (Rossy de Palma), enamorada de ella en secreto. Una película juguetona y divertida como solo Almodóvar sabía hacerlas.

¿Por qué le llaman amor cuando quieren decir sexo? (Manuel Gómez Pereira, 1993)

La segunda película de Manuel Gómez Pereira aborda la historia de Gloria (Forqué), una mujer que necesita un compañero de trabajo para realizar sus shows porno en directo y que acabará reclutando a Manu (Jorge Sanz), un chico mucho más joven que ella. En este filme, Forqué no solo se lanza de cabeza a un arriesgado papel sino que también utiliza como nunca uno de sus principales atributos interpretativos: su voz.

El tiempo de la felicidad (Manuel Iborra, 1997)

Casados desde 1981, Manuel Iborra y Verónica Forqué trabajaron juntos en varias ocasiones. Rodaron películas como Caín (1987) y El baile del pato (1989) antes de triunfar en TVE con la serie Pepa y Pepe (1995). Después estrenarían esta El tiempo de la felicidad, que se puede considerar como lo mejor de sus colaboraciones profesionales. Ambientada en los años 70, con el movimiento hippy en plena efervescencia, la película sigue a una familia un tanto atípica durante sus vacaciones en Ibiza. Un filme luminoso y melancólico en el que todas las actrices brillan: Forqué, María Adánez y Silvia Abascal.