Mariana-Barassi_02

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Cine

Mariana Barassi ('Crónica de una tormenta'): "Es difícil saber qué medio te dice la verdad"

Clara Lago y Ernesto Alterio protagonizan el debut de la directora argentina, que reflexiona sobre la situación de la mujer en el mundo laboral y la polarización de los medios de comunicación en la era digital

30 abril, 2021 10:56

La redacción de un periódico se convierte en el único escenario de Crónica de una tormenta, nueva vuelta de tuerca a la guerra de sexos y las relaciones de poder en el mundo laboral. Ernesto Alterio interpreta al director de un periódico, un hombre no con uno sino con muchos secretos que está a punto de dejar su puesto. Una tormenta provoca que se quede encerrado con una de sus periodistas estrellas (Clara Lago), candidata junto a otro redactor para sustituirle. En la película se mezcla la ambición con la atracción, ya que el aún jefe y su empleada viven un amor platónico desde los tiempos de la universidad.

Basada en la obra de teatro Testosterona de Sabina Berman, un largo diálogo entre los dos protagonistas que se convierte en un toma y daca constante es el centro de esta película en la que la directora argentina afincada en Madrid Mariana Barassi (Buenos Aires, 1977) reflexiona sobre otros asuntos de actualidad como la independencia del periodismo en la era digital y las fake news.

P. ¿Cómo llega a dirigir esta adaptación de una obra de teatro?

R. Le presenté al productor Gerardo Herrero un guión para mi primer largometraje y le gustó mucho pero era una ópera prima difícil y me dijo que no lo veía en ese momento. En cambio acababa de ver la obra de teatro de Berman, le había interesado mucho y me preguntó si yo veía una película detrás de esa obra. Lo que me interesó mucho cuando la vi en la sala Galileo es que en el público, al salir, había posiciones muy diferentes sobre los temas que acabábamos de ver. Era muy interesante cómo una misma pareja podía tener ópticas totalmente opuestas. Me pareció que tenía algo muy vivo y también inacabado; me gustan las cosas inacabadas porque me apasionan los procesos creativos que superan una única visión.

P. ¿Cómo fue el trabajo con los actores en una película tan dialogada?

R. No había trabajado nunca con Ernesto Alterio y Clara Lago, a los que conocía por su trabajo. Los dos se comprometieron mucho, fue muy generosa su participación. El rodaje fue supersónico. Hay algo en la película que tiene que ver con ese arrebato que funcionó muy bien. Cambiamos el final diez días antes de empezar el rodaje, que es una cosa un poco kamikaze, y parte de los ensayos consistieron en hacernos mil preguntas. Es una película de diálogo, no de acción. Lo que había que hacer era destrozar a preguntas a los personajes. Nunca me habían interrogado tanto en toda mi vida. Fuimos tuneando cada uno de los personajes, para que no fueran el malo y la buena y tampoco el bueno y la mala, porque si tenían un color muy definido se acababa la película a los cinco minutos. El montaje fue muy fino, incluso un gesto de los actores te podía conducir a otro lugar.

Ernesto Alterio y Clara Lago en 'Crónica de una tormenta'

P. ¿El personaje de Alterio representa a ese periodista que ha ido perdiendo el idealismo a medida que acumulaba poder?

R. En la obra de teatro los personajes son un poco mayores y a mi me interesaba que fuera más joven, sobre todo él, por esto que dices. Hay algo como del envejecimiento profesional que le afecta. Ha ido acumulando poder como periodista y eso es algo con lo que él también se ha construido en los últimos años. Sabe que al día siguiente lo va a perder. Todo eso lo sujeta y lo va a dejar completamente desnudo. Hay algo frágil en el personaje aunque haya sido un manipulador que mueve los hilos y la haya utilizado a ella como secretaria o mano de derecha según le conviniera. La riqueza del personaje es que tiene muchas capas y es difícil desbrozarlas.

P. ¿Ella está en ese proceso de volverse cínica?

R. Hay un punto de inflexión en el que ella se pregunta si da el salto para convertirse en alguien como él o intenta hacerlo de otra manera. Lo que hace un poco es patear el tablero. En este juego de utilizar las herramientas que cada uno tiene, en su caso también utiliza que es joven, que es guapa, que es mujer, se lo cuela desde el comienzo sin querer asumir una postura de víctima, aunque dice que no quiere llevar el cartel del victimismo pero cuando puede se lo clava. En realidad no es una víctima en un mundo de machos y poder. El final perfectamente podría ser que ella se convierta en lo mismo que su jefe.

Trailer Crónica de una tormenta | 30 de Abril en Cines

P. ¿Quería reflexionar sobre el estado del periodismo?

R. Me gustaba moverlos a ellos dentro de la redacción del periódico. Yo soy una yonqui de la palabra impresa. Rodamos casi toda la película en el Diario de Navarra de noche cuando paraban las rotativas por temas de sonido. Tenías allí a toda la redacción superviva a las cuatro de la mañana. Cuando se levantan los periodistas para hacer el periódico del día siguiente el que acaba de salir ya es viejo. En la obra de teatro no se hablaba tanto de esto porque en ese momento no era tan relevante el fenómeno de las fake news. Es difícil leer la prensa sin saber qué intereses hay detrás. Siempre fue así pero en estos momentos es una locura porque hay que atravesar toda una masa de información y extraer lo que a uno le parece que sea verdad. ¿Quién te cuenta la verdad? El periodismo una profesión muy necesaria, me gusta leer periódicos en el formato que sea, pero cuando leo las noticias de mi país no sé realmente qué es lo que está pasando.

P. ¿Las redes sociales propician que la vida privada y la pública se mezclen?

R. Es tremendo cómo la vida íntima y personal se ha convertido en algo muy poroso y se ha incrustado en la profesional. A través de la ventana de las redes sociales entra y sale todo. Cuando veo a los adolescentes me agobio un montón al pensar cómo están expuestos a todo. No van a tener la privacidad que necesitan para crecer, estar expuesto todo el tiempo es muy duro.