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Cine

Muere Arturo Férnandez, algo más que el eterno galán

El actor ha fallecido a los 90 años. Hasta el 2 de abril de este mismo año estuvo sobre las tablas con Alta seducción

4 julio, 2019 10:38

Arturo Fernández ha muerto a los 90 años, según ha confirmado su mujer al diario La Nueva España. El pasado 2 de abril, el actor se vio obligado a suspender las representaciones de Alta seducción, obra con la que estaba de gira por toda España, por una dolencia estomacal de la que fue operado de urgencia. Lamentablemente, no se pudo recuperar. Conocido en los últimos años como “el eterno galán del teatro y el cine español”, Arturo Fernández tuvo muchas más facetas en su extensísima carrera. Comenzó como figurante en los duros años 50 con el objetivo de sobrevivir en Madrid tras trasladarse desde su Gijón natal a la capital. Poco a poco, sin embargo, fue abriéndose camino en la profesión con pequeños papeles en películas de Rafael Gil como La señora de Fátima, La guerra de Dios o El beso de Judas, muchas veces sin acreditar. Su primer contacto con el escenario lo dio en el Teatro de Camara y Ensayo, dirigido por Modesto Higueras.

Los primeros papeles protagonistas le llegaron de la mano de Julio Coll en Distrito Quinto (1957) y Un vaso de whisky (1958), películas de género negro en las que el actor demostraba su valía para papeles dramáticos. En los 60, el actor se convirtió en uno de los más prolíficos del cine español, participando en varias decenas de películas con directores como como Juan Bosch, Luis Marquina, Pedro Lazaga, Antonio Drove o Tito Fernández. Su vena cómica y ese personaje de galán cínico que fue cultivando acabaría por explotar en películas como La tonta del bote (Juan de Orduña, 1970), gran éxito comercial que lanzaría a la fama a Lina Morgan.

Durante años compagina este tipo de comedias en el cine y en el teatro, donde protagoniza obras como Dulce pájaro de juventud (1962) o La playa vacía (1970). Uno de sus años clave fue 1983, cuando regresó al cine negro de la mano de José Luis Garci en El crack II (1983) y protagonizó junto a Paco Rabal la comedia carcelaria Truhanes (Miguel Hermoso). En ese momento, el actor seguro que no se podía esperar que  este personaje acabaría brindándole uno de sus mayores éxitos cuando Telecinco decidió estrenar una continuación en formato de serie en 1993.

A este éxito, al que hay que unir el cosechado sobre las tablas -donde siempre fue muy popular-, Arturo Fernández sumó el protagonista de La casa de los líos en 1996, el papel por el que se ganaría el cariño definitivo de los espectadores y entraría en todos los hogares españoles, convirtiendo la coletilla “Chatina” en una de las más famosas de la historia de la televisión patria. También fue el papel que le encasilló definitivamente. La serie, en la que compartía protagonismo con Lola Herrera, logró mantener una gran popularidad durante los cinco años que estuvo en antena, con casi 6 millones de espectadores de media.

No volvió a tener ningún éxito parecido, pero el actor consiguió mantener el prestigio y seguía siendo un gran reclamo sobre las tablas, de donde no se bajó hasta que no quedó más remedio. En 2018 todavía encaraba jornadas con dobles funciones. Ganó dos TP de Oro y un Premio Iris, que entrega la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión Española.