Image: El joven Karl Marx: los inicios del revolucionario

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Cine

El joven Karl Marx: los inicios del revolucionario

El combativo director Raoul Peck reivindica el mensaje universal de las ideas de Marx y Engels en su última película

19 enero, 2018 01:00

Stefan Konarske y August Diehl en El joven Karl Marx

El director de cine haitiano Raoul Peck (Puerto Príncipe, 1953) es un cineasta con una larga trayectoria a sus espaldas centrada en asuntos políticos. Aficionado al biopic, Peck ha destacado por sus retratos de líderes como Patrice Lumumba, el hombre que llevó a la República del Congo a la independencia antes de ser asesinado, en el documental Lumumba, la muerte de un profeta (1990) o de nuevo en Lumumba (2000), donde cuenta la historia del mito del anticolonialismo con actores. Hace tan solo unos meses, ha sido precisamente el retrato de otro líder negro como James Baldwin el que ha dado notoriedad al cineasta. Nominado al Oscar, y ampliamente distribuido en todo el mundo, I Am Not Your Negro es un demoledor y contundente homenaje a un escritor combativo y lenguaraz como Baldwin, voz fundamental de la comunidad afroamericana.

Producida por un viejo conocido de la causa como Robert Guédiguian, en todo momento resulta diáfana la simpatía de Peck por su nuevo ídolo cinematográfico, Karl Marx, cuya juventud retrata en, valga la redundancia, El joven Karl Marx. En esta ocasión el director haitiano centra su atención en una figura tan europea como el alemán, exiliado en Francia primero y Bélgica después. En ella cuenta el mismo nacimiento del comunismo a través de su amistad y colaboración intelectual y política con Friedrich Engels, el filósofo de izquierdas con el que fundó un movimiento que, para bien, y muchas veces también para mal, transformó el mundo y además de verdad.

El joven Karl Marx se beneficia del propio Marx y de que tiene una historia interesante que contar. En todo momento, resulta evidente que el director ve un paralelismo entre la Europa de 1842, marcada por una explotación laboral que incluía el trabajo infantil o jornadas extenuantes de más de doce horas sin apenas días festivos, y el momento actual. De esta manera, sin entrar en lo que el verdadero desarrollo del comunismo como sistema político efectivo significaría poco después para cientos de millones de personas, Peck quiere reivindicar el mensaje universal de las ideas de Marx y Engels. Esto es, la realidad de la desigualdad social y de que mientras unos nadan en la abundancia sin apenas trabajar otros se parten la crisma para vivir en la miseria.

Raoul Peck es un cineasta 'enragé' de la vieja escuela y eso, en estos tiempos que a veces pueden parecer tan cínicos, se agradece. Qué duda cabe que su homenaje a los padres fundadores de la izquierda, interpretados de forma solvente por August Diehl como Marx y Stefan Konarske como Engels, está hecho con el corazón y la mejor de las intenciones pero el resultado tiende a lo acartonado y lo enfático. Un ejemplo es el momento en el que Engels funda el Partido Comunista y suena una música triunfal como si acabara de ganar la Champions. Excesivamente clara y subrayada en su "mensaje", El joven Karl Marx tiene la virtud de acercarnos a un personaje y una época histórica apasionante pero un poco más de garra y de imaginación a la hora de hacerlo también se hubiera agradecido.

@juansarda