Ana Belén junto a Fernando Trueba en el rodaje de La Reina de España

La actriz y cantante, que recibirá el próximo 4 de febrero el Goya de Honor en reconocimiento a toda su trayectoria profesional, explica el porqué de su alejamiento del cine.

El próximo 4 de febrero, cuando tenga en sus manos el Goya de Honor, la cantante y actriz Ana Belén se convertirá, junto a Rafaela Aparicio (1987), Imperio Argentina (1988), Josefina Molina (2011) y Concha Velasco (2012), en la quinta mujer en recibir este premio al conjunto de una trayectoria en toda la historia de la Academia de Cine.



Ana Belén recibirá el galardón por una densa filmografía compuesta por más de 50 títulos como actriz y uno como directora, pero hasta finales el año pasado, cuando estrenó La Reina de España, de Fernando Trueba, llevaba más de una década apartada del cine. Una situación que, según la actriz, no se ha producido por decisión propia. "No me han llegado proyectos en doce años", ha asegurado, a la par que se declaraba dispuesta a hacer "cualquier papel" que le ofrezcan siempre y cuando no sea de "personaje jarrón". "Me gustaría que me ofrecieran papeles como los que dan a los hombres, ricos, con aristas..."



Yvonne Blake, actual presidenta de la Academia, ha recordado que el galardón se le otorga por ser "rostro y voz imprescindible" del cine español, y ha repasado la nómina de directores con los que ha trabajado, entre los que se encuentran grandes maestros, algunos ya desaparecidos, como Gonzalo Suárez, Pedro Olea, Eloy de la Iglesia, Mario Camus, Pilar Miró, Manuel Gutiérrez Aragón, Vicente Aranda o Fernando Colomo.



Con otros, como Pedro Almodóvar, no pudo ser, tal y como ha recordado la homenajeada. "Me hizo una oferta que coincidió con la gira latinoamericana del disco Mucho más que dos, empezaba en tres días y la tenía firmada", ha señalado la actriz, que en la última década se ha volcado en el teatro, por ejemplo en la exitosa adaptación de Medea de Andrés Lima, y su principal desempeño profesional, la música.



Lejos de sentirse perdedora después de irse de vacío hasta en cuatro ocasiones en las que estuvo nominada a estos premios Goya, la actriz no cree que este galardón implique necesariamente el final de su carrera. Ni por edad, ni por supuesto por ganas, como ha significado en muchos otros casos este premio especial. "No trabajas para que te nominen, sino por pasión y necesidad de conocer, para intentar entender las cosas que te rodean, porque es lo que deseaste desde niña y sigues con ese tesón", ha afirmado.



Volver al cine como esposa de Antonio Resines en La Reina de España le supuso una gran alegría, pero también algo de amargura a posteriori, por la polémica del boicot a la película de Trueba debido a su discurso al recibir el Premio Nacional de Cinematografía, cuando dijo no sentirse español.



"El boicot a Trueba me retrotrajo a la intolerancia y la intransigencia de la dictadura", ha asegurado Ana Belén, en referencia a una situación similar que vivió junto a su pareja amorosa y artística, Víctor Manuel, en 1973, cuando un anónimo difundió que ambos habían pisado una bandera española en México. "No era cierto y luego se aclaró, pero el mal ya estaba hecho", ha señalado. "La gente debería poder decir lo que sienta en cualquier momento, pero además (en el caso de Trueba) las declaraciones se hicieron en clave irónica y se sacaron de contexto", ha precisado.



En un plano más general, sobre la evolución del cine español a lo largo de estas décadas, Ana Belén ha destacado, en el lado positivo, la multiplicidad de miradas sobre muchos temas del pasado y el presente: "El cine español ha evolucionado y ha aprendido a contar historias más personales, hay muy buenos directores y guionistas". En el negativo, "un problema gordo de financiación", aunque "pese a todo la gente sabe buscar las posibilidades para hacer lo que quiere, con crowdfunding o grabando con un móvil".



Por todo eso, entre otras cosas, dice que, a día de hoy, no tiene pensado volver a dirigir, tal y como hizo en 1991 adaptando la obra de Carmen Rico Godoy Cómo ser mujer y no morir en el intento. "Sería frívolo por mi parte, no porque no lo haya pensado y no tenga alguna historia por ahí, pero no está entre mis planes en este momento".