George Lucas y los jedis de Disney.

Los seguidores de Star Wars son, quizás, el arquetipo más popular del friki. La trilogía de George Lucas alimenta hoy tantas discusiones, convenciones, merchandising y pasiones que es prácticamente una religión. Al grito de ¡compro! Disney se hizo el pasado martes con la productora de la que nacieron Luke Skywalker, Darth Vader, Han Solo y los demás y la guerra se trasladó a la galaxia Twitter. Manos a la cabeza, lamentos y lloros ante el anuncio de que la todopoderosa major del ratón perpetrará nuevas entregas de la saga en el cercano 2015. A pocos fans de los de verdad, al menos a pocos de los que crecieron con el estreno de las tres primeras películas, les gustó la precuela de tres filmes estrenada la década pasada. La mayoría pensó que la obra debía entenderse en su contexto y que era impecable tal y como estaba. Ese mismo mensaje ha vuelto a cundir en la red. Ahora bien, los hay también que piensan que peor imposible e incluso hay quien cree que, vistas las maravillas que ha hecho Disney después de comprar Marvel, cabría esperanzarse ante mejores producciones en el futuro. También la nueva tecnología, que podría llevar la historia interplanetaria a terrenos ignotos, quién sabe.

Hay, en fin, muchos factores que podrían hacer que el desenlace fuera feliz. O no tan malo. Para valorarlos hemos preguntado a algunos directores y críticos españoles sobre la noticia. Y, aunque hay quien pone el grito en el cielo o tira la toalla, hay sorpresas. Por ejemplo, Chema de la Peña (Sud Express, 2006), cuya adolescencia estuvo marcada por Star Wars. En su opinión, ya hace mucho que se sabe que la trilogía es la gallina de los huevos de oro y que se regresaría a ella, como pasó con la precuela, así que lo asume con deportividad: "Tampoco es para ponerse a llorar, yo creo que Lucas, por edad, ha dicho eso de coge el dinero y corre. Siempre te queda la nostalgia de qué habría pasado si las nuevas entregas se hubieran hecho con el mismo espíritu que las primeras. En cualquier caso, yo no habría continuado. Creo que las cosas tienen un principio y un final y la historia ya está contada. Pero es normal que en tiempos de crisis se apueste por cosas seguras", concluye el director, que actualmente prepara un documental sobre mujeres guitarristas, otro sobre centros de acogida y una película con Enrique Urbizu que narrará una historia de amor a través de la danza contemporánea.

Borja Cobeaga (No controles, 2010) tampoco es de los de horrorizarse. Para él, nada puede ser peor que las precuelas. "Tenía tres años cuando vi El imperio contraataca. No llevo coleta ni me hago llamar Padawan pero me ha marcado mucho. Creo que tal y como estaba haciéndose denotaba una falta de interés horrible. Si Disney la coge con ganas, si al menos es la parte de Pixar la que se encarga, podría tener buen resultado. No me parece una mala noticia. Ser purista en 2012 después de haber visto la segunda trilogía me parece serlo de una cosa muy mala", zanja. Luego, preguntado por qué haría él en caso de que una de las nuevas películas cayera en sus manos, el responsable de Pagafantas, que rodará en breve Ocho apellidos vascos ("un guión con el clima de la boda de San Sebastián"), apuesta por las historias secundarias. "Me acuerdo de que cuando era pequeño y mis padres tenían dinero para un juguete de La guerra de las Galaxias. Solía juntarme con una nave grande y una pequeña y me inventaba historias colaterales, que se perdía la pequeña y llegaba a un planeta. Algo así sería interesante".

Como Cobeaga, Carlos Theron (Impávido, 2012) piensa que el resultado dependerá de quién se encargue. Pero también confía, a tenor de los resultados de Los Vengadores, en que pueda salir algo que funcione bien. "A lo mejor llega un Josh Wedon a dirigirla y la gente no se revoluciona tanto como en Twitter. La verdad es que las tres nuevas no me gustaron mucho pero no las recuerdo tan malas si las comparo con Crepúsculo o Los juegos del hambre, que me pareció terrible". ¿Y de dirigirla? A Theron le da la risa, aunque luego concluye que, de hacerlo, intentaría encontrar un guionista como el del Imperio contraataca, "alguien capaz de escribir esa maravilla y En busca del arca perdida". Y ya que nombra a Indiana Jones, se pregunta el cineasta qué pasará con esta otra saga, también dentro del paquete de Lucasfilms: "Sobrevolaba un quinto Indiana Jones y eso sí que me preocupa".

El productor, director y crítico de cine Borja Crespo tampoco parece muy afectado por la noticia: "Me da un poco igual. Ya se había convertido en una megafranquicia con lo cual que acabe en manos de alguien como Disney lo veo casi como un proceso natural. Dudo que empeore respecto a lo último que ha hecho Lucas, así que se puede ver como algo positivo. No opinarán así quizás los puristas pero Star Wars es una marca", sentencia. Sobre los derroteros a los que la llevaría en caso de dirigirla, señala: "Molaría hacer un spin off sobre la vida de un soldado del Imperio antes y después de las batallas, ¿qué hay debajo del casco? Y un personaje secundario que podría explotarse más y que siempre me ha fascinado es Boba Fett".

Paco Cabezas (Carne de neón, 2011) incluso la considera una buena nueva: "Lucas ha dicho que quiere hacer cine experimental y sinceramente las últimas de Star Wars producen vergüenza ajena. Personajes como Jar Jar Binks son la auténtica vergüenza del mundo friki. En Hollywood están deseando hincarle el diente a cualquier cosa que sea un universo rico y creativo pero a mí me parece ahora más interesante una película como Chronicle, que trata los superpoderes desde un punto de vista muy original. Darle ese punto adolescente a la saga podría estar muy bien, me encantaría ver una peli rodada cámara en mano que me contara una parte de la trilogía. A Lucas le queremos mucho pero es un abuelete, encantador pero abuelete y hace bien en dejarla. Todo lo que sea expandir esos mundos de forma creativa me parece bien. Lo importante es quedar mejor que Star Trek y nos están tomando la delantera últimamente. ¡Eso no puede ser!

Mucho más desengañado, el crítico de cine y escritor Jesús Palacios está seguro de que debería haberse dejado como estaba en origen. La tecnología, cree, no arreglará la falta de creatividad con la que se ha tendido a banalizar el mito: "Da igual que sea Disney o no, el sentido del humor de las primeras películas no se hace hoy. No creo que se pudiera rodar un filme que se tomara tan poco en serio a sí mismo como fueron los primeros. Las siguientes entregas entran en la tendencia a hacer un cine sin complicaciones, infantilizado".

Por su parte, Eugenio Mira, que acaba de finalizar el rodaje de Grand Piano, es tan fan de la saga ("me toca tan de cerca", suspira), que incluso prefiere no pronunciarse demasiado: "Son muchos años de admirar a Lucas. Le he defendido en las precuelas e incluso en el útlimo Indiana Jones. Lo de la venta a Disney es muy fuerte. Lo estoy pensando mejor y prefiero no decir nada. Move on". Sea como sea, para bien o para mal, dentro de algún tiempo, en una galaxia no tan lejana, nacerá otra Star Wars. Y entonces sabremos si a pesar de que son tiempos adversos para la creatividad en el cine, pueden seguir produciéndose buenas secuelas.