Image: Morgan Freeman: Mandela es capaz de parar el tiempo para escuchar a la gente

Image: Morgan Freeman: "Mandela es capaz de parar el tiempo para escuchar a la gente"

Cine

Morgan Freeman: "Mandela es capaz de parar el tiempo para escuchar a la gente"

El actor norteamericano presenta en Madrid Invictus, la película dirigida por Clint Eastwood sobre el líder surafricano

28 enero, 2010 01:00

Morgan Freeman.

Alberto Ojeda
Nelson Mandela tenía dicho que si se hiciera una película sobre él, le gustaría que fuese Morgan Freeman quien le encarnara. El actor recogió el guante. Compró los derechos de una de las biografías del líder político surafricano, con la intención de llevarla a la pantalla algún día. La cosa no salió. Pero un plan b ("providencial", en palabras del propio Freeman) se puso en marcha entonces. Lo propuso John Carlin, el autor de El factor humano, un libro en el que contaba cómo consiguió unir el país tras décadas de segregación racial con un elemento insospechado: el rugby.

Clint Eastwood tenía que centrar su aproximación a una figura tan amplia en algún aspecto concreto. Y tomó en Invictus el que Carlin le brindaba, que para un cineasta de su condición iba de perlas, por la connotación de virilidad pura y elemental que posee este deporte, donde la violencia y el contacto físico es brutal, pero se rige por un escrupuloso código de honor. Terreno abonado, pues, para el autor de Million Dollar Baby y Banderas de nuestros padres.

La trama arranca con la llegada al poder de Mandela, y la consecuente desconfianza y temor de los blancos que le metieron en una celda de dos metros cuadrados durante casi tres décadas. Lo lógico era esperar el despecho de la víctima. Pero él les sorprendió. Lejos de aniquilar las instituciones y símbolos más arraigados en la idiosincrasia Afrikáner, el nuevo presidente la República los respetó, pero se los llevó a su terreno, abriéndolos al resto de la población, mayoritariamente negra. Y ahí estuvo la clave de su triunfo.

Ese ejemplo de "inteligencia política", según Carlin, quedó plasmado sobre todo en cómo Mandela trató a la selección nacional de rugby surafricana, a cuyo capitán, interpretado en Invictus por Matt Damon, utilizó como modelo de la nueva Suráfrica unificada. "él sabía que el equipo era como una religión para los blancos", ha explicado esta mañana Morgan Freeman, en Madrid para presentar su tercer trabajo con Eastwood, que se estrena en nuestras salas este viernes. Todo lo contrario para los negros de los suburbios, que detestaban a los Springboks (así denominan los Afrikaners a los miembros de la selección en su lengua nativa), hasta el punto de apoyar a los equipos extranjeros que se enfrentaban a ella.

Mandela supo darle la vuelta a ese odio enquistado, arriesgándose a perder el apoyo de los suyos, que miraban con recelo tanta condescendencia con los que fueron sus opresores hasta hace pocos días. La copa del mundo de rugby de 1995 fue el escaparate mundial que aprovechó para mostrar al mundo sus progresos, la manera en cómo, a partir de los pequeños detalles, le dio la vuelta al país con sus dotes persuasivas. "Muy femeninas", matiza Carlin.

"Una de las cosas que más me llama la atención es su forma de escuchar, cuando lo hace parece como si parase el tiempo. Y luego siempre te dice: 'muy bien', 'muy bien'", ha explicado Morgan Freeman, quien mantiene con Mandela una amistad de hace ya varios años. Una relación que (con la mediación del gran Clint) ha dado como fruto Invictus, un valioso documento para perpetuar la memoria de uno de esos pocos hombres que nacen con el don de cambiar la historia (para bien).