Image: Duncan Jones: Mi padre, Bowie, me enseñó a ser creativo

Image: Duncan Jones: "Mi padre, Bowie, me enseñó a ser creativo"

Cine

Duncan Jones: "Mi padre, Bowie, me enseñó a ser creativo"

Estrena este fin de semana en España su primera película, Moon, un canto a la ciencia ficción clásica que prescinde de explosiones y efectos especiales a favor de la palabra

9 octubre, 2009 02:00

El director Duncan Jones, el pasado miércoles en Sitges, donde presentó su película Moon. Foto: J. Antonio

Marta Caballero
Poco o nada parecido a su padre (David Bowie), al menos de primeras, el joven director Duncan Jones es un inquieto y divertido habitante de Londres de risa fácil al que, en cambio, le muta el tono de voz cuando se trata de defender su ópera prima, Moon, que se estrena este viernes en España. El cineasta ha obrado el milagro de filmar una obra de ciencia ficción con unos pocos millones y dos nombres potentes en el reparto (Kevin Spacey y Sam Rockwell) y de subirla además a los laureles del cine independiente tras su éxito en festivales como Sundance. Su secreto, confirma, que los efectos especiales sean una mera herramienta al servicio de "una historia seria sobre el ser humano en general". Y en particular, la de un minero enviado a la Luna con la misión de extraer un gas que salvará a la Tierra de la crisis energética y que, cuando está a punto de regresar con su familia, empieza a tener extrañas visiones. La firma el vástago de un ser asaz marciano, de El hombre que cayó a la tierra y de quien cantó Ziggy Stardust.

P.- Se ha propuesto demostrar que hoy en día puede hacerse ciencia ficción con cinco millones de dólares. ¿Cómo logró ajustar el género al presupuesto de Moon?
R.- Si la película funciona, y creo que lo hará, es porque tengo unos actores impresionantes, Sam Rockwell y Kevin Spacey. Desde el principio supe que iban a hacer unas interpretaciones potentes para este guión, que también lo es. En Moon los efectos especiales están al servicio de la historia y no al revés. Tengo claro que cuanto más fuertes sean los guiones y las interpretaciones, mejor funciona una película. Esas son las cuestiones fundamentales que deben primar en este trabajo, y eso debería ser suficiente, en cualquier género. Desde luego, hemos trabajado muy duro, pero también podemos considerarnos afortunados por contar con un equipo tan bueno, que ha hecho que la película haya quedado muy aparente. De acuerdo con la historia, Moon es más una obra de personajes, sobre el ser humano. Haber metido más explosiones o efectos especiales sólo conseguiría despistar al espectador.

P.- ¿Y qué ha querido contarle a los terrícolas con su película?
R.- En ella hablo de la soledad de una persona en el espacio, pero también del sentimiento de estar aislado en general, y sobre cómo las personas pueden descubrir muchas cosas sobre ellas mismas cuando están solas. También buceo en cómo la gente quiere ser amada.

P.- ¿Tiene intención de dar el salto al mainstream o se siente cómodo con la etiqueta indi?
R.- Me encantaría. Moon es mi ópera prima y creo que está bien como está: manejé una idea que podía abordarse con un presupuesto ajustado, pero claro que me gustaría hacer algo más grande. Así como un escultor, un pintor o cualquier artista desea trabajar en algún momento en una escala mayor. Espero tener la oportunidad de hacerlo en un futuro.

P.- ¿Futuro cercano?
R.- Sí, mi próxima película volverá a ser algo pequeño, quizá ligeramente mayor que Moon. Pero más adelante, quién sabe, puede que me llame un gran estudio o tal vez pueda hacer una película independiente con un presupuesto más elevado. Ojalá.

P.- ¿Cómo logró alejarse de los directores (Tarkovsky, Kubrick...) y los temas que, obviamente, han influido en su película para que, a pesar de ello, tuviera entidad propia?
R.- Moon es un homenaje a estos directores, una celebración de la moda y de la apariencia de sus películas. Quería que incluso pareciera una obra rescatada de la ciencia ficción clásica. Pero no es sólo eso. Cintas como Outland, con Sean Connery, o Silent Running, con Bruce Dern, o los Aliens de Ridley Scott, etcétera han sido una gran influencia en esta película, pero lo que intenté fue cogerlos a todos y darles una vuelta para así ofrecer a la audiencia algo inesperado. Más allá de la ciencia ficción, en Moon están mis propias experiencias y las de Sam Rockwell, porque ambos también hemos vivido relaciones a distancia.

P.- Hablando de referentes, al igual que en 2001 la música cumple un papel esencial en Moon.
R.- Sí, la compuso Clint Mansell, que ha trabajado en películas como Réquiem por un sueño, de Darren Aranovsky, y ha creado una banda sonora maravillosa y muy reconocible. La hizo a pesar de saber que era una película de bajo presupuesto, porque le encantó la historia.

P.- Volviendo al presupuesto, ¿Cómo consiguió 'engañar' a Kevin Spacey para subirlo a esta nave? (el actor pone la voz en off al ordenador de la base espacial).
R.- Tenía un buen contacto que me permitió pasarle el guión. Estamos contentísimos de haber podido trabajar con él. Kevin no se preocupó del presupuesto, porque enseguida comprendió el concepto de la historia, aunque sí nos dijo: "Mirad, haced la película sin mí, y luego enseñadme qué tal ha quedado, entonces yo decidiré si le pongo la voz". La verdad es que se quedó bastante impresionado con la apariencia final, así que aceptó. Fue una suerte.

P.- ¿Cómo es eso de que el hijo de El hombre que cayó a la tierra acabe siendo un director de ciencia ficción?
R.- Ya sabe, mi padre es un hombre maravilloso y lo quiero mucho, él me ayudó mucho a convertirme en una persona creativa. No puedo ni quiero decirle más al respecto, no hay mucha más relación entre una cosa y la otra.

P.- ¿Por cierto, dónde está él? ¿Se ha retirado acaso?
R.- Estar está en Nueva York, que es donde vive. Sobre lo que está haciendo, tendrá que llamarlo a él si quiere saberlo.