Image: Frank Marshall

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Cine

Frank Marshall

“Para hacer Indiana hay que pensar como un niño”

22 mayo, 2008 02:00

Toda una generación de treintañeros le debe parte de su educación sentimental a Frank Marshall. El productor, muy ligado a Steven Spielberg, reinó en los 80 con películas de enorme impacto. Son títulos como El último vals (Martin Scorsese, 1978), Poltergeist (Tobe Hopper, 1982), Gremlins (Joe Dante, 1984), Regreso al futuro (Robert Zemeckis, 1985), Los Goonies (Richard Donner, 1985) o El cabo del miedo (Martin Scorsese, 1991). A finales de los 90, cuando la estrella de Marshall parecía algo agotada, su olfato volvió a jugarle una buena pasada cuando le dio su primera oportunidad a M. Night Shyamalan. El resultado fue El sexto sentido (1999), uno de los éxitos sorpresa más abrumadores de todos los tiempos. En esta última década, ha vuelto a reinar en la taquilla con la trilogía del agente Bourne interpretado por Matt Damon.

Indiana Jones es quizá la criatura más emblemática de Marshall. Como guiño, la Universidad en la que trabaja el doctor Jones (y con la que tiene serios problemas en El reino de la calavera de cristal) toma prestado el nombre de su apellido. Tras 13 años de percances, discusiones por el guión y retrasos que parecían interminables, por fin ve la luz la cuarta parte de una saga comandada desde el primer momento por él mismo, George Lucas y Steven Spielberg. El productor habló en exclusiva con El Cultural.

- Pocas películas han levantado tantas expectativas como esta cuarta parte de Indiana Jones. ¿Temen defraudar al público?
- La gente va a ver el mismo Indiana Jones que ama. El mismo con el que muchos han crecido. Durante el rodaje, todos teníamos la sensación de que no habían pasado 17 años desde la última vez sino dos. En seguida recuperamos la misma magia de siempre. La única diferencia es que el personaje es mayor, tiene más experiencia y quizá un punto más de escepticismo.

- ¿A qué cree que se debe su enorme impacto popular?
- Es un héroe con el que la gente puede identificarse. Es vulnerable y se hace daño. Además, tiene un gran sentido del humor y si escapa de determinadas situaciones no es gracias a su fuerza sino a su ingenio.

Pasión por el personaje
- El guión ha sufrido muchas modificaciones por el camino, ¿pueden decir que están plenamente satisfechos?
- Ha pasado mucho tiempo hasta dar con el proyecto adecuado porque teníamos que estar todos de acuerdo. La aparición de David Koepp (guionistas de otros filmes como Jurassic Park o Spider-Man) fue crucial para que convergieran todos los puntos de vista. Lo más importante era mantenerse fiel a la esencia, que nos sonara real. Para hacer esta película es necesario pensar como un niño, cualquier cosa es posible.

- ¿Cómo recuerda los inicios de la saga?
- Tuve mucha suerte de estar con George Lucas y Steven Spielberg cuando todo comenzó. Fue Lucas quien inventó el personaje, partiendo de nuestra voluntad compartida de recuperar para el cine esas historias heroicas con las que habíamos crecido en los años 30 y 40. Son películas muy emocionantes porque nunca sabes lo que va a pasar. Ese elemento de suspense era fundamental mantenerlo ahora.

- Algún cínico dirá que vuelven por el dinero.
- Desde luego que no. Hacer una película como ésta lleva demasiado tiempo y esfuerzo como para que el dinero sea la única fuerza. Indiana ha vuelto porque amamos al personaje. Otra dificultad era conectar con las nuevas generaciones, con chavales que quizá no han visto las anteriores o años después de su impacto en las salas. Habrá dos lecturas, con guiños para los viejos fans y nuevas emociones para quienes lleguen más vírgenes. No hubiéramos corrido el riesgo de manchar la reputación de Indiana ni el cariño de sus fans si no fuera por pasión.

- ¿Cuál es la función de un productor como usted en una película como ésta?
- Hay muchas partes a las que el director no puede llegar. Yo me encargo de que esté todo en orden, que las cosas avancen en la dirección que Steven quiere. He trabajado con todo tipo de cineastas, algunos prefieren que te mantengas muy al margen de la parte artística, otros son más flexibles. Steven pertenece a la segunda categoría. él es el capitán y mi trabajo es tener toda la película en la cabeza, que todos los elementos concuerden fluidamente. Para Steven, además, juega un papel importante la improvisación, lo que te obliga a estar alerta. Por ejemplo, la escena en la que Indiana dispara a un enemigo que le hace una demostración de látigo no estaba en el guión y hoy es la secuencia más famosa de aquella película.

Europa contra Estados Unidos
- Usted ha hablado del riesgo que corren con esta película. Pero no parece muy probable que no obtengan un enorme éxito.
- Este negocio no es tan predecible. Nosotros lo hemos hecho lo mejor que hemos podido pero... Hacer una película es un proceso muy largo y muy complicado, en el que pasan muchas cosas que escapan a tu control. Recuerdo el caso de El imperio del sol (1987). La hicimos en un momento en que Spielberg estaba en la cima, teníamos una gran historia y escogimos como protagonista a Christian Bale, que ha demostrado con los años su enorme talento. Sin embargo, no funcionó como esperamos.

- En Europa algunos critican que producciones como Indiana Jones impiden que la gente vea otro tipo de películas. Les acusan de monopolizar el mercado.
- Entiendo que alguna gente se sienta disgustada pero no creo que la solución sea crear barreras, es como ponerle puertas al campo. Mi productora ha hecho dos películas en Francia (las recientes Persepolis y La escafandra y la mariposa) que han funcionado muy bien. Yo creo que el problema está en las películas que se hacen y en cómo se hacen. Europa tiene que competir ofreciendo buenos productos. Además, Hollywood hoy está produciendo fuera más que nunca, y siempre ha sido el refugio para talentos de todo el mundo.

- El negocio del cine está en un momento de grandes cambios debido, sobre todo, a la aparición de internet. ¿Desaparecerán las salas?
- Cuando miro atrás y pienso que En busca del arca perdida aguantó un año en los cines me asombra la diferencia con la forma actual de funcionar. Hoy tenemos muchas plataformas distintas, pero soy partidario de la preeminencia de las salas. La experiencia de sentarte en un cine con 300 desconocidos sigue siendo única. La tecnología en tres dimensiones pronto implicará un cambio importante.

- ¿Qué tiene que tener un buen guión para convencer a Marshall?
- Una buena historia. Con eso tienes el 80% de la batalla ganada. Recuerdo cuando Shyamalan apareció por mi despacho. Era un chico desconocido de Filadelfia, pero tenía un guión fantástico.

- ¿Es el Hollywood de hoy peor que el de los 80?
- Hasta cierto punto sí. Hoy es el negocio el que manda mientras antes eran los artistas. Pero en los últimos Oscar hemos visto como candidatas algunas grandes películas. Siempre hay espacio para el talento y la creatividad. En este sentido, cada vez estoy más interesado en producir un cine de calidad, exigente y quizá no para todo el mundo.