
El robot 'Pepper' creado por Aldebaran Robotics. Foto: Alex Knight
"La IA no piensa como las personas, no hay razonamiento, es más bien un pensamiento estadístico"
Dorottya Sallai y Jon Cardoso-Silva, profesores de la London School of Economics and Political Science, reflexionan sobre el presente y futuro de la inteligencia artificial en la Fundación Ramón Areces.
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¿Cómo ha cambiado la educación desde la aparición de los chatbots? ¿Cuáles son las principales preocupaciones de los educadores? ¿Qué tipo de trabajos se han visto más afectados por la inteligencia artificial? ¿Es peligroso antropomorfizar la IA? Y lo más importante, ¿heredarán los bots la Tierra?
ChatGPT, Gemini, Copilot, Perplexity o Deepseek son algunas de las GenAI (inteligencias artificiales generativas) que ya forman parte del día a día de trabajadores y estudiantes. El futuro está en el presente y trae consigo más cuestiones que respuestas. Esta nueva tecnología ha venido para quedarse, su potencial despierta devoción y desconfianza a partes iguales.
'¿Heredarán los bots la Tierra?', una conferencia organizada por la Fundación Ramón Areces en colaboración con la London School of Economics and Political Science (LSE), explora el precoz ascenso de la inteligencia artificial y estudia el impacto en dos áreas concretas, la educación y las empresas. Esta charla se enmarca en la Masterclass de tres días de duración, Futuros inteligentes: La Inteligencia Artificial y la transformación de la sociedad.
Jon Cardoso-Silva profesor del Data Science Institute del LSE (Instituto de Ciencia de Datos) habla sobre un cambio en el comportamiento de los estudiantes y profesores desde noviembre de 2022. El 92% de los graduados en 2025 usa la IA para sus tareas cotidianas, esto implica un aumento del 66% desde 2024.
La alfabetización de los trabajadores de la educación en el Reino Unido ha aumentado drásticamente, casi la mitad de los estudiantes piensan que sus profesores tienen un buen conocimiento a la hora de usar esta nueva herramienta. Además, los estudiantes parecen ser cada vez más conscientes de las limitaciones que implica el uso de la inteligencia artificial.
En la otra cara de la moneda, los jóvenes, cada vez más, desarrollan dependencia en el uso de herramientas basadas en la IA. El pensamiento crítico, la comprensión lectora o la contrastación de la información parecen ser algunas de las habilidades que más se deterioran ante el avance de la inteligencia artificial entre las nuevas generaciones.
Dorottya Sallai, profesora del Department of Management del LSE (Departamento de ADE), habla de que los trabajadores por cuenta propia que se mueven en el ecosistema digital han recibido el impacto inmediato de la IA. En especial, las labores de escritura y traducción, las cuales cayeron en picado con la salida de ChatGPT.
Durante la conferencia, Sallai revela que un estudio de The London School of Economics and Political Science demuestra que el departamento más puntero en el uso de GenAI dentro de las grandes organizaciones industriales es marketing como líder indiscutible.
Según declaran ambos ponentes, uno de los mayores problemas alrededor de la inteligencia artificial es el discurso que antropomorfita esta herramienta. "La IA no piensa como las personas, no es fiable. No hay un razonamiento, es más bien un pensamiento estadístico".
Cuando se echa la mirada al futuro, los ponentes de la LSE coinciden en que no hay que sobrestimar la capacidad de la inteligencia artificial ni otorgarles responsabilidades morales o legales. En la actualidad y los próximos años, conocer cómo se debe usar esta herramienta será un "factor competitivo para encontrar trabajo" opina Sallai.
El apropiado funcionamiento de cualquier inteligencia artificial necesita de grandes cantidades de recursos, minerales y litro tras litro de agua. Aun así, las empresas no tienen en cuenta el impacto medioambiental indirecto derivado del uso masivo de la IA. Sallai sabe que es un asunto complicado y cree que "tenemos que asegurarnos de que las compañías tengan una responsabilidad integrada y aprender a ser sostenibles".
Jon Cardoso-Silva asegura que cada vez es más frecuente que las personas usen a los chatbots como terapeutas, gracias a su buena capacidad para comunicarse con las personas. El profesor de The London School of Economics and Political Science ve en la IA una nueva tecnología con potencial para, entre otras cosas, ayudar a niños con dificultades en el aprendizaje o replantear las bases de la educación actual.
Entonces, ¿heredarán los bots la Tierra? "Posiblemente, si continuamos permitiéndoselo", concluyen ambos profesores. Pero, para ellos la verdadera pregunta no reside en este enfoque, sino en plantearse "¿cómo crear sistemas para que puedan servir a la totalidad de la humanidad?".