Qué raro es todo! por Álvaro Guibert

Koopman según san Juan

2 abril, 2018 08:43

[caption id="attachment_1000" width="560"] Ton Koopman[/caption]

En la primera fila de los especialistas en las pasiones de Johann Sebastian Bach destaca la figura menuda y nerviosa del gran Ton Koopman, organista, clavecinista, director de coro y de orquesta y leyenda viva de la interpretación de la música barroca. Ver a Koopman salir al escenario es garantía de que se va a oír buena música que, además, rara vez suena igual una vez que la anterior. Algunos se fijan en la irregularidad. A mí me llama más la atención su creatividad. Koopman es un habitual de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, a la que ha venido esta vez para dirigir La pasión según san Juan. Al terminar el concierto, el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, le entregó el Premio Honorífico de la Semana, tanto a él como a su obra viva, la Orquesta y Coro Barrocos de Ámsterdam. Koopman es un apasionado pasionista: no contento con dar nueva vida a las dos pasiones de Bach que han llegado a nuestros días, la de san Mateo y la de san Juan, Koopman preparó él mismo una tercera, la de san Marcos, a partir del libreto original, que sí nos ha llegado, y de la música de coros, corales y arias escrita por Bach para otros oratorios y cantatas. Así, en las tiendas de discos —si es que queda alguna— podréis encontrar una Pasión según Marcos de Bach de Koopman, con dos "des" de autor. Es un empeño extraño, pero bonito y nadie podría haberlo hecho con más conocimiento, más arte y más pasión que Ton Koopman.

Pero este Jueves Santo en Cuenca no era momento de la pasión de Marcos sino de la de Juan, que a Koopman le suena, sobre todo, fluida. Desde su órgano positivo marca el ritmo al evangelista y liga unos números con otros con gran ligereza. También lleva ligeros los corales. No hace pausas entre frase y frase, sino que recorta el final de cada una y el ataque de la siguiente hasta no dejar apenas tiempo para respirar. Este cierre apresurado de las frases recuerda al canto de los niños, que se comen casi entera la última corchea, salvo que aquí hay una intención estética adulta, en busca, quizá, de la máxima ligazón. Da gusto oír a Koopman acompañar el recitativo, adornándose solo lo justo. En la música barroca (y en la de después), cada vez me impresiona más el acierto en los adornos. Lo demás, casi se da por hecho, pero las notas de adorno, los floreos, trinos, semitrinos, grupos y demás, que parecen poca cosa, ¡qué difíciles son y qué importantes! Hubo momentos especiales también en el fraseo de la soprano Yetzabel Arias y en el sonido del gambista Robert Smith. El evangelista, Tilmann Lichdi, tiene la voz limpia y fácil que requiere el papel. El concierto tuvo también sus momentos de desajuste y de desequilibrio, fruto de las prisas con que estos conjuntos llevan a cabo siempre sus giras. Vivimos tiempos acelerados.

En la Semana de Cuenca era tradición hacer cada año un gran oratorio de Bach: una de las pasiones o la Misa en si menor. Este año han decidido programar los tres de golpe. Además de lo de Koopman, están programadas San Mateo con Marc Minkowski y Les musiciens du Louvre y la Misa con Andoni Sierra y el Conductus Ensemble. Además, hay un Requiem de Mozart con la Orquesta y Coro de la Semana bajo la batuta del director artístico de la Semana, Cristóbal Soler. Que exista esa orquesta y ese coro da idea de que el actual equipo pretende que la Semana deje una huella musical estable en la ciudad de Cuenca y en la región. Por ese mismo motivo, el Requiem viaja a Tarancón, Talavera y Valdepeñas.

[caption id="attachment_1004" width="560"] El compositor Juan José Colomer[/caption]

En el ciclo grandes oratorios pude ver también al Coro —y media orquesta— de Radio Televisión Española bajo la dirección de Javier Corcuera. Hicieron una versión fantástica de la Misa en mi menor de Anton Bruckner, para coro y una sección de viento casi completa: oboes, clarinetes, fagotes, trompas, trompetas y trombones. Sin flautas, las maderas sonaban cálidas y cercanas, con color de lengüeta y olor a caña. Cálidos también sonaban los metales brucknerianos: corales de trombones, unísonos cobrizos... El coro se llenó de matices y de algún tipo de devoción. Bruckner suena siempre honesto, sincero y, sobre todo, claro. Pese a sus dimensiones, a veces gigantes, Bruckner es transparente. Casi siempre escribe con una o dos voces, no más. Creo que le gustaba que se oyera todo con claridad. Que no hubiera nada en la partitura que el oído no pudiera discernir plenamente. Por eso funcionaba tan bien la lentitud del gran Celibidache, que se tomaba todo el tiempo del mundo para hacer oír cada acorde de las sinfonías de Bruckner, donde las cosas, ya de por sí, transcurren lentamente. Bruckner fue un compositor de línea clara. ¿Le hubiera gustado Hergé? Pero divago: la cuestión es que en Cuenca vivimos una sesión Bruckner limpia e intensa.

Antes, el Coro de RTVE, con el quinteto de metales Spanish Brass, había estrenado el Magníficat encargado por la Semana al compositor valenciano Juan José Colomer (1966), que cruza géneros, derriba barreras estilísticas y triunfa por el mundo, sobre todo en Estados Unidos. El mismo Colomer dejó dicho el tipo de sonoridad que ha aplicado a esta obra: un enfoque tradicional con algunos elementos discordantes. Es su forma de entreverar las dos Marías en las que se inspiró: la joven alegre que recibe el anuncio de su maternidad y la madre dolorosa que vive la tragedia de su hijo. Colomer aporta también una imagen de cada una de ellas: La anunciación de Fra Angelico y El descendimiento de la cruz de Van der Weyden, ambos en El Prado.

El Magnifican de Colomer es una composición de gran envergadura. Para apreciarla bien, yo hubiera necesitado más tiempo entre acontecimientos. También me pedía el oído menos música, más silencio, más momentos de calma, más descanso de este instrumento o aquella cuerda del coro. Seguramente serán manías mías. Además, a lo mejor esos efectos están buscando y lo que pretende lograr el compositor es precisamente la inestabilidad que provoca la densidad continua, la expresividad inquietante de la acumulación. En todo caso, vimos a los músicos de la RTVE, metiéndose en follones, como es su obligación, y saliendo airosos de ellos.

La vertiente contemporánea de la SMR de Cuenca continúa durante la semana de Pascua, con conferencias, encuentros y una sesión de música y vídeo a cargo de José Luis Temes, maestro multifacético que, a su larga y prestigiosa carrera de director de orquesta, pedagogo, investigador y escritor, ha añadido recientemente la vertiente videográfica.

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