La columna de aire por Abel Hernández

Trish Keenan, si crees en la magia

16 enero, 2015 19:06
El pasado miércoles se cumplieron cuatro años del triste y fatídico fallecimiento por gripe A de Trish Keenan (Winson Green, Birmingham, 1968), cantante y principal motor creativo en el grupo Broadcast. En estos años, su música y todo el conjunto de su obra no sólo se resiste a ser olvidada como sólo lo logran aquellos sucesos del Pop que nunca fueron un mero producto sino que da la sensación de afianzarse cada vez más como una de esas fuerza magnética de primer orden dentro del panorama musical más o menos alternativo. Pese a ello, no es fácil encontrar demasiados textos en los que tanto ella como su pareja James Cargill, el otro gran artífice en Broadcast, o el resto de los que durante un tiempo también fueron parte del grupo, expliquen sus metas, procedimientos y motivos. En especial ha quedado en cierto limbo el progresivo y evidente deslizamiento con que comprometieron su obra. El viaje de Broadcast comenzó a mediados de los 90 partiendo desde un pop psicodélico y hauntológico repleto de canciones enrarecidas pero clásicas y magníficamente compuestas, y desde aires claramente deudores de las diferentes ramas del pop de los 60 y en especial del retrofuturismo pero curiosamente a salvo en buena parte de la retromanía. Desde ahí fue resbalando hacia un terreno mucho más cercano a la locura folk lisérgica y ocultista del joven Syd Barret, al legado experimental y lúdico de Delia Derbyshire, el surrealismo, la fantasía, la improvisación y los poderes de la parte oculta de lo consciente. Acabaron, en cierta manera, logrando una especie de síntesis alquímica muy suya de inspiración plenamente contemporánea del espíritu del sello Warp (que los ficharon en 1997 para sorpresa de muchos) y del de Ghost Box, con cuyo director, Julian House, colaboraron in crescendo. Esas zonas en blanco, esa carrera truncada (a la espera de si James Cargill prosigue con el proyecto) es parte del ángulo invisible que puede volverle a uno loco por Broadcast. Es difícil encontrarse a un músico experimentador sin una profunda marca de narcisismo, tan difícil como alguien que demuestre un amor por la inocencia, a la pureza y la obsesión de la vieja magia. Broadcast lo eran. Como homenaje pero también reivindicación de la viveza y vigencia de su legado, hemos querido dedicar esta primera Columna de aire del año a una selección de las palabras de Trish Keenan que diferentes medios recogieron en vida. Si escuchar cantar a alguien fallecido siempre tiene algo de presenciar una aparición, leer a la vez lo que dejó dicho en su día bien puede ayudar a recuperarlo, en el sentido de esa frase del escritor Alan Moore: El gran acto mágico es decidir si vas a vivir en tu propia ficción.   Magia, música de brujas y médiums Si las brujas del siglo XVII hubieran hecho música habría sido bromista e hipnótica y hecha con sonidos indescifrables, no música de tono perfecto e instrumentación bien temperada (…) The Radiophonic Workshop en cierto sentido eran médiums: daban voz a los objetos que los rodeaban, posibilitando a las lámparas, reglas y botellas hablar con su sonido.. de un modo juguetón y divertido, además. (1) Supongo que lo primero que me pregunté antes de escribir Libra, The Mirror's Minor Self fue cómo sería la canción de un médium. Sabía que la hipnosis de un ritmo de 3/4 y un ambiente suelto improvisado como de alguien canalizando inesperados visitantes podrían funcionar.(1) Lo paranormal me resulta más poderoso cuando es modesto, no notoriamente espeluznante u oscuro, y yo siento sincronías y coincidencias todo el tiempo.(1) Me gusta mucho ese tono cordial de los horóscopos y encontrar palabras mezcladas junto a algo bastante educado y crítpico. Me parece que es cómo hablaría un espejo encantado, atrayéndote a su reflejo con tono amable y que cuando buscas una respuesta te quedas completamente confuso por lo que ves.(1)
Psicodelia y orgullo de clase obrera Creo que sigue viva la idea de psicodelia como puerta hacia otra manera de pensar sobre el sonido y la canción. No un mundo alcanzable sólo mediante alucinógenos sino mediante el cuestionamiento de lo que pensamos que es lo real y correcto, desafiando las convenciones de forma y talante. Bandas como The United States Of America, White Noise, A To Austr y esos Mesmerizing Eye que he descubierto recientemente, usan el collage de audio, choques de sonido que funcionan más en consonancia con el modo en que funciona la mente, la forma en que la vida funciona, yuxtaposiciones extremas de recuerdos y tráfico pesado de ruido, digamos, o leer emails y avispas que entran por la ventana. De algún modo, siento que a mi modesta manera soy parte de este continuum de las bandas psicodélicas, pero en una realidad de ensueño canalizada para existir fuera del canon.(1)
A finales de los 80 estaba obsesionada con la noción de retrato de la clase obrera de los 60, me sentía conectada umbilicalmente con ella debido a mi educación, fue la clase de Gran Bretaña en la que nací: una Inglaterra de Cathy Come Home. Descubrí la psicodelia y me pareció que tenía propiedades de auto ayuda que me permitían dejar el inmovilizante orgullo de clase obrera que estaba cimentando una falsa identidad dentro de mi psique que impedía transformarme.(1)
  Experimentación Lo que me emociona últimamente es la voz femenina jugando con las palabras y sonidos vocales mientras se las apaña para anclar preocupaciones filosóficas más profundas. Me alucinan las combinaciones de juego y sentido exploradas por músicas contemporáneas como Samara Lubelski o bandas como Rings o Directing Hand. Parece que hicieran gestos a lo absurdo y lo juguetón al mismo tiempo como si no tuvieran ningun tipo de miedo a la experimentación, una suerte de tectónica de placas musical.(1) Muchas de mis probaturas nunca verán la luz del día. Cuando los experimentos van mal… son como el horror oculto que se filtra suavemente a través de la dulzura.(1) Las letras y líneas vocales que compuse en Witch Cults Of The Radio Age eran más una combinación de improvisación libre y técnicas de escritura surrealista.(1) Es bueno poner condiciones a la escritura automática o si no puede volverse un poco demasiado indescifrable.(5)

Improvisación

La improvisación no te permite tomar tiempo para pensar o ser tú mismo. Tienes que mantener y sacar sonidos del instrumento, tomar decisiones basadas en… qué, supongo (¿intuición, quizás?) Te preguntas de dónde sale todo eso, que te indica que lo dejes o lo mantengas y por cuánto tiempo y cuándo. ¿Quién toma esas decisiones? De repente no eres tú mismo, como si hubieras creado otro Yo, de la misma forma que una célula se divide. Es algo así como biología creativa.(1)

Memoria

Pienso que la evocación de recuerdos en nuestra música puede ser entendida como el residuo de un viaje imaginario en el tiempo. Puedes ir adelante y atrás. Puedes viajar hacia atrás para cambiar algo en el ahora, para rediseñar el curso de los eventos por razones personales. Cuando vuelves a un tiempo musical previo, estás intentando evocar un recuerdo de algo que no te ha sucedido nunca, que no está almacenado, así que tiene sentido que oigas borroso un sentido del tiempo y el lugar diluyéndose.(1)

En cierto sentido, cuando voy a atrás en mis propios recuerdos siento como si no fuera yo, cuando pienso en mí con 13 o 20 años siento una desconexión con esa persona. Es lo mismo con los sueños. Cuando evocas los acontecimientos nunca le han sucedido a tu Yo despierto sino a tu Yo que sueña. Los recuerdos son sueños lúcidos y los sueños son recuerdos dormidos. Cuando haces música inspirada por ese proceso empiezas a romper las convenciones formales de la misma manera en que los sueños y los recuerdos nunca empiezan por el principio o acaban por el final. Me parece que el pasado siempre está ocurriendo ahora, todos los acontecimientos previos que nos han situado aquí filosóficamente, geográficamente, y que en el presente estamos siempre en recuerdo… a no ser que seas un monje Zen, claro. (1)

Productores

En el All Tomorrow’s Parties deberían hacer un fin de semana de productores, eso es lo que me gustaría ver… Durante los años 50 y 60, cuando los productores eran la última maravilla, tenían un sonido y no se preocupaban sobre lo que las bandas deseaban y cómo querían sonar, que es lo que parece preocupar más a los productores de ahora… El trabajo de un productor es de algún modo echar una red sobre las ideas de los cinco componentes de una banda y ponerlas juntas. Yo preferiría que el productor viniera en plan “que te calles la boca y toques esto”. Así habría una sola mente empujando toda la historia hacia delante. No hay nada peor que cinco voces balbuceantes todas ellas queriendo ser lo mejor.(2)

Cada uno filtra la información de manera muy diferente. Puedes decirle a un productor algo, él puede decir “sí, puedo hacer un muro de sonido”, por ejemplo, pero su versión de un muro de sonido o la manera en que él lo interpreta puede tener una forma totalmente diferente la tuya. Hemos acabado discutiendo con esos productores porque no podían hacer lo que decían.(3)

Gustos Pop

Crecí con Bob Dylan, Neil Diamond… Era una fan tremenda de Bowie entre mis 13 y 16 años. Era la edad en que estaba creciendo. Cuando empecé el instituto era 1980. Estaba también todo el rollo New Romantic. Recuerdo lanzándome sobre Morrisey una vez; subí al escenario e intenté… no sé qué intentaba hacer. Me gustan Os Mutantes, Jorge Ben, Gal Costa, Caetano Veloso, Dutronc, Françoise Hardy, Brigitte Fontaine, incluso un poco de Charles Aznavour…. Creo que el pensar en mí gustándome Joan Baez representa algo que James odia de verdad. Esa caprichosa cosa folk. Definitivamente está instalada en mi gusto y mi composición… Cuando la vi cantar esa canción de Don’t Look Back, tuve que encontrar cuáles eran sus mejores discos... Britney Spears… me gusta la canción pero no la artista. Upss, I Did It Again es increíble, fenomenal y con una interpretación vocal brillante pero ella es una mierda. No puedo con ello… Los músicos más minusvalorados de mi país son Autechre.(2)

Escenario

Muchos músicos disfrutan mutando en el escenario, se vuelven locos al salir a tocar y consiguen transformarse en un personaje que fuera del escenario no les dejan ser. A mí, en cambio, me gustaría desaparecer, ser invisible en la escena, me pasa todo lo contrario.(4)

Cuando entro en una habitación me gusta pasar desapercibida. Me gusta deslizarme. No soy la clase de gente que quiere mover el cotarro con su conversación.(2)

Método, herramientas

Lo que normalmente pasará es que aportaré algunas canciones y James aportará sus ideas de producción tan pronto como suenen y si él tiene una estructura de acordes la grabaré en el minidisc y la enchufaré a mi cuatro pistas e intentaré ponerle voz. Con suerte tendremos una combinación de ideas que he compuesto con la guitarra, las maquetas de cuatro pistas y esos temas de James donde pongo la voz. Entonces iremos al estudio y lo llevaremos todo más lejos.(2)

Me siento muy identificada con la forma de trabajo de Gertrude Stein. Cuando el Yo se transforma en un vehículo, dejas de preocuparte. No quería epatar con mis letras, ni obsesionarme con escribir cosas magníficas, ni reflejar sentimientos profundos. Mi única intención al escribir los temas era no tener intención.(4)

Gertrude Stein no ha inspirado tanto lo que escribo como la técnica de escritura automática. Así es como he generado las letras. (5)

Mi padre falleció cuando grabábamos Tender Buttons. Él y yo teníamos el ritual de hacer el crucigrama de The Sun siempre así que empezó a interesarme ese lenguaje de pistas crípticas. Me encanta la rara escritura de esas pistas y empecé a repetirlas un poco.(5)

Cine

El cine es una influencia enorme, cada vez mayor… Tenemos la suerte de tener una maravillosa tiendecita de vídeos de culto con una sección de cine de la Europa del Este en Moseley y muchos amigos trabajando allí, así que pillamos vídeos gratis, los grabamos y luego nos los vemos a nuestra bola… Tomamos toda clase de cosas de las películas. Música, ideas visuales, letras… (3)

Voz

Me encantan las girl-bands de los 60 pero no creo que mi voz se parezca mucho a la de ellas. Nunca he intentado emular a nadie ni me considero una gran cantante. Canto lo que me sale. (4)

Tengo un manual de canto con ejercicios (…) me he ejercitado un poco, pero sólo para poder cuidar mi voz porque tienes mucha tensión así que trataba sólo de encontrar una forma cómoda… Me gusta la voz que canta y habla suavemente… las voces más pequeñas: por eso me interesan mucho las cantantes de pop francés de los 60, porque es tan fácil. Es sólo como abandonarse, no hay ningún gran esfuerzo ni líneas vocales súper elaboradas. Es casi voz hablada muy muy directa.(3)

Los materiales que citamos pertenecen a las siguientes entrevistas:

(1) Joseph Stannard para The Wire nº 308 (octubre 2009)

(2) Gail O’Hara para Chickfactor (mayo 2001)

(3) themilkman para The Milk Factory (junio 2003)

(4) Estela Aparisi para Mondosonoro (octubre 2005)

(5) David Osbaldestin Fused Magazine nº 24 (2005)

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