La columna de aire por Abel Hernández

Sobre lo indie en España (I)

31 octubre, 2014 18:43

Resulta notable cómo en los últimos dos años proliferan los artículos, entradas de blog y hasta libros que se preguntan sobre eso tan indeterminado que llamamos indie y su desarrollo en España.

En ocasiones sus autores no tratan exactamente sobre esa parcela de la historia musical que es el indie, sino más bien sobre lo indie como una categoría cultural. A menudo lo hacen desde una perspectiva de análisis sociológico o socio-político, pero en cierta manera a-histórica. Es decir, que su punto de vista no acaba de distinguir entre las circunstancias pasadas en que se originó lo indie y lo que ha terminado por calificarse con la etiqueta de 'indie' hoy, más de dos décadas después de sus comienzos. Pese a tratarse de dos cosas muy distintas, así sucede en el caso de ese sonoro ensayo con forma de panfleto (logradísimo en cuanto a su aspecto incendiario) Indies, hipsters y gafapastas, recientemente publicado por Capitán Swing. Tanto en el texto de Víctor Lenore,  como en el prólogo de Nacho Vegas, abundan las miradas al espejo de la memoria personal por parte de los antiguos protagonistas del relato y la propia vivencia evocada (esa construcción, esa ficción). Al margen de su indudable valor como discurso de cuestionamiento y llamada de atención sobre la deriva socio-política de lo alternativo, lo que en este libro más se echa en falta es un ejercicio de memoria colectiva o histórica en torno a lo indie, o sea, fijada a la interpretación subjetiva y personal mediante investigación y datos. Abunda el comentario del fenómeno desde el presente pero apenas se atiende a su contextualización histórica y a las posibles explicaciones en su propio tiempo, ese observar con la perspectiva de su momento que reclamaba Elena Cabrera en su artículo No está bien juzgar el indie de los 90 con criterios del antisistema de los 10.

En otros casos sucede un poco lo contrario. Como por ejemplo en esa notable serie de artículos que firmaron Nuclear Sí y Estanis Solsona en la web Jenesaispop, donde se reconstruye ya no lo indie sino el pop Indie dentro de la Historia de la  música española. Allí, sin que predomine el recuerdo de lo vivido, se logra definir el Indie como movimiento-escena musical enmarcado en un determinado ámbito histórico y se describen sus características esenciales. Tal clase de textos sin duda aportan luz a una etapa heterogénea y escurridiza ya de por sí y muy poco analizada, de la vida musical española. Describen las formas en su variedad y diversidad, los inventos de músicos e industria que dieron lugar a un cierta tendencia cultural, como queriendo desagraviar la memoria histórica, no sin cierta nostalgia. Resultan necesarios, sin duda, pero en ellos echamos de menos una interpretación en su contexto social y su conexión con el presente.

Otros textos, como esas veinte tesis sobre el indie nacional con forma de viñeta que publicara César Estabiel en Numerocero, quizá se encuentren más cerca de ese término medio de tan complicado acceso. Sin dejar de lado la experiencia en primera persona, Estabiel se sitúa en cierto lugar entre la reconstrucción histórica de cómo ocurrió el Indie en cuanto a momento musical y la interpretación justa de lo indie desde su contexto revisado con la perspectiva histórica de su tiempo hasta hoy. Efectivamente en medio esas veinte viñetas brilla la frase de Josetxo Anitua, cantante de Cancer Moon: “el quid está en responder por qué estamos haciendo lo que estamos haciendo”.

Quizá no deberíamos desaprovechar la ocasión para debatir a fondo todo esto que se revisa ahora. Más allá de la importancia de la construcción de un relato histórico de lo puramente musical y de situar a una serie de grupos, eventos, acontecimientos y prácticas, entender lo que se llamó independiente o alternativo y las razones históricas de su surgimiento puede resultar enormemente valioso en el momento actual, como algunos parecen haber intuido. Para ello, tanto su crítica y cuestionamiento como la recuperación de su recuerdo son necesarias y, posiblemente, complementarias. Pero, sobre todo, parece más necesario que nunca responder a los porqués de las cosas que se hicieron, profundizar en la raíz de qué sucedió y qué ha dejado todo ello en el ahora.

Por nuestra parte, en próximas entregas de La columna de aire publicaremos algunas notas sobre lo indie en la época pre-banda ancha en España motivadas por la lectura de todos estos textos que menciono y algunos otros. Lo indie como momento entre 1992 y 2001 aproximadamente, en que una parte de la música pop y sus artífices (los grupos llamados indies pero también el público y los vínculos de ambos con la industria, la comunicación y la tecnología) abrazaron ciertas coordenadas estéticas y prácticas sociales en un determinado contexto socio-económico, político y cultural. Serán sólo reflexiones y análisis que traten de ampliar el campo de batalla, profundizando en numerosas cuestiones que me parece no se han tratado aún. Hablaremos no de un género ni escena musical sino de un fenómeno cultural y una toma de postura que quizá habría que llamar alternativo o independiente pero que ha quedado como indie. Intentaremos interpretar lo indie como cierta forma de energía comunitaria, no elitista sino horizontal y periférica, no exactamente apolítica y más utópica de lo que parece, explicarnos cómo el estilo pudo convertirse en el contenido y hablar de lo indie como anticipación y profecía, para bien y para mal, de numerosas cosas del presente.

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