Esceptrum

Web 2.0 (Final)

29 noviembre, 2007 01:00

Desde el principio de esta serie de notas sobre la Web 2.0, me había propuesto apuntar algunas ideas sobre la economía Web 2.0. No soy un experto en economía, ni mucho menos, pero sí soy bastante curioso sobre cómo ciertos principios económicos, tenidos por inmutables, se han ido modificando ante el embate irresistible de nuevos modelos empresa-cliente que están surgiendo en internet.

No hay demasiada literatura todavía que trate exclusivamente de la economía Web 2.0. Quizá la referencia más interesante sea Wikinomics: How mass collaboration changes everything (2006). Don Tapscott y Anthony D. Williams defienden que la nueva economía Web 2.0 se basa en la colaboración masiva. Ya hablamos del efecto red tan querido por los economistas. Ellos denominan "wikinomics" a esta nueva economía que tiene algunas nuevas ideas de negocio:

Peer production, lo que podríamos traducir como producción por colaboración. La Wikipedia o el propio sistema operativo Linux son claros ejemplos de esto.

Ideagoras. Sitios Web que plantean problemas comerciales para que los usuarios encuentren soluciones técnicas y se beneficien de ello. Procter & Gamble ha creado ejemplos de esto.

Prosumers. Palabra imposible de traducir, que identifica al nuevo tipo de consumidor que participa en la creación y modificación de los productos. En Second Life y Lego se pueden ver ejemplos claros de "prosumers".

Si nos olvidamos de todos estos términos, algunos poco acertados, lo que subyace en esta "nueva economía" es que se basa en la colaboración y en la apertura (openness). Ninguno de los actores de la misma está cerrado en una compañía ni en una tecnología y, en muchos casos, el valor lo aportan los usuarios no las compañías. Los autores del libro defienden que esto llevará a una "democracia económica".

Mientras estoy convencido de que hay una revolución latente en la forma en que se desarrolla el software y en el ecosistema global en que se va a crear, transmitir y gestionar la información en general, y el software en particular, no veo cómo eso conducirá a una "democracia económica".

Mi escepticismo con la "democracia económica" tiene mucho que ver con su polo opuesto: el capital riesgo. Cuenta Paul Graham, en un magnífico artículo , cómo en una conferencia sobre Web 2.0 en 2005, las firmas de capital riesgo prácticamente se abalanzaban sobre cualquier "startup" prometedora. Tras unos años tranquilos, de consolidación, que siguieron a la explosión de la "burbuja de Internet", el capital riesgo se ha dado cuenta que los negocios Web están aquí para quedarse y que es necesario invertir en las compañías que están diseñando las bases tecnológicas del futuro. ¿Nos llevará esto a una burbuja 2.0? No hay que olvidar que los emprendedores pueden ganar o perder, al igual que los inversores, pero los gestores del capital riesgo siempre ganan, y ese es un factor a tener muy en cuenta en la generación de una burbuja.

Algunas de las últimas compras que comenté en el artículo anterior podrían hacer sospechar el nacimiento de una nueva burbuja, pero no tengo la sensación de que el ambiente sea el mismo. Desde luego, en España no hay nada que se parezca a aquella locura colectiva que se vivió entre el 98 y el 2000.

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