Image: Berenice Abbott, dentro y fuera del canon

Image: Berenice Abbott, dentro y fuera del canon

Exposiciones

Berenice Abbott, dentro y fuera del canon

Berenice Abbott. Retratos de la modernidad

12 abril, 2019 02:00

Cañón: Broadway y Exchange Place, 1936

Fundación Mapfre. Diputació, 250. Barcelona. Comisaria: Estrella de Diego. Hasta el 19 de mayo

Aunque los manuales de historia hayan calificado la obra de Berenice Abbot (Springfield, 1898-Monson, 1991) como “fotografía documental”, definirla de este modo es insuficiente. Estrella de Diego, comisaria de esta exposición de la Fundación Mapfre, nos propone una lectura que precisamente cuestiona el tópico y nos invita a una interpretación más rica y llena de matices de una de las figuras más destacables de la fotografía americana.

Abbott inmortalizó los cambios acelerados de Nueva York, mostrando el espectáculo y la opulencia de la ciudad

Se inicia el recorrido con una colección de retratos de la década de los veinte en París, ciudad a la que llegó en 1921 sin medios económicos ni una vocación clara. Posiblemente tenía la intención con esta serie de documentar un sector social vinculado a la cultura aunque, como observa Estrella de Diego, hay en esta colección un modelo de mujer y de hombre que no responde a los arquetipos femeninos ni masculinos convencionales. Lo que capta Abbot es una mujer fuerte con una apariencia masculina y hombres que no responden tampoco a una imagen estereotipada. Como apunta la comisaria, su mundo se situaba también al margen de la norma social de la época. Hay, pues, una dimensión autobiográfica, algo de Abbot que se filtra y se proyecta en la forma de mirar, elegir y hacer la foto: como dijo el poeta, tan solo se encuentra lo que uno busca desesperadamente. En París hubo también un encuentro fundamental: Eugène Atget, al que retrató poco antes de morir. Este, entre finales del XIX y principios del XX fotografió de una manera sistemática el viejo París que estaba desapareciendo por la presión de la ciudad industrial y la transformación urbanística. Pocos -tan solo los surrealistas y voces disonantes como Walter Benjamin- se percataron de su trascendencia. Sin embargo inspiró una profunda admiración a Abbot que adquirió su archivo y que desde entonces realizó una labor de reivindicación del fotógrafo francés, editando libros, positivando sus fotografías e incluso realizando exposiciones compartidas como esta.
De regreso a Nueva York en 1929, Abbot toma conciencia de los profundos cambios de la ciudad realizados en muy poco tiempo e inicia el proyecto Changing New York -el núcleo de la exposición- inspirado por el proyecto de archivo de Atget, con el apoyo económico de la Works Progress Administration, programa de subvenciones en el periodo de la Gran Depresión. Sin embargo, entre el Nueva York de Abbot y el París de Atget hay una gran diferencia. La ciudad de la primera es ante todo espectáculo, opulencia, es la ciudad heroica. Hay alusiones a tiendas (en clara referencia a Atget) y a espacios residuales o marginales, cierto; pero es sobretodo rascacielos que capta con espectaculares picados y contrapicados. Mientras Atget evitaba la imagen postal y tuvo un reconocimiento tardío, los edificios de Abbot se publicaron en guías turísticas y fueron asimilados rápidamente... acabaron siendo la imagen tópica. La exposición se cierra con unas misteriosas fotografías recogidas bajo el epígrafe “Ciencia”en el que se registran experimentos científicos e instrumental técnico. Sin duda de una gran belleza, parecen una prolongación de la ciudad de Nueva York, pirotecnia formal y espectáculo. Decididamente, el París de Atget no es el Nueva York de Abbot.