Image: Redobles de Gerardo Delgado

Image: Redobles de Gerardo Delgado

Exposiciones

Redobles de Gerardo Delgado

Gerardo Delgado

5 abril, 2013 02:00

Rataplan IV: Redoble ácido y subrayado, 2013

Galería Fernández-Braso. Villanueva, 30. Madrid. Hasta el 30 de abril. De 2.900 a 12.800 euros.

Tras un año difícil, sin apenas asistir a su estudio, Gerardo Delgado (Olivares, Sevilla, 1942), uno de los principales representantes de la abstracción española, regresó para retomar las cosas en el punto en el que las había dejado. Las últimas series que mostró en el Centro Damián Bayón de Santa Fe (Granada) fueron Rastros urbanos, Dunas urbanas y su variante vertical Duvertinas. Se caracterizan por la diferencia entre la altura elevada y lo breve del ancho del cuadro, que proporciona grandes láminas verticales, divididas en bandas horizontales de colores vivos, diferentes y contrastados. Añadió una nueva familia a las dunas, con un importantísimo cambio cromático, mediante el uso del oro y la plata, que provocan una reverberación y sustanciales diferencias perceptivas de la pieza según la luz ambiente y la posición del espectador.

El patrón que se "dibuja" en cada una de estas maderas evoca inmediatamente las formas de los tres stoppages étalon de Duchamp que, recordémoslo, cumplen este año el primer centenario de existencia. Del mismo concepto, solo que adelgazando el modelo patrón hasta hacerlo fino como una ranura, es la serie de La hora de la siesta, que en esta exposición, con obras especialmente concebidas para ella, se acompaña de las cuatro que integran Pequeña siesta mediterránea, cuyo motivo son las lamas de una persiana y la luz que se cuela entre ellas. Por último, las cuatro impresionantes y potentísimas piezas dobles que componen el inicio de una nueva serie, Rataplán-Redoble, de formas fragmentadas extraídas de las dunas, son de colores vivos, densos y contrastados, y tienen una voluntad de grandeza que retumba con el timbre de la pintura grande. De lo mejor entre lo muy bueno que ya ha hecho el artista. Imprescindible es la atenta lectura de sus últimos textos, porque es también uno de los principales teóricos de la práctica de la pintura, que explican y amplían el sentido de lo que yo solo apunto aquí una breves notas apreciativas.