Image: Sophie Taeuber-Arp, una mujer de su tiempo

Image: Sophie Taeuber-Arp, una mujer de su tiempo

Exposiciones

Sophie Taeuber-Arp, una mujer de su tiempo

Caminos de vanguardia. Comisaria: Estrella de Diego. Museo Picasso. San Agustín, 8. Málaga. Hasta el 24 de enero.

8 enero, 2010 01:00

Composición con círculos y ángulos superpuestos, 1930.

Durante muchos años, la luminosidad de la artista suiza Sophie Taeuber-Arp (Davos, 1998-Zurich 1945) ha sido contemplada con la misma distancia con la que se observa una mariposa atravesada por un alfiler. Su belleza es innegable, pero la mirada oblicua de quien la examina en esas circunstancias desnaturalizadas impide que se aprecie con exactitud su auténtico valor. La que fuera compañera de Jean Arp -en el epicentro de las vanguardias por su implicación primero con el movimiento Dadá y luego con el Surrealismo- es por sí misma una figura de primer nivel, pero su doble condición de mujer y esposa han supuesto un obstáculo que ha ensombrecido la estimación de su trabajo.

Esta retrospectiva organizada por el Museo Picasso y comisariada por Estrella de Diego, es una de las muestras temporales más oportunas y mejor redondeadas desde que se abriera el centro, más pendiente en ocasiones de percutir en motivos consabidos en torno al pintor malagueño que de investigar a partir de nuevas perspectivas los contextos en los que se movió. Taeuber-Arp fue una creadora de su tiempo que participó de forma activa y con un papel protagonista en la escena cultural que le tocó vivir. Cultivada y con una educación superior, ejercía como profesora y bailarina. A pesar de su discreción no pasaba desapercibida entre sus contemporáneos. Quizás su carácter ensimismado le impidió alzar más la voz, pero eso no fue óbice para que desarrollara una obra prolífica que se atreve con lenguajes tan diferentes como la pintura, el diseño, la danza, el interiorismo, la fotografía, los textiles, la escenografía e incluso la creación de títeres (las marionetas que realizó para El rey Ciervo son de una cautivadora delicadeza).

A diferencia de otras mujeres de vanguardia de la primera mitad del siglo XX, caso de Sonia Delaunay y Tamara de Lempicka en el extranjero, o Maruja Mallo y María Blanchard en España, el gran interés de Taeuber-Arp estriba en su capacidad para concordar extremos contradictorios e integrar planteamientos opuestos. La artista suiza concilia con naturalidad dadaísmo y constructivismo, abstracción geométrica y figuración o arte y artesanía, binomios que pueden contemplarse sin altibajos a lo largo de la exposición. Cuando baila vestida con imposibles trajes dadá se libera, es una performer desatada; cuando delinea una cocina es funcionalista y práctica. En el uso del color es de una sensibilidad extraordinaria, exacta; en los cadáveres exquisitos en los que participa junto a óscar Domínguez se desinhibe con humor.

El conjunto de 130 piezas que componen esta antología ha sido ordenado en tres apartados bien estructurados que facilitan la visita y su comprensión, repasando la trayectoria de una autora polifacética que hasta ahora no había tenido una revisión de esta envergadura. Un reconocimiento que sitúa a Sophie Taueber-Arp más cerca del lugar que se merece.