Image: Juan de Sande, recomponer el tópico

Image: Juan de Sande, recomponer el tópico

Exposiciones

Juan de Sande, recomponer el tópico

Punto de vista imposible

15 septiembre, 2005 02:00

Barakaldo 9 fotografías, 2005

Travesía Cuatro. Travesía de San Mateo, 4. Madrid. Hasta el 20 de octubre. De 2.200 a 4.600 e.

A primera vista, esta segunda individual en Madrid de Juan de Sande (Madrid, 1964) puede ser entendida como un epígono más de la tradición de fotografía documental de arquitecturas potenciada en el arte reciente por Bernd y Hilla Becher. Comparte con esta tendencia la atención a la arqueología industrial, la necesidad de catalogación frente a la inminente desaparición de esas construcciones, la repetición de un mismo esquema compositivo, la ausencia de referencias humanas o paisajísticas, la frontalidad y la centralidad del encuadre, la frialdad del estilo... atemperada, sin embargo, por un más vivo reflejo de las condiciones lumínicas y atmosféricas. Se diferencia, asimismo, en las dimensiones de las copias, que han sobrepasado en alguna ocasión los tres metros de anchura, y, claro está, en el uso, frente al blanco y negro, del color, si bien de forma muy discreta. Eso es lo que las fotografías parecen. Y esa apariencia no reviste, a estas alturas, gran interés. Son imágenes bellas, ordenadas, de buena factura, con excelente resolución y bien compuestas, que no aportan nada a lo ya hecho por otros artistas, en todos los rincones del mundo, desde hace décadas. Pero resulta que son imágenes mentirosas.

Los títulos de las obras se componen de dos partes: un lugar y una cifra. Llanares, 30 fotografías. Lo que hace Juan de Sande es, situándose muy cerca del edificio en cuestión, tomar un determinado número de fotografías (más elevado éste cuanto mayor la superficie de fachada), fragmentando la visión del conjunto. Después se inicia un laborioso proceso informático por el que recompone la totalidad, corrigiendo la perspectiva y "cosiendo" a la perfección las partes, de manera que resulta casi imposible descubrir el engaño, sólo revelado por las a menudo flagrantes contradicciones en las líneas de fuga, por el Punto de vista imposible que anuncia el título de la exposición. La estrategia es interesante por su cuestionamiento de los tópicos de la representación arquitectónica, por su acercamiento a los problemas que la óptica ha planteado a los arquitectos a lo largo de la historia y por su afinidad con los mecanismos de la visión (que hace siempre un barrido, una consideración de las partes, de los detalles, antes de recomponer un todo). Ahora bien, ¿a qué conduce todo ese trabajo? Pues, con todos los matices que se quiera, a la imagen tópica. Se pensaría que el argumento de esta exposición es el proceso antes descrito (y sus implicaciones), siendo las imágenes finales meros resultados o secuelas, si no fuera porque no son edificios elegidos al azar, sino que representan el fin de una etapa histórica en País Vasco y Asturias, la del apogeo industrial. En series de fotografías anteriores, sobre el horizonte en el desierto, árboles nocturnos, carreteras mal iluminadas o vislumbres de la ciudad en la noche, técnica e imagen mantenían relaciones más productivas, y prometían un afortunado futuro artístico que sin duda vendrá.