Image: Rineke Dijkstra, ser in progress

Image: Rineke Dijkstra, ser in progress

Exposiciones

Rineke Dijkstra, ser in progress

Retratos

23 junio, 2005 02:00

Odesa, Ucrania. 11 agosto de 1993

Comisaria: Hripsimé Visser. Caixaforum. Marqués de Comilas, 6. Barcelona. Hasta el 21 de agosto

Roland Barthes explicaba que cuando era consciente de que estaba siendo fotografiado, cuando se sentía mirado por la cámara, automáticamente se ponía en situación de "posar", es decir, de fabricarse o construirse una imagen de sí mismo. Según él, existe siempre una expectativa, un deseo de ofrecer una imagen concreta de uno mismo; de ahí este posar, este intentar comunicar lo que uno quisiera ser. En Rineke Dijkstra (Sittard, Países Bajos, 1959) se trata del proceso contrario: es una fotografía que intenta captar a los retratados sin "pose". Busca una imagen en que las figuras aparecen sin aquellos "tics" o convenciones que construyen un personaje. De alguna manera, desnuda y coloca al fotografiado en una situación ambigua, sin referentes ni códigos. No es casual, pues, que los primeros trabajos de Dijkstra fueran de niños y adolescentes, ya que estos modelos no se asimilan a un arquetipo, a una idea de belleza o carácter. De ellos, entre otros aspectos, le interesaba su personalidad no formada, su cuerpo desproporcionado. Ellos -explica Dijkstra- todavía no tienen máscara.

Sin embargo, la propia Dijkstra ha reconocido en algún momento que este retrato en el que se suprimen máscaras y convenciones no es exclusivo de los niños o los adolescentes. Más bien es una cuestión de actitud por parte del fotógrafo. Otro gran retratista, Humberto Rivas, contaba, por ejemplo, que hacía cerrar los ojos al retratado durante un largo tiempo y mirar el objetivo inmediatamente después para romper su resistencia o máscara. Dijkstra explica que habitualmente realiza sus fotos después de una situación de estrés, es decir cuando el fotografiado ha relajado sus defensas y se expresa inocentemente ante el objetivo.

Ahora bien, ¿cuál el resultado de esta manera de trabajar el retrato? ¿Se revela una suerte de vida interior o esencia de personaje? En el caso de Rineke Dijkstra yo diría que aparece sólo la superficie ¿Qué pasa cuando se fotografía a una persona sin atributos? Surge una imagen extraña, abstracta, ambigua: "adolescente" sería la expresión adecuada. Los personajes, sin aquella fuerza que moldea su personalidad -máscaras y convenciones-, están deshumanizados. Para quien observe estos retratos, hay en ellos una sexualidad soterrada, una belleza morbosa, pero se trata de un gusto por lo raro y lo atípico…

En Rineke Dijkstra también existe una ternura por sus personajes, pero actúa como una depredadora: los capta indefensos, sin protección, es decir, sin lo que ella misma denomina "máscaras". Aunque intuyo que en algún momento el retratado se revela contra esta utilización. En ocasiones Dijkstra ha fotografíado a un mismo personaje durante años o en contextos diferentes para observar su transformación. Tal es la serie dedicada a Oliver, un joven bisoño cuando en 2000 se incorpora a la legión, y en la última foto, de 2003, adquiere el aspecto que corresponde a un militar. Tengo la convicción de que, más que un proceso de maduración de la personalidad, el personaje ha aprendido a situarse ante la cámara, a interpretar su papel, en definitiva a posar. Pero estoy seguro que Oliver sigue siendo aquel jovencito de ojos asustados que se revelaba en las primeras fotos, y esto a pesar de la disciplina militar y acaso más aún por esta misma razón. Oliver ha encontrado su máscara.