Image: La sorpresa y el mito de Penone

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Exposiciones

La sorpresa y el mito de Penone

7 octubre, 2004 02:00

Repetir el bosque, 1969-1997

Caixaforum. Marqués de Comillas, 6-8. Barcelona. Hasta el 16 de enero

Es difícil interpretar el trabajo de Penone. El aliento, el reflejo, las improntas, el vacío... Este es el material inasible con el que constituye sus obras. Sin embargo, él se piensa escultor. En todo caso, la suya es una escultura llevada al límite. Y es en ese límite donde acontece la epifanía, donde se revela la obra de arte. Yo imagino a Penone como aquel escultor que decía Papini que hacía sus esculturas de humo. Es en lo inmaterial, en lo infinitamente leve, en lo etéreo donde Penone vislumbra un principio de forma.

Estos días, durante el montaje de la exposición de CaixaForum, hemos estado con Giuseppe Penone uno de los creadores más significativos del arte povera. él mismo nos puntualiza que el crítico Germano Celant había aglutinado bajo esa etiqueta a una serie de artistas muy diferentes, que no tenían además conciencia de grupo, pero que existía un espíritu de época: "Había voluntad de cambiar. En los sesenta la realidad social se había transformado y los artistas realizaban obras en correspondencia con esos cambios: se ponía en cuestión el mercado del arte, se quería hacer una obra pública y no privada. Esto es contrario a los mecanismos de la pintura, que una vez ha entrado en el mercado inicia un proceso de especulación... El espíritu de hoy es opuesto al de entonces. En la actualidad, las instituciones esponsorizan a los jóvenes artistas. Esto por un lado está muy bien, pero por otro es absurdo porque implica una ausencia de libertad. La presencia de instituciones, con su presión en el mundo del arte, significa dar la vuelta a todos nuestros ideales, porque hoy en día posiblemente exista más libertad para hacer un dibujo o una pintura y venderla que para presentar un proyecto".

Una de sus obras más difundidas son sus árboles. El proceso, muy a grandes rasgos, es como sigue: Penone excava un tablón de madera cortado industrialmente siguiendo los anillos de crecimiento del árbol contenido en aquél hasta que descubre el tronco original. Esta forma preexistía en el interior de la tabla, Penone no hace más que revelarla. El título de uno de sus primeros árboles, Su ser a sus veintidós años, un momento fantástico, explica bien que se ha vaciado la madera hasta encontrar -calculando los segmentos de crecimiento del tronco- la forma del árbol cuando éste tenía exactamente veintidós años. Uno se puede preguntar acerca de las referencias de este tipo de obras: ¿se trata -como se ha dicho- de una cultura ecológica o rural? Penone contesta: "Mi trabajo no posee referencias culturales directas. Los críticos trabajan con clasificaciones concretas que no se pueden aplicar a mi obra. Yo trabajo sobre la realidad y ésta es muy sorpresiva cuando se comprende su funcionamiento. Un tronco de madera puede trabajarse según las convenciones habituales de este material o intentando comprender qué es. Cuando uno observa cómo está hecho este madero, se percata de que la forma del árbol está dentro. Es un trabajo sobre la realidad, aunque luego, naturalmente, hay todos aquellos aspectos relacionados con la escultura. Pero yo trato de comprender la realidad y los elementos que me rodean. Me gusta decir, aunque parezca reductivo, que no se trata de un trabajo filosófico, sino que resulta de un pequeño desplazamiento, una aproximación primaria para comprender la materia y su funcionamiento".

Quizá, como apunta él mismo, Penone no es filósofo, pero sí posee la sabiduría del poeta, porque el suyo es un acercamiento emocional a las cosas. "En este descubrimiento de la realidad -dice- hay un pensamiento mítico. La palabra mito posee multitud de acepciones... Están las historias de la Antigöedad, pero también hay una dimensión mítica, por ejemplo, en el hecho extremo de descender a cien metros de profundidad en el mar o en llegar a la luna. Son hechos que sacuden la imaginación de la gente... Pues bien, el arte también ha de tener esta cualidad, ha de sorprender. No es posible una obra de arte sin esta capacidad de sorpresa. Y quien dice sorpresa dice mito. Pero nadie piensa que la realidad pueda ser sorpresiva y que el mito está en el descubrimiento de la realidad".