Image: Festival abierto y ¿excesivo?

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Exposiciones

Festival abierto y ¿excesivo?

Primavera Fotográfica de Cataluña

29 marzo, 2000 02:00

El próximo lunes se inaugura la Primavera Fotográfica, con 169 exposiciones en 34 localidades de Cataluña. Con PHotoEspaña (en Madrid), impone un modelo de festival a gran escala, en cuanto a los espacios participantes, que marca la recta final de la temporada artística y que persigue el impacto mediático. Pero ¿es ésta la mejor opción para la normalización expositiva de este medio?

El peligro está en el posible empacho. La Primavera Fotográfica en Cataluña y PHotoEspaña en Madrid han logrado gran repercusión en los medios de comunicación, considerable asistencia por parte del público y una amplia participación de las galerías comerciales. Hasta tal punto que apenas podremos ver otra cosa que fotografía en los próximos meses. Estas acciones de choque en favor de la "normalización" de la práctica fotográfica, con el fin de acabar con la marginación a la que durante mucho tiempo había sido sometida por las galerías, los coleccionistas, los museos y la crítica, podrían acabar teniendo un efecto adverso. Ciertamente es muy positivo que existan estos festivales, pero tal vez sería más deseable que trocaran extensión por intensidad. Además, en esta edición de la veterana Primavera, que es ya la décima (tiene carácter de bienal), y que se extiende del 3 de abril al 31de mayo, no abundan las citas especialmente interesantes pero sí las exposiciones de fotógrafos catalanes, las cuales dan un carácter excesivamente local a la convocatoria, que contradice la supuesta vocación internacional del festival.

David Balsells, director de la Primavera Fotográfica (organizada por el Departamento de Cultura de la Generalitat) y conservador en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, justifica estas características aduciendo el propio sistema organizativo. "Se ha incrementado el número de exposiciones en gran parte por la incorporación de nuevas poblaciones al festival. Existe un comité de selección, integrado por Humberto Rivas, Manolo Laguillo, Pepe Baeza y Joan Naranjo, que garantiza un mínimo de calidad. Las solicitudes han sido numerosísimas, y han quedado nada menos que 83 propuestas fuera de la sección oficial. Pero sólo pueden acabar empachados los profesionales que pretenden ver todas las muestras: éstas van dirigidas a los habitantes de las distintas localidades, que pueden abarcar perfectamente la oferta. Y si este año hay quizá una fuerte presencia de la fotografía catalana y menor de la internacional es porque así lo han decidido individualmente las salas participantes. ésta es una convocatoria abierta, no se imponen criterios".

Maremágnum de galerías


Es de elogiar este talante democrático, pero habría que considerar si no sería más efectivo un festival con un número mucho menor de exposiciones bien seleccionadas, más dirigido y menos dependiente de las propuestas de los espacios. El interés del espectador o del comprador se diluye en el maremágnum de galerías que se apuntan a la cita (muchas de las cuales excluyen del resto de su programación la imagen fotográfica) acudiendo precipitadamente a cualquier fotógrafo que se les ponga a tiro. Esto tiene su vertiente positiva, ya que pone en contacto a galeristas y fotógrafos y puede dar pie a una colaboración menos efímera, pero no deja de ser una situación "ficticia".

Frente a ediciones anteriores, en las que se establecieron líneas temáticas para imponer cierto orden argumental a las exposiciones, ésta se ha planteado como convocatoria abierta a todos los creadores, en palabras de Balsells "para no tener que dejar fuera a fotógrafos que no encajaran en los argumentos o las formas de trabajo que pudieran fijarse". Podría pensarse que la ausencia de lemas o de temas ha de aumentar la confusión, pero esto es un inconveniente menor, ya que incluso cuando existe un argumento para un festival de estas características se puede incluir casi cualquier propuesta con argumentaciones más o menos peregrinas.

Algunas citas obligadas

A pesar de todo lo dicho, no puede dudarse del interés de la Primavera Fotográfica que, al margen de una meritoria labor de recuperación del patrimonio cultural catalán, ofrece muchas buenas exposiciones. Entre las colectivas podemos destacar Fotogramas (Kowasa), Look at me. Moda y fotografía en Gran Bretaña desde los 60 a nuestros días (Museo Textil), Introducción a la historia de la fotografía en Cataluña (Museo Nacional de Arte de Cataluña), Miradas impúdicas (Fundación "la Caixa") y Clásicos contemporáneos (Espai Francesc Català- Roca). Algunos de los fotógrafos que exponen individualmente son Laura Baigorri, Daniel Canogar, Francesc Catalá Roca, Miguel Coquis, Ruud van Empel, Joan Fontcuberta, Pere Formiguera, Alberto García-Alix, Luigi Ghirri, Jovan Horvath, Jörgen Klauke, Corinne Mercadier, Inge Morath, Leopoldo Pomés, Joan Rabascall, Humberto Rivas, Ton Sirera, Patrick Tosani, Laura Torrado y Patric Tato Wittig.

La Primavera Fotográfica se integra en el Festival de la Luz, concebido para coordinar iniciativas en la promoción de la fotografía. Lo reciente de su creación (el año pasado) ha impedido que dé frutos en lo que se refiere a la programación del festival catalán, pero es de esperar, tal y como afirma Balsells, que en próximas ediciones puedan organizarse exposiciones internacionales conjuntamente.

Para más información sobre las exposiciones, consultar la página web: cultura.gencat.es; para el Festival de la Luz: www.festivaloflight.net