Duckie Thot como Alicia en el calendario Pirelli 2018, con fotografías de Tim Walker y estilismo de Edward Enninful sobre el tema Alicia en el país de las maravillas. Foto: Tim Walker Studio

Duckie Thot como Alicia en el calendario Pirelli 2018, con fotografías de Tim Walker y estilismo de Edward Enninful sobre el tema Alicia en el país de las maravillas. Foto: Tim Walker Studio

Arte

Alicia, espejo psicodélico del siglo XXI: del Oxford victoriano a una rave existencial en CaixaForum

La exposición 'Los Mundos de Alicia' reúne más de 280 piezas y estará abierta al público del 4 de abril al 3 de agosto, con actividades paralelas y talleres.

Más información: 'La gata', el insólito triángulo de Colette

Publicada
Actualizada

Una madriguera, un teléfono cósmico que suena incesantemente, puertas que no van a ningún lado y cartas que susurran sílabas seductoras. En Los mundos de Alicia: Soñar el País de las Maravillas, la nueva exposición de CaixaForum Madrid, nada es lo que parece. Ni siquiera Alicia. La niña que soñó Lewis Carroll en 1865 atraviesa siglos, ideologías y disciplinas en una muestra que se convierte en viaje: un túnel lisérgico, filosófico y estético que conecta el Oxford victoriano con la era del algoritmo.

La exposición, organizada junto al Victoria and Albert Museum de Londres, es según la organizadora "la más ambiciosa sobre el universo de Alicia en el País de las Maravillas hasta la fecha". Lo dice Kate Bailey, conservadora del V&A, sin dudar: "Su influencia global es comparable a la de Shakespeare o la Biblia". Lo confirma Isabel Fuentes, directora de CaixaForum Madrid, al recordarnos que Wonderland no es solo maravilla, sino también duda, pregunta, desconcierto. Y ahí estamos nosotros, en el país de las preguntas.

El recorrido arranca como debe: cayendo. Primero, hacia el origen. Hacia aquella tarde dorada de 1862, con Carroll remando por el Támesis y contando historias a Alice Liddell. La exposición reconstruye ese nacimiento literario y se adentra luego en las obsesiones del autor: la lógica, la fotografía, la identidad, la ciencia, el sinsentido. Un metarrelato curado con precisión quirúrgica y escenografía envolvente a cargo de Ignasi Cristià. A partir de ahí, se despliega la psicodelia.

Nos adentramos en el siglo XX a través del cine, desde las primeras adaptaciones británicas hasta los universos saturados de Tim Burton. Hay obras españolas, argentinas, ilustraciones gigantes de Lola Anglada. En la siguiente sala, Alicia entra en contacto con el surrealismo, el rock psicodélico, el arte como fiesta alucinada. Dalí, Leonora Carrington, Eileen Agar. La Reina de Corazones como símbolo del poder ilógico. Un tea party desquiciado donde el tiempo es una broma y un ratón proyectado escapa por las paredes. Todo tiene sentido. Pero no el sentido habitual.

La cuarta estación se titula Staging Alice y muestra cómo el personaje ha colonizado escenarios de todo tipo: ópera, ballet, musicales, sátira política. De Bob Crowley a Agatha Ruiz de la Prada, los vestuarios se convierten en armaduras del desconcierto, en trajes para habitar mundos que no obedecen las reglas.

Los disfraces y esculturas presentados en la exposición. Foto: Gabriel Lavao

Los disfraces y esculturas presentados en la exposición. Foto: Gabriel Lavao Gabriel Lavao

La exposición presenta a una Alicia empoderada, feminista, científica, punk. Se codea con artistas de vanguardia, con las físicas del CERN, con Little Simz, con Tim Walker y Vivienne Westwood. Ya no es una niña perdida. Es una figura en resistencia. Un símbolo de quien decide no adaptarse al absurdo sino abrazarlo completamente. 

Y después, el giro final: Being Alice. ¿Y si todos fuésemos ella? La exposición concluye con un espejo y unos auriculares. Literal y simbólico. Es el espejo que cada visitante cruza. Y lo que refleja no es un personaje de cuento, sino una pregunta constante: "¿Y si yo también soy Alicia?" ¿Y si la confusión, el vértigo, la transformación son nuestro estado natural?

Té introspectivo

Uno de los núcleos más sugerentes del proyecto es el ciclo "A la hora del té con Alicia", una serie de encuentros que tendrán lugar del 9 de abril al 22 de mayo, donde neurocientíficos, dramaturgos, filósofos y escritores como Christina Rosenvinge, Shady Larios y Laura Fernández se sientan a conversar como si estuvieran en la mesa del Sombrerero Loco. No habrá tazas voladoras, pero sí habrá ideas que giran.

El 25 de abril, coincidiendo con la Noche de los Libros, se dedicará una sesión al consuelo de lo absurdo. El 30 de mayo, en la Noche de Alicia, todo se desborda: performances, instalaciones y un concierto para perder la cabeza con elegancia a manos de Eléctrico 28, un colectivo de artistas de difícil definición que trabajan obras escénicas desde cero y dramaturgias singulares.

Lewis Carroll escribió un delirio. CaixaForum ha hecho de ese delirio una experiencia, una constelación visual que no busca respuestas, sino que nos invita a caminar en círculos, encoger, crecer, y mirar las reglas del mundo con la desconfianza de quien sabe que todo puede cambiar de un segundo a otro. Como en la vida. Como en los sueños. Como en el País de las Maravillas.